Carlos R. Aguilar Jiménez
En la sesión matutina de propaganda oficial realizada ayer en Oaxaca, el presidente expresó: “Qué les dice a todos los mexicanos que estamos llevando a cabo un seguimiento respecto del virus de Covid-19, denominado Ómicron y que no hay elementos para preocuparnos”. “No hay motivos de riesgo, de acuerdo a los reportes que me han entregado los especialistas”. Evidentemente porque a él no se le ha muerto nadie cercano y el casi medio millón de muertos por Covid-19 que se han registrado en los datos oficiales y ubican a México el cuarto país con más difuntos, no importan, finalmente así es la vida, no vale nada y ya se pueden ir muriendo otro medio millón o más porque hay que abrazarse, hay que salir, hay que impulsar la economía y no hay que utilizar cubrebocas porque a los mexicanos los cuida la Virgen de Guadalupe, su calidad moral y los escapularios.
El presidente dijo también en la zona militar de Santa Lucía: “Que hay mucha información en los medios y no debemos espantarnos, porque hay bastante incertidumbre, información no confirmada, no hay todavía información sólida si esta variante es más peligrosa que las otras; nada más se detectó en Sudáfrica” Y sí, de la misma forma la versión original del virus de Covid-19 también hace dos años nada más detectó en Wuhan, China, y en tres meses estaba en México matando gente, porque México es un país libre, un buen anfitrión donde la vida no vale nada, donde jamás se cerrarán aeropuertos a vuelos internacionales, y en el aniversario de su tercer año de gobierno reunirá a todos los valientes, a los que no tienen nada que perder, en su ceremonia en el zócalo de la CDMX para festejarse a sí mismo, a su partido y a sus seguidores, porque él tiene sus propios datos, los que le entrega su chimoltrufio López Gatell, que dijo al principio de la pandemia el máximo de muertos en el peor escenario, serían 60 mil, y quien sumiso tiene que informar lo que le gusta a su jefe, sus propios datos, no los reales, auténticos y científicos, y le informa también de la hora que le guste, no la que indique el reloj, porque, no obstante la OMS ha demostrado científica y experimentalmente que este virus mutante Ómicron, decima quinta letra del alfabeto griego, según expertos científicos estadounidenses, no de la Secretaria de Salud ni del INSABI, de la Secretaria de Bienestar o de la oficina de comunicación de la presidencia, en palabras y evidencias irrefutables del prestigioso epidemiólogo Eric Feigl-Ding, este virus mutante es potencialmente un 500 % más infeccioso que el virus original teniendo mayor capacidad para enfermar gravemente a jóvenes, pero no pasa nada, no obstante que sus 55 nuevas mutaciones, 32 de ellas situadas en su espícula, la más importante por su trascendencia en la infección de las células y la respuesta inmutaría, se vea socavada por su virulencia, que si para bien a los vacunados quizá no nos mate, si nos enfermería y a los jóvenes les mataría, porque no serán vacunados hasta que no convenga políticamente, quizá antes de votar por la revocación de mandato, cuando ya se sumen otros miles de infectados o muertos, que podrían evitarse desde ahora.