Nematini Vladimir Acevedo Silva
Los diversos partidos políticos de nuestro país, tanto de derecha, centro e izquierda, se encuentran cerrando acuerdos con miras a las elecciones federales y locales que tendrán lugar el próximo año 2021, aquellas que los diversos medios de comunicación y el mismo Instituto Nacional Electoral (INE) han denominado como “las más grandes en la historia de México”. Esto se debe a que se elegirán 21 mil cargos de elección popular.
Tanto los bloques de oposición como el mismo partido que se encuentra en el poder en turno están afianzando sus estrategias para que, por un lado, los primeros, puedan retornar al lugar que, por derecho, creen que les pertenece. Mientras que los segundos, buscarán a toda costa continuar teniendo el control en el Congreso de la Unión, en los Congresos Locales y en aquellas entidades en donde están gobernando. Por otro lado, aprovecharán arrebatarle sus bastiones políticos al PAN, PRI, PRD y MC.
Esto último ocurre ya que los partidos políticos de oposición al haber perdido el control en la Cámara de Senadores y Diputados en el 2018, en su afán de querer retomar aquel poder perdido, se han sumido en una desorganización, originando a su vez una desbandada de sus militantes, simpatizantes y aliados. Por ello han emprendido una serie de acciones que van desde afrontar de manera directa al titular del ejecutivo federal y los militantes del partido MORENA, con la finalidad de legitimar y retomar su liderazgo político.
Sin embargo, poco han funcionado las estrategias de la oposición, salvo aquellas en las cuales han apostado por el divisionismo. Para ello puedo citar el caso de salida de diversos gobernadores de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO), quienes fundaron la llamada Alianza Federalista (AF), debido a que, en propias de los integrantes de la AF, la CONAGO perdió el sentido por el cual había surgido. Es decir, se había convertido en una organización aliada del titular del Poder Ejecutivo Federal. A pesar de ello, la Alianza Federalista ha empezado a tomar un rumbo diferente al que fue concebido inicialmente, ya que se ha propuesto en convertirse en una plataforma política para algunos de sus miembros, mismos que están buscando a toda costa el lograr sus aspiraciones presidenciales, antes de terminar cumplir sus obligaciones con y para la ciudadanía.
Es por este motivo que ahora los partidos como el PAN, PRI y PRD han decidido realizar una tregua mediante la cual, dejarán aun lado todas sus diferencias políticas y hasta ideológicas, escondiendo el motivo principal que es el asumir aquel poder que perdieron hace dos años atrás.
Discursos como el de Marko Cortés, que señala que dichas alianzas tratan buscar cumplir con el “deber histórico” de enfrentar el “presente autoritario”, buscan validar una situación kafkiana, pero que, si se analiza más a fondo, podría ser también un refrito del “Pacto por México”. Es decir, se ha erigido un engendro ideológico mediante el cual se han traicionado los principios fundamentales de cada uno de los partidos aliancistas.
Algo que también sería urgente preguntarle a cada uno de estos partidos políticos que conforman este bloque que pretende sacar a MORENA, es ¿cuál es la agenda política que pretenden impulsar?, ¿Qué pasará en caso de que logren ganarles a las 4T?, ¿podrán ahora hacer lo que por años ellos no pudieron lograr durante el tiempo que estuvieron al frente del poder?
Ya que hasta este momento poco o nada han dicho al respecto, salvo que lo prioritario es detener la supuesta “venezualización” de México, idea que han explotado desde el inicio de este nuevo régimen, a través del cual han difundido temor y miedo en la población. Pero se les olvida que fueron precisamente esos factores los que ayudaron a la Cuarta Transformación a estar al frente del gobierno actual.
La decisión cada día esta más cerca, y ésta más que depender de las diversas alianzas existentes, alejadas del sentir de la comunidad, dependerá nuevamente, de cada mexicana y mexicano. Elijamos bien.
@NemasVA