Carlos R. Aguilar Jiménez
El politburó de la Unión Soviética y de otros países comunistas del siglo pasado y en algunos todavía en el XXI, era y es el comité, el partido político en el que reside la autoridad absoluta y total del país, entendiéndose como el máximo y absoluto control ejecutivo de distintos partidos políticos, se autonombran legítimos representantes del pueblo o de alguna ideología, léase: “Humanismo mexicano”, “Austeridad republicana”,” Por el bien de todos, primero los pobres” o, “Con el pueblo todo, sin el pueblo nada”, “Proletarios del mundo uníos” o “La esperanza de México” como sucede ahora en nuestro país donde el poder absoluto del gobierno lo tiene el partido oficial: el politburó de Morena, la dirigente de este partido, Luisa María Alcalde Luján, que obedecerá al hijo de AMLO, y la presidenta.
El politburó de Morena hoy es el máximo órgano de poder político y control total, sin oposición política alguna, impedimento social, ni contrapeso en aspectos legislativos, judiciales y con control total de órganos electorales, como el INE que ahora obedece sumisamente al politburó y absolutamente de toda institución oficial, incluidos los 26 estados y en especial Oaxaca, que por pertenecer dócil y obedientes al politburó moreno, perdieron libertad y soberanía, constituyéndose el gobierno mexicano, desde el 1 de octubre 2024 en un centralismo de partido político hegemónico que no le rinde cuentas a nadie y que con su mayoría en el poder legislativo y judicial, con jueces a modo, puede a su gusto modificar la constitución e incluso la Biblia y las leyes del universo, pues tienen Todo el Poder para hacerlo y la devoción y fe ciega sus militantes.
En los estados marxistas, comunistas como Rusia, Cuba, Venezuela, Corea del Norte, Laos o Vietnam, el partido con el poder absoluto se dice la vanguardia de la transformación y cambio de régimen, ejemplo de moral, austeridad e incorruptibilidad, utilizando como argumento el politburó moreno, que 35 millones de votos le dan legitimidad para hacer lo que quiera, ignorando a todos los millones de mexicanos que no votaron por ellos, del mismo modo que hicieron los camisas pardas, franquistas, leninistas, maoístas, estalinistas y castristas con los que no comulgaban con su partido, utilizando en extremo, en rusia, los gulags o campos de concentración para eliminar a sus adversarios y para militarizar más al país, soslayando la inseguridad, dejando en indefensión a enfermos, una deuda inmensa, contando con apoyo popular derivado de dadivas que se entregan con el dinero de quienes trabajan productivamente.
También con todo el poder, pero menos fanático, pedestre y radical, el politburó del PRI, controló casi 80 años el gobierno, hasta que los sistemas democráticos y tecnología moderna que llevaron al poder a Morena, los desplazó y casi extinguió, como al PRD; ahora será cuestión de esperar el transcurso de la historia para constatar en medio siglo o más, cuánto durará en el poder el politburó de Morena. El soviético duro desde Lenin hasta Gorbachov.
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