Xóchitl Jazmín Velázquez
Mexicanos al grito de guerra, posiblemente sea la expresión que la mayoría de los ciudadanos recordamos con mayor facilidad de nuestro himno nacional.
Pero al preguntarnos ¿por qué vamos a la guerra? ¿por qué peleamos los mexicanos? las respuestas brotan por su obviedad; de manera histórica las peleas entre nuestros pueblos son por agua, tierra, paso, servicios públicos o seguridad.
Algo absurdo, irónico e incongruente es que peleamos por tener un poco de paz, por respeto a los derechos humanos, a la tolerancia y aceptación de ser o pensar de manera diferente.
Los tomadores de decisiones o los grupos políticos pelean por dinero, poder, territorio o simplemente por salir en los medios de comunicación dando la nota, sentirse importantes o marcar tendencia.
Las peleas entre nuestros pueblos sólo han dejado muerte, tierra abandonada, migración, desempleo, pobreza, marginación, olvido e ignorancia.
Los hombres y mujeres libres, coinciden en que, solo puede haber virtud, cuando se combaten los vicios personales, sin embargo; generar seres virtuosos implica peleas virtuosas, y éstas se dan en las escuelas, en las universidades, en el debate, en la construcción de ideas, conocimiento, en dónde el entendimiento, la argumentación, respeto y tolerancia a los demás, nos unifican como un pueblo.
Evitar que las diferencias que nos fragmentan y enfrentan sean más grandes, hará que nuestros ideales vayan hacia un mismo punto en un solo grito de unidad por mi, por ti, por todos.