Carlos R. Aguilar Jiménez.
Dramático, cruel y espeluznante fue el crimen de un policía racista en Minneapolis, donde no obstante su constitución establece igualdad para los ciudadanos de ese país, la realidad es que muchos estadounidenses son racistas, xenófobos, discriminadores, separatistas y prejuiciosos respecto de la naturaleza humana o no, de la supuesta inferioridad que, según ellos, caracteriza a quienes no son arios, europeos o blancos como se hacen llamar los racistas, discriminando a asiáticos, latinos, indígenas y descendientes de africanos, como sucedió asesinando, asfixiando a George Floyd.
Ser racista, xenófobo o discriminador es consecuencia de la ignorancia y supersticiones religiosas, porque es suficiente con que un pueblo o grupo se diga elegido por su Dios, como judíos, musulmanes, cristianos o del religión que sea para que sus fieles se sientan superiores a los demás, como sucede con la palabra belcebú, que significa “Señor de las Moscas”, porque el único Señor es el de la creencia dominante o mayoritaria, para quien las demás religiones son idolatría, suponiendo en ese mismo credo ser superiores, como han creído arios, anglosajones, nazis, aztecas y ahora estadounidenses, pero además, por ignorantes de la evolución, de principios evolutivos darwinianos de Selección Natural que demuestran todos somos seres humanos, que no existen razas ni linajes, sino que todos somos africanos, nuestros ancestros vienen de África donde inició la senda de la humanidad. El origen del Homo Sapiens es africano, no obstante, si se es ignorante de la evolución humana y cree fuimos hechos a imagen y semejanza de un Dios, entonces ese Dios discriminador de mujeres a las que dice hizo de una costilla, habría hecho de manera especial a arios, judíos, cristianos o gringos racistas que ignoran el linaje humano y, por su religión se creen diferentes, especiales y superiores, como el infame policía y todo racista del mundo, ignorantes del linaje evolutivo que nos hizo humanos y emparenta con todos los seres vivos. Como ejemplo, si usted cree que Adán y Eva fueron los primeros humanos, puede ser racista, porque se creerá descendiente especial de ellos, aunque sea negro, cobrizo o blanco; no obstante, si entiende la evolución darwiniana sabrá que no existen razas, linajes o estirpes, aceptando que todos los seres humanos somos iguales porque nuestro ADN es igual y se puede integrar a otro ser humano de cualquier latitud. El racismo es absoluta ignorancia de nuestro origen. No somos ángeles caídos, somos antropoides erguidos y, no saber este concepto biológico es culpa del sistema educativo y de profes religiosos que no enseñan a sus alumnos el humilde origen evolutivo de los seres vivos, incluidos esos seres humanos racistas por ser devotos creyentes de obsoletos dizque libros sagrados o de predicadores cristianos, como los que decían que los indígenas americanos no tenían alma y éramos bestias o humanos inferiores, hasta que la Bula Sublimis Deus (Pablo III -1537) reivindicó a nuestros antiguos abuelos como seres humanos que se podían evangelizar inventándoles una virgen de su color de piel y angelitos negros.