Aurelio Ramos Méndez
Serían desopilantes, buenas bromas del Día de los Inocentes, si no fueran lo que son: vergonzosas demostraciones de supina ignorancia sobre los alcances de la designación de los narcos como terroristas por Estados Unidos, por la presidenta Sheinbaum, e insultantes mentiras para disimular la traición a la patria, dándoles trato de estúpidos a los mexicanos, por el líder nacional del PAN, Jorge Romero Herrera.
En la Mañanera del pueblo la Jefa del Estado expresó que Donald Trump, al anunciar la clasificación de los cárteles de las drogas como grupos terroristas desde el día uno de su gobierno, “nunca habló de realizar una intervención militar en territorio mexicano”. ¡Como si verbalizar algo así fuese necesario para ser creíble!
Por su parte, el dirigente panista y jefe del Cártel Inmobiliario, sin sonrojarse y contra un alud de evidencias, negó que su partido haya invocado hasta la náusea la invasión a México por Estados Unidos, que eso y no otra cosa significa, en última instancia, tal clasificación como terroristas de los traficantes de drogas.
“El PAN ¡claro que está del lado de México y de su Estado, como Estado soberano!”, mintió Romero por radio.
Y hasta se dio el lujo de aludir a la Presidenta exigiéndole “que no nos mientan (…) que juzguen a la oposición por lo que dice y por lo que afirma, no por lo que se nos atribuye”.
Parece mentira que a estas alturas de la historia nuestras más altas autoridades y líderes políticos desconozcan –o finjan desconocer— uno de los rasgos más característicos y desmedidos de la arrogante prepotencia imperial.
Esto es, la vigencia en la potencia vecina de leyes –la Ley de Justicia contra los Patrocinadores del Terrorismo, una de ellas—confeccionadas de manera unilateral, que establecen sanciones diversas de aplicación extraterritorial, so pretexto de perseguir y combatir el terrorismo.
Lo saben aun los observadores menos perspicaces o precariamente informados. Las sanciones, en principio, son de carácter económico, comercial o financiero, imposición de aranceles, bloqueo de créditos en organismos internacionales dominados por EU, cese de la exigua ayuda y colaboración para el desarrollo, la retención de pertrechos para el combate a la delincuencia, y en ultimas, de convenir así a los intereses gringos, la invasión territorial.
Si hablamos de acciones unilaterales y extraterritoriales, mal puede esperarse que el huésped de la Casa Blanca o cualesquiera otros funcionarios notifiquen de modo cortés y educado, con precisión de día, hora y estrategia la invasión territorial con algún fin específico de marines o agentes de las diversas agencias estadunidenses.
Así ha ocurrido en numerosos países al costo de decenas de millares de muertos. En Panamá, para capturar al exagente de la CIA y presidente de la República, Manuel Antonio Noriega. En Irak para derrocar y asesinar a Sadam Husein. En Afganistán para matar a Osama Bin Laden. Por sólo mencionar tres botones de muestra que no son suposiciones sino episodios históricos consumados.
Así ha ocurrido también en México. En 1990, cuando policías gringos secuestraron en Guadalajara al médico Humberto Álvarez Machain. Y, más recientemente, en un hecho aun no aclarado a cabalidad, cuando se llevaron a Ismael El Mayo Zambada.
Se entiende que la Presidenta Sheinbaum haya intentado, aun a costas de su imagen, restarle voltaje a los dichos de Trump. Y se entiende también el duro señalamiento que, con toda razón, le hizo a la oposición en los siguientes términos:
“Increíble la verdad… ¡Celebrando la intervención, una intervención de Estados Unidos en México! Es que son iguales que los conservadores del siglo 19, que fueron a buscar a Maximiliano para que viniera a México, celebrando la intervención francesa contra Juárez y la Reforma; es lo mismo ahora”.
Con los peores y mentirosos argumentos el panista Romero buscó rebatir la acusación presidencial. “Nosotros en el PAN siempre vamos a creer en la fuerza del diálogo, y por supuesto que nosotros estamos del lado del Estado soberano, siempre. Que no nos mientan”, dijo.
No señor. Estamos ante descaradas mentiras suyas orientadas a tratar de encubrir conductas desnacionalizadas y punibles.
Suman decenas las declaraciones de diputados, senadores y dirigentes del blanquiazul solicitando y hasta promoviendo iniciativas de ley con la finalidad de clasificar como terroristas a los cárteles de las drogas.
El caso más notable de quienes con desembozado colaboracionismo demandan semejante medida corresponde al exlíder nacional del panismo, Marko Cortés, muchas de cuyas declaraciones fueron difundidas ¡mediante boletines de prensa oficiales del comité nacional de su partido!
El 25 de septiembre pasado uno de esos boletines dio cuenta de esta declaración Cortés, en funciones de palafrenero del Tío Sam:
“Si el régimen morenista realmente quisiera frenar los actos de violencia y terror que genera el crimen organizado, hubieran aprobado nuestra propuesta para tipificarlo como narcoterrorismo, eso sí lograría una auténtica cooperación internacional para combatirlos y los mexicanos podamos vivir en paz”.
Consideró evidente “que se trata de narcoterrorismo cuando lo que infunde el crimen en las poblaciones es terror, violencia, violación a los derechos humanos, secuestros, desapariciones forzadas.
“Es evidente que se trata de narcoterrorismo cuando incendian autos y casas, bloquean con autobuses calles para evitar el libre tránsito y en una ciudad se cancelan las clases y hay toque de queda, porque hay balaceras”.
Un mes después, el 24 de octubre, otro boletín, datado en Dallas, informó que por aquellos lares Cortés “urgió a que se tipifique el narcotráfico como terrorismo para que instancias internacionales puedan colaborar con las locales y se combata la inseguridad”.
Y el 7 de noviembre, el jefe panista felicitó a Trump por su victoria electoral y criticó que durante el gobierno de López Obrador se registraron 200 mil asesinatos y 50 mil desapariciones, y “los hechos de narcoterrorismo” se dispararon a lo largo del país.
Vestido con piel de oveja, agregó:
“Hemos propuesto tipificar al narcoterrorismo como un delito grave. Es un delito que causa profundo dolor a las familias mexicanas, y lo que hemos propuesto es una estrecha colaboración internacional para que México pueda combatir eficazmente la delincuencia organizada”.
Enseguida posó de víctima. “El régimen morenista quiere confundir a la población con el falso argumento de que se trata de un intervencionismo y que se pone en riesgo la soberanía. Eso es completamente falso”.
Así dijo el jefe del panismo, según todos los indicios con plena determinación de darle cobertura política a las leyes extraterritoriales gringas y de propiciar una cuarta invasión a México.
Traición a la Patria, por donde se mire.
BRASAS
Ni en Navidad Ricardo Salinas Pliego cejó en su afán de atacar con uñas y dientes al gobierno federal, empeñado en cobrarle la friolera de ¡63 mil millones de pesos! por concepto de adeudos fiