CONTRAFUEGO || Adiós, bloque opositor

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Aurelio Ramos Méndez

Mueve a risa la desesperación con que los aturdidos dirigentes de la oposición raspan el tarro tratando de aprovechar hasta las últimas costras de la voluntad popular, con objeto de intentar impedir la configuración de una mayoría calificada morenista en el Congreso. Vano esfuerzo, porque el carro completo, formal o de hecho, está garantizado.

Representantes del PRIAN, intelectuales, miembros de la comentocracia y vejestorios de toda laya acusan supuestos errores de cómputo, maniobras de sobrerrepresentación, consejeros electorales ladeados, trampas y hasta prestidigitación, destinados a falsificar la votación favorable al partido guinda.

Son desfiguros de rivales de la 4T a quienes la derrota en las urnas les ha hecho perder las formas y fingir ignorancia de la realidad política que los llevó al desastre.

Pretenden desconocer que todo gobierno, en todas partes, cuenta con un vasto catálogo de tretas para convencer, cooptar, comprar, alquilar o chantajear a políticos colilargos, y conformar, de la noche a la mañana, mayorías legislativas. 

Es cosa de recordar el Pacto por México y como diputados y senadores panistas recogieron dinero en carritos del mandado, en la penumbra de algún estacionamiento, durante el trámite de las reformas estructurales de Enrique Peña Nieto.

Abundan en nuestro vecindario los casos de gobernantes que han accedido al poder con bancadas legislativas escuálidas o de plano inexistentes. En Colombia, Álvaro Uribe llegó íngrimo y en cosa de meses consiguió incluso que el Congreso le aprobara su relección.

Y en Argentina, el estentóreo ultraderechista Javier Milei asumió el mando sin legisladores y sigue así, pero a pesar de ello ya se anotó uno o dos triunfos parlamentarios.

En San Lázaro y en Paseo de la Reforma 135 Morena de seguro no tendrá dificultades para conducir el carro completo. En la peor de las hipótesis, a sus bancadas les faltarán dos o tres diputados o senadores, disponibles por montones en el tianguis de la oposición. Obrarán milagros el cash, los puestos burocráticos, los contratos o en últimas los aprietes de clavijas. Nada que no se conozca en el mundo de la política.

Morena tiene la ventaja adicional de que la alianza opositora se ha quedado sin fuerza y sin corazón; peor, se ha quedado desbaratada, no existe más.

O, ¿alguien con un dedo de frente cree que a hora de las votaciones en las cámaras los priistas se sumarán al PAN, sin contraprestación alguna, y que un chasquido de dedos de Alito Moreno conseguirá que comulguen con la derecha más rancia?

Otro tanto puede decirse de los contados perredistas que accederán al legislativo. Sus votos obviamente reforzarán al partido guinda. Es previsible que ninguno acatará indicaciones de un Jesús Zambrano, quien ha perdido la noción del ridículo porque cuando se alcanzan valores tan altos de indignidad se deja de temer al escarnio público.

El carro completo, tan denostado, emergió como una necesidad imperiosa derivada de la irresponsabilidad y el empeño obstruccionista de la oposición, que se ha pasado seis años zancadilleando a la 4T, judicializando por sistema todas las resoluciones del Legislativo.

El grueso de los ciudadanos votó a favor de una nueva conformación del Congreso y su voluntad tiene que ser respetada.

Como dice el dicho: Parece difícil, pero no es fácil. Bastó una semana para que los adversarios del gobierno dieran color respecto a sus intenciones frente al claudismo en los próximos seis años.

Como en un deja vu, la atmósfera se ha llenado de voces según las cuales el nuevo gobierno podrá hacer lo que se le pegue la gana porque ya no hay contrapesos al poder presidencial. ¡Exactamente como fue la plañidera queja en el inicio del sexenio que termina!

