Carlos R. Aguilar Jiménez
No soy abogado, pero si lo fuera y tuviera éxito demandar al gobierno, quizá podría demandar por ineptitud, incapacidad, corrupción y abuso de poder a la Secretaria de Movilidad, por incumplir su responsabilidad y compromiso, encauzando la demanda a la Secretaria y a su jefe por solapar que policías viales a bordo de patrullas o en despiadados operativos asalten a conductores con cualquier mísero pretexto de infracción o desobediencia al uniformado, en el entendido que por cada vehículo infraccionando obtendrán jugosas ganancias, funcionarios, policías, comandantes, dueños de grúas, encargados de corralones y otros más en un engranaje de abuso de poder y extrema corrupción.
La Secretaria de Movilidad, responsable del tráfico vehicular y hacer cumplir el reglamento, exigente en extremo con cualquier falla en documentos de automovilistas, rígida hasta el abuso con papeles y equipo de motociclistas, no tolera mínima falta al reglamento o pago, amenazando con corralón e infracciones de todo tipo y, por el contrario, la Secretaria de Movilidad no cumple con su obligación y reglamento y se otorga, a sí misma, el abuso impune de atracar en operativos normalizando la costumbre de no molestar a mafiosos de sindicatos, cooperativas y flotillas.
La Secretaria de Movilidad incumple sus obligaciones porque en avenidas de alto flujo: periférico, carretera internacional y otras vialidades, permite el estacionamiento, no obstante exista claramente visible señalética que prohíbe la detención de autos, facilitando incluso el trabajo de talleres mecánicos en la calle, como el de contra esquina de gasolinera en Ixcotel, donde apartan lugar y mantienen vehículos estacionados bloqueando un carril de circulación, sin que ningún policía vial o autoridad lo evite por ilegal y estar el anuncio que lo prohíbe.
Son tres carriles de circulación en carretera y periférico, pero funciona uno, porque siempre hay vehículos estacionados y en doble fila, generando embotellamientos permanentes, mientras los policías viales se dedican a extorsionar y despojar, porque es altamente probable tengan que cumplir con cuota de infracciones, mismas que no pueden aplicar a dueños de negocios callejeros, líderes de flotillas e influyentes de toda clase social. Demandar penalmente a la Secretaría de Movilidad podría ser opción, no obstante, de nada serviría porque la ineptitud, corrupción y crueldad despótica es esencia innata de policías viales y distintivo de funcionarios, interesados en sangrar la economía de pobres motociclistas y dueños de autos viejos, mientras la circulación es a vuelta de rueda, al tiempo que miles de autos se estacionan impunemente en carretera internacional, periférico, Pino Suarez y avenidas de gran circulación. Así que, aunque fuese abogado y demandara a Semovi, se reirían de mí como se burlan y extorsionan a gente pobre con vehículo y arruinan el transporte y circulación de todos, normalizando la ineptitud y el abuso de poder con crueldad policiaca vial.