Carlos Villalobos
Cuando pensamos en China probablemente lo primero que viene a nuestra mente es la inmensa cantidad de productos con los que inundan los mercados en todo el mundo o seguramente también su cultura milenaria; sin embargo, algo que se ha esparcido en el mundo, al menos los últimos 20 años, es que justamente ese poderío manufacturero ha generado grandes impactos en el medio ambiente, justo ahora que por fin en el ámbito mundial hablamos en voz alta del cambio climático.
Sin embargo, vaya sorpresa que nos hemos llevado, de acuerdo con un reciente análisis realizado por el sitio web especializado Carbón Brief, ha revelado que al menos durante tres trimestres al hilo, el país asiático ha logrado realizar la mayor disminución de emisión de gases invernadero en la última década, durante los tres trimestres consecutivos.
Esta buena noticia para el mundo, luego de la realidad tan caótica a la que nos enfrentamos en el presente, es palpable gracias a los análisis de la información comercial del país asiático. Esta nación ya había registrado cifras positivas en la reducción de producción de gases invernadero durante su disminución de velocidad de crecimiento entre 2013 y 2016, sin embargo, lo observado entre 2021 y 2022 ha dado pie a que el mundo entero voltee a verlos para aprender un par de cosas al respecto.
Evidentemente la crisis por COVID-19 ha tenido mucho que ver al respecto, la desaceleración de la economía y el rompimiento de algunas cadenas de producción frenaron el crecimiento exponencial que el país habría mostrado al menos en la primera mitad de la década pasada.
A pesar de que aún existe una gran inversión en combustibles fósiles en el gigante asiático, lo cierto es que al mismo tiempo se ha impulsado la adopción de fuentes alternas y de energía limpia, lo cual ha impactado directamente en su disminución de emisión de contaminantes a la atmósfera.
Aunado a todo lo anterior, dentro de su mercado interno la industria del cemento para el primer trimestre de 2022 ha caído en al menos un 12%, lo cual promueve que uno de los sectores que más contaminan el mundo paren de forma local y promuevan menores emisiones. Y eso no es todo, China también se ha caracterizado por tener un sector inmobiliario, es decir la construcción de casas y edificios, extremadamente pujante el cual ha realizado un giro de 180 grados en donde el cemento ha pasado a segundo plano para la realización de obra y el acero incremente su rol.
Habiendo reportado el aumento del uso de energía eólica, hidroeléctrica y solar en al menos 15% en cada uno de los rubros, ha generado que el consumo de carbón y combustibles fósiles disminuya considerablemente.
Aquí viene lo interesante, justo China al ser un país que se ha estigmatizado por el nivel de producción y de consumo de recursos naturales, ha entendido que los combustibles fósiles son recursos finitos y que hoy es tiempo de apostarle a las energías limpias no solo por tema moral, también por un tema de eficiencia energética, la cual se puede apoyar en recursos renovables como el sol o el aire.
Tocará ver como cierra el año China, pero al menos las cifras que tenemos a la mano nos permiten tener una hoja de ruta, que, sin importar filiación política o inclinación a alguna ideología, con cifras la República Popular China nos ha comenzado a mostrar, QUE SÍ SE PUEDE mejorar el ambiente y que se debe apostar a las energías limpias, si es que apuntamos a tener futuro en un planeta maltratado por el cambio climático.
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