Ismael Ortiz Romero Cuevas
No podemos dejar de hablar de todo lo que realiza Manolo Caro en el mundo del cine y de las series, no por algo, se ha convertido en uno de los directores más innovadores del séptimo arte nacional, aún con toda la influencia que Pedro Almodóvar representa en su cine. Es original, no podemos negarlo, pero aún la falta un largo camino para convertirse en el “Almodóvar mexicano”, como intenta que se le llame.
Y justamente por lo refrescante que resultaban sus historias, fue que llegó a Netflix como parte de sus creadores latinos y en 2018, a todos nos sorprendió con la serie “La casa de las flores”, una especie de culebrón cursi y melodramático que exponía de manera un tanto burlesca, los clichés que las telenovelas habían impuesto. Incluso, el que Verónica Castro protagonizara la primera temporada, hacía más enfática esa especie de remedo, haciéndonos reír al por mayor con las desgracias que aquejaban a la familia De la Mora y conociendo, además, al personaje que robó cámara desde el primer minuto del primer capítulo: Paulina de la Mora, interpretada de manera estupenda por Cecilia Suárez.
La serie funcionó bien, es un hecho. Aún con todas sus altas y bajas, la inclusión de nuevos personajes, que se alejó de la historia original y hasta la salida de Verónica Castro, no fueron impedimento para que el gigante del ‘streaming’ produjera tres temporadas y un episodio especial y la serie, nos siguiera entreteniendo aún con todo lo predecible que resultaba, siendo siempre la gran cereza Paulina, María José / José María (Paco León) y Bruno (Luis de la Rosa) teniendo incluso, en el final oficial de la serie nada menos que a Miguel Bosé en una actuación muy especial. Y sí, se hubiera quedado hasta ahí, pues pienso no había necesidad de alargar una historia que había complacido al gran público.
Pero fue justamente durante el confinamiento por la pandemia derivada de la Covid-19, que, a Manolo Caro y a los ejecutivos de Netflix, se les ocurrió una idea “brillante”: traer de regreso a los personajes que protagonizaron una de las series en español más exitosas, pero ahora en una película y con una historia aún más ‘kitsch’ que la serie. De verdad, ¿por qué? No había necesidad en absoluto de continuar algo que había tenido un final que si bien, no fue lo que México esperaba, sí dejó a sus seguidores satisfechos en el sentido de que se pudo resolver el conflicto de cada personaje. Y pareciera que la iniciativa que deriva del ocio, en este caso necesario por la cuarentena, no siempre resulta en algo brillante y eso justamente pasó con el concepto de “La casa de las flores: la película”, una historia que se queda a la mitad de nada y con un argumento pretencioso que no termina de consolidar lo que plantea; con la pena, en ocasiones pareciera una especie de rutina boba al más puro estilo de “Chespirito”, de esas que más que cómicas eran desesperantes.
Están la mayoría de los personajes y nuevamente hay un conflicto que se nota, enredaron a la fuerza para poder entretejer la historia. Pretendieron hacer una comedia de detectives del estilo de “La pantera rosa”, pero que resultó en una rutina pobre de Viruta y Capulina. “La casa de las flores: la película” no es divertida, no es emotiva, no es sorpresiva, no atrapa con ningún elemento y los musicales montados, parecen ser copiados de aquellas películas sin sentido de Gloria Trevi en los noventa; vamos, a mi gusto, la película no funcionaría ni siquiera como un capítulo de larga duración de la serie que conquistó a millones de usuarios de la plataforma.
La expectación por el estreno de la cinta fue grande, por ello, el día del estreno fue de lo más visto en la plataforma, pero poco a poco, los comentarios de decepción fueron en aumento y es que, el público que se volvió fan de los personajes coincidió en que no merecían, ni había necesidad de alargar una historia que había concluido de manera digna. En fin, cuestión de gustos.
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