Carlos R. Aguilar Jiménez.
En temas respecto del comportamiento, moral o costumbres de cada época y sociedad, con retrospectiva condenamos lo que hicieron nuestros antepasados, incluso abuelos que en su momento consideraron correcto y hasta deseable; así hablamos mal de la esclavitud, combates de gladiadores, corridas de toros, discriminación de mujeres, judíos o indígenas, acciones o comportamiento personal o social que en su tiempo fue aceptado, pero que hoy nos parece deplorable porque lo vemos con el juicio o moral de nuestro tiempo, que igual para las generaciones futuras, incluso para nuestros hijos algunas de las cosas que hoy hacemos y ni nos damos cuenta, les parecerán infames. Hoy si platicamos a un joven que se podía fumar en el cine o avión ni creen o que comprarse un esclavo, hace 200 años era normal, son ejemplos, como seria lo que hoy se considera corrupción.
Lejos de avanzar en la lucha contra la corrupción, esta se encuentra estancada y creciendo, al no registrarse ningún cambio en lo que va del sexenio de A.M. revela el índice 2020 de la firma londinense Control Risks y la organización Sociedad de las Américas, donde México tiene 4.55 puntos en una escala de 10 , debajo de las 4.65 unidades del 2019, donde de 14 disciplinas evaluada, en nueve está debajo de la media Latinoamérica y muy por debajo de países europeos o EU, porque de la misma forma que hoy se condena a la corrupción, la mordida, el arreglo, subterfugio o transa, donde se dice que el que no transa no avanza, es como consecuencia de la idiosincrasia del mexicano porque nos hemos dado cuenta que lo que el gobierno llama corrupción y quiera desterrar para recibir más dinero, en realidad es una costumbre mexicana del ingenio de los ciudadanos para evitar tramites engorrosos, pagos injustos, perdida de tiempo y sobre todo para no pagar dinero al gobierno que, lejos de utilizarlo para obras, infraestructura o servicios púbicos dignos, lo que hace es robar, y así, no tenemos agua potable en casa como en Europa que se pueda tomar del grifo, las calles están llenas de baches, no hay autopista a la costa o istmo y casi todo el dinero de impuestos es para que vivan bien los habitantes de CDMX, así que de manera inteligente se prefiere dar dinero a la policía vial por una infracción que dárselo al gobierno, prefiriendo buscar amigos que ayuden en trámites burocráticos antes que perder un día en antesalas. Auténtica corrupción, robo, fraude, engaño, es la de los políticos que mienten para ser populares, que prometen y no cumplen, que descalifican a los demás, que tienen todo el poder y gobiernan a capricho u ocurrencia, que desmantelan el sistema de salud, que pagan millones en trenes o refinería obsoleta, pero que no compran equipo para médicos que atienden covid o causan desempleo de millones de personas. Eso si es corrupción, lo demás es un manejo inteligente de ciudadanos que seguramente no será condenado por el futuro, reconociendo que éramos más listos que el gobierno al evitar pagar a un sistema de gobierno corrupto y mesiánico que pretende construir el Tercer Templo de Salomón- aeropuerto-.