A quienes como mantra dicen y repiten tal tontería, debe preguntárseles si como por ensalmo han dejado de existir el Legislativo y el Judicial, la prensa, los partidos, la iglesia, los sindicatos, las organizaciones civiles, gremiales, empresariales en general, y hasta la influyente voz de nuestros vecinos del norte. O, ¿de qué contrapesos hablan?

No nos dejemos engañar. Cuando en lo sucesivo alguien escuche por ahí que los contrapesos son recuerdos, tendría legítimamente que arquear la ceja y reír de buena gana.

Esta misma fue la queja –la falta de contrapesos– al inicio del presente sexenio, a lo largo del cual los medios y grupos de interés y de presión actuaron de modo tan desaforado que bien pudieron haber derrocado al tabasqueño, de no haber sido, en gran, parte por La mañanera, cotidiana emisión que mantuvo alerta, vivo y actuante al electorado amlista.

En la presente tesitura, puede ser, eso sí, que entre quienes constituyen los factores reales de equilibrio del poder aflore la venalidad debilitante. Por ejemplo, entre los intelectuales y periodistas. No son pocos los que ya hacen acrobacias, machincuepas y saltos mortales tratando de caer parados en los prados de Claudia Sheinbaum.

Sobran dedos de la mano para contar a quienes han dado explicaciones si no convincentes, sí al menos razonables y consecuentes con su ideología y su posición irreductible frente al obradorismo.

En cambio, personajes como Joaquín López Dóriga, Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze, Carlos Loret de Mola, Raymundo Riva Palacio, Ciro Gómez Leyva, entre otros, le han soltado la mano al Frente Amplio Por México y su derrotada candidata Xóchitl Gálvez, no por un súbito golpe de sensatez sino por indisimulable afán de congraciarse con Sheinbaum.

Se comprende, los mueve el riesgo de tener que pasar seis años más en el frío polar que implica estar fuera del presupuesto.

Renglón aparte merece Lorenzo Córdova, quien de cara a la devastación anti 4T ofrece un discurso ejemplarmente democrático, el cual podría llevar a quienes no lo conocen a preguntarse qué bicho le picó, o que brebaje le dieron los adeptos del Peje.

“No hubo elección de Estado y el INE cumplió su papel en forma ejemplar”, dice y repite a quien quiera oírlo el expresidente del máximo órgano electoral. Su propósito es obvio: aspira a mantenerse como el principal cruzado frente a una eventual reforma de fondo de este instituto, cuya utilidad, continuidad y dimensión defiende, porque ni modo de descalificarlo sin hacerse el harakiri.

RESCOLDOS

Ya chochea El Jefe.  Diego Fernández de Cevallos menospreció los 36 millones de votos captados por la candidata presidencial de Morena. Dijo que no constituyen la mayoría de la población de 130 millones de mexicanos. Contó hasta a los niños de pecho, pero omitió que un gobierno democrático lo configuran quienes participan de modo activo en los comicios, no los que se quedan en casa. Y ocultó que Vicente Fox y Felipe Calderón accedieron al poder con 15 millones de votos cada uno, sobre un padrón de alrededor de cien millones de electores…

Otro jefe, el jefe del Cartel Inmobiliario, Santiago Taboada, al parecer oyó pasos de animal grande y prefirió huir de la selva. En medios del PAN afirman que el excandidato panista a titular del gobierno de la capital del país viajó a Tulum en plan de descanso, pero de modo repentino decidió salir del país desde ese punto. Teme cambiar su atuendo rosa de “el INE no se toca” por el caqui de presidiario…

A propósito de delincuentes, ¿tomará la justicia cartas en el asunto de los muchos nombres de candidatos que contendieron el día 2 y que a lo largo de la justa fueron ligados a toda suerte de ilícitos? ¿Serán estos casos considerados, como en el pasado, gajes de la democracia? ¿Veremos a Alito, por ejemplo, sometido a juicio de desafuero, o cerrará la 4T con el broche de aquí no ha pasado nada?     

aurelio.contrafuego@gmail.com

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