El sufrimiento, naturaleza humana

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Enrique Domville Domville

Desde el nacimiento hasta la muerte el ser humano es acompañado por el sufrimiento, el cual tendremos que diferenciar del dolor, aunque el dolor puede ocasionar sufrimiento, este está en relación con el medio en donde vive y la interrelación con las personas, puede hacer que la perspectiva del dolor sea en mayor o menor intensidad. El sufrimiento como decíamos no es ajeno a la vida humana siempre está presente aunque bajo formas y modalidades diferentes, el hombre como se mencionó es vulnerable y sufre cuando se da cuenta de que es extremadamente indefenso por lo que este complejo puede sufrir y gozar de distintas maneras y por distintas razones, hay distintas formas de parecer, pero más allá de estas diferencias existe una raíz común, en el sufrir podemos mencionar como sinónimo a la aflicción cuando en realidad nos estamos refiriendo al dolor, como ejemplo: un dolor de muelas o bien una frustración profesional o la terminación de una relación afectiva, todo esto está en el contexto general del sufrimiento.

Consideran los autores que el nacimiento de la vulnerabilidad está en relación al sufrimiento, como dice Levinas: “el sufrimiento produce la ausencia de todo refugio y deja expuesto al ser no pudiendo huir y retroceder, esta ausencia de refugio, morada y hogar es la más dura exposición del ser en donde el pensar permite la sensación de vulnerabilidad de fragilidad y de sufrimiento”, en estas circunstancias donde no es dueño de sí mismo todo le puede dañar, el ser humano tendrá dolor desde que nace, ejemplo: los cólicos se manifiestan por lágrimas en el recién nacido, pero el sufrimiento es una interrelación consciente, donde todos los sentidos entran apreciando una realidad, como sería el caso de tener un hijo con leucemia o bien la apreciación personal de su vulnerabilidad y como dice E. Jünger: “no tiene un seguro contra el dolor”, el cual evitamos siempre que tenemos historias, por ejemplo: las de héroes después de superar muchos peligros vive feliz y contento largos años, esto nos agrada oírlo y nos permite sustraernos del dolor, por lo que el pensamiento interno en el cual habrá un sitio de recompensa en donde no haya sufrimiento ni dolor corporal es un motor propicio para el desarrollo y el continuar con la vida.

El sufrimiento y la enfermedad se relacionan y al mismo tiempo, podemos decir, que la enfermedad produce algún tipo de dolor y sufrimiento, aunque una persona muy enferma puede no percatarse de los síntomas de su patología, hay sufrimientos que no se relacionan con la enfermedad, sin embargo se hacen patentes en la soledad, el envejecer, en el desamor por la ausencia de alguien, todo esto puede convertirse en vivencias de tipo patológico, la enfermedad es un espacio temporal dentro de la vida que tiene un principio y un final, el sufrimiento habitualmente se relaciona con el final de la vida, dado que es la compañía durante todo ese lapso de tiempo del ser humano, por un lado el gozo y por el otro el sufrir haciendo una interrelación de altibajos en esta misma, lo cual permite sobrellevar y asociarlos con mecanismos de defensa específicos donde de alguna manera buscamos la inmunidad en contra

del dolor y permite al hombre sobrevivir extraordinarias vivencias que produce el sufrimiento, como fueron los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, donde ese motor interior combinación de gozo-sufrimiento con la aceptación del intelecto y las adecuaciones tiempo-espacio permite a muchos sobrevivir siempre y cuando no se haya unido la enfermedad a esta circunstancia. Dentro de las  maneras de sufrimiento está la intrapersonal, donde el ser y la aspiración de ser pueden ser incongruentes y producir dolor, frente al sufrimiento el ser humano trata de encontrar un sentido, cuando la persona sufre se percata de que la vida no es un juego ni un cuento ni una comedia de pasatiempo, sino que tiene tintes trágicos y dramáticos, la experiencia de la propia existencia no se relaciona directamente con el pensar, sino con el sufrir “sufro, luego existo” en un conjunto de ideas que le permitan sobrevivir, por lo que podemos definir: el sufrimiento humano es universal y la actitud del ser humano frente a la persona que sufre es la solidaridad y el silencio, acción comprometida y de sumo respeto a la persona que padece.

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