Carlos Villalobos
Durante la conferencia mañanera de hoy lunes 02 de agosto en Puerto Vallarta, Jalisco, durante la sección de preguntas y respuestas, el presidente soltó una frase que terminó por retumbar y que como estudiante de ciencia política había pensado, pero no racionalizado; “La democracia no fracasa”.
Y es verdad, a pesar de que la Consulta Popular haya registrado menos del 8% de participación del total del padrón electoral nacional, lo que falló no fue la democracia, porque al final se tuvo la posibilidad de escoger si votar o no o votar por “enjuiciar o no a ex-presidentes”. Quienes fallaron fueron los promotores del voto y la soberbia que ganaron a cuestas.
Aunque en realidad y viéndolo desde un enfoque más frío, sin duda este fracaso puede servir como laboratorio de pruebas en donde nos enfrentamos a la primera elección nacional en la que el hoy presidente, no se encuentra en la boleta, aunque haya hecho campaña.
La tarde noche del domingo debió ser eterna para todos y cada uno de los terratenientes del rey de palacio nacional, en donde encuestas de salida, no registraban ni la unidad como participación en estados enteros.
Evidentemente el resultado tan contundente era extremadamente lógico, la pregunta se pudo haber resumido de la siguiente forma “¿Desea que se aplique la ley?” y así hubiésemos ahorrado un cacho de los 500 millones de pesos que se tiraron a la basura.
Desde muy temprano el domingo comenzó el golpeteo hacia Córdova, Murayama y compañía, pero en realidad lo que comenzó es la embestida final en contra del Instituto Electoral de cara a una legislatura dominada por MORENA y que empujará, más pronto que tarde, una reforma político electoral que debilite a dicho instituto y sus alcances.
Tenemos que tener mucho cuidado a la hora de hacer el análisis final de este ejercicio, porque aunque la consulta popular es un ejercicio deliberativo que da fe a la voluntad de las y los ciudadanos, este instrumento no se puede desgastar en aras de justificar decisiones de gobierno e ir en contra del discurso de austeridad, en detrimento de la hacienda pública. ¿Se imaginan cuántas vacunas o reconversiones hospitalarias pudieron haber sido?
Si lo que se buscó era mostrar músculo, pues dejenme les digo que fallaron en ese sueño guajiro, pero si lo que se buscaba era (re)posicionar a diversos actores políticos con aspiraciones a la elección del próximo año que habían estado en la banca, pues de alguna manera lo lograron, esto a pesar de que la misma ley prohibía la publicidad personalizada. A pesar del delito que se cometió, muy probablemente esto va a pasar desapercibido, como el ejercicio del domingo.
Otro indicador que podemos observar es que Oaxaca es el estado que más cree en la 4T y en su agenda ¿O será que hay mayor inversión en ello? Entre peras o manzanas, el estado fue el que encabezó la participación, dejando atrás a bastiones históricos como la Ciudad de México.
Quien pierde es la ciudadanía y su participación en la agenda pública, seguramente este escenario tenderá a desincentivar, aún más, la participación fuera de un contexto electoral y ahí la labor que se tiene que continuar, porque a pesar de estas malas decisiones, la democracia no fracasa, y añadiría, es perfectible.
Twitter: @carlosavm_