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Ismael Ortiz Romero Cuevas
En 2004, la cantante islandesa Björk lanzó su quinto álbum de estudio, “Medúlla”, un proyecto que se destacó por su audacia y originalidad. A dos décadas de su lanzamiento, este álbum sigue siendo un referente en la exploración de la voz humana como instrumento principal. Y para conmemorar su próximo vigésimo aniversario, te invito a que hoy exploremos el contexto en el que nació “Medúlla”, su impacto en la música y la cultura, y su relevancia continua en la actualidad.
EL CONTEXTO DEL LANZAMIENTO
En los primeros años del siglo XXI, la música pop estaba dominada por la producción electrónica y los arreglos complejos. Björk, una artista conocida por su constante innovación y su capacidad para reinventarse decidió tomar un rumbo radicalmente diferente con “Medúlla”. En lugar de seguir las tendencias de la industria, optó por un enfoque minimalista y orgánico, centrado casi exclusivamente en la voz humana.
“Medúlla” se gestó en un periodo de gran incertidumbre global, marcado por los atentados del 11 de septiembre de 2001 y las subsecuentes tensiones políticas y sociales. Björk, siempre sensible a los cambios en el entorno, quiso crear un álbum que respondiera a esta atmósfera de ansiedad y búsqueda de identidad. En varias entrevistas, expresó su deseo de volver a lo esencial, de explorar la pureza y la vulnerabilidad de la voz humana.
LA CREACIÓN DEL ÁLBUM
La producción de “Medúlla” fue un proceso colaborativo y experimental. Björk reunió a un diverso grupo de vocalistas y beatboxers, incluidos Rahzel, Mike Patton, Tanya Tagaq y Robert Wyatt, entre otros. Cada uno de estos artistas aportó su propio estilo y técnica, creando un mosaico vocal rico y complejo.
El álbum se grabó en diferentes lugares, desde estudios profesionales hasta entornos más informales, como casas y habitaciones de hotel. Esta variedad de escenarios contribuyó a la sensación de intimidad y espontaneidad que permea todo el proyecto. Björk utilizó técnicas de grabación y producción innovadoras para manipular y transformar las voces, creando paisajes sonoros únicos.
A pesar de la prominencia de la voz, “Medúlla” no es un álbum a cappella en el sentido estricto. Björk incorporó elementos electrónicos y algunas instrumentaciones mínimas para complementar las voces, pero siempre de manera sutil y orgánica. La voz humana es el núcleo y la columna vertebral de todas las composiciones.
ANÁLISIS DE LAS CANCIONES
Cada pista de “Medúlla” es una exploración única de las posibilidades vocales. El álbum abre con “Pleasure Is All Mine”, una declaración de principios que presenta una compleja superposición de voces y sonidos guturales. Desde el principio, queda claro que este no es un álbum convencional.
“Where Is The Line” y “Who Is It” son dos de las pistas más rítmicas y accesibles del álbum, con una energía intensa impulsada por el beatboxing de Rahzel. “Oceania”, por otro lado, es una canción etérea y lírica, que Björk interpretó en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Esta presentación ayudó a llevar “Medúlla” a una audiencia global.
“Vökuró” es una hermosa interpretación de una canción tradicional islandesa, que destaca la conexión de Björk con su herencia cultural. La pista “Ancestors”, en colaboración con Tanya Tagaq, es una de las más experimentales y desafiantes del álbum, con sus sonidos vocales primitivos y evocadores.
“Mouth’s Cradle” explora temas de búsqueda y descubrimiento, mientras que “Sonnets/Unrealities XI”, basada en un poema de E.E. Cummings, es un ejemplo de cómo Björk integra la literatura en su música. El álbum cierra con “Triumph Of A Heart”, una celebración exuberante y alegre de la vida y la creatividad.
IMPACTO Y RECEPCIÓN
“Medúlla” recibió una respuesta mixta de la crítica en el momento de su lanzamiento. Algunos elogiaron su originalidad y valentía, mientras que otros encontraron su enfoque demasiado experimental y difícil de digerir. Sin embargo, con el tiempo, el álbum ha ganado reconocimiento como una obra maestra innovadora y visionaria.
La decisión de Björk de centrarse en la voz humana fue vista como un acto de desafío contra las convenciones de la industria musical. En una era de producción digital y auto-tune, “Medúlla” resaltó la belleza e incluso, imperfección de la voz natural. Esta exploración de la humanidad y la vulnerabilidad resonó profundamente en una época de creciente alienación tecnológica.
El álbum también tuvo un impacto significativo en otros artistas y en la música experimental. “Medúlla” abrió nuevas posibilidades para el uso de la voz en la música contemporánea, inspirando a músicos de diversos géneros a experimentar con técnicas vocales y a explorar la voz como un instrumento versátil y poderoso.
LA RELEVANCIA DE “MEDÚLLA” HOY
Veinte años después de su lanzamiento, “Medúlla” sigue siendo relevante tanto musical como culturalmente. En una época donde la autenticidad y la conexión humana son más valoradas que nunca, el enfoque de Björk en la voz humana resuena con una nueva generación de oyentes.
El álbum ha influido en una amplia gama de artistas contemporáneos, desde músicos de pop y electrónica hasta compositores de música experimental. Su impacto se puede ver en la creciente popularidad de proyectos que exploran la voz humana de maneras innovadoras, como el uso de loops vocales, el beatboxing y las técnicas de canto armónico.
Además, “Medúlla” sigue siendo un testimonio del espíritu aventurero y la creatividad ilimitada de Björk. A lo largo de su carrera, ha demostrado una y otra vez que está dispuesta a tomar riesgos y a desafiar las expectativas. Este disco, que hoy celebramos, es un recordatorio de que la verdadera innovación a menudo surge de la voluntad de explorar lo desconocido y de abrazar la vulnerabilidad.
Sin duda, es un álbum que desafía las convenciones y celebra la voz humana en toda su complejidad y belleza. A veinte años de su lanzamiento, sigue siendo una obra audaz y visionaria que ha dejado una marca en la música contemporánea. A través de su exploración de la voz como instrumento, Björk nos invita a redescubrir la pureza y la potencia de nuestro propio sonido, recordándonos que, en medio de la incertidumbre y el cambio, la autenticidad y la humanidad son nuestras mayores fortalezas.
En última instancia, “Medúlla” es un testimonio del poder transformador de la música y de la capacidad de Björk para captar y expresar la esencia de la experiencia humana. En un mundo cada vez más digital y desconectado, este álbum sigue siendo una llamada a la introspección, a la conexión y a la celebración de lo que nos hace únicos como seres humanos.
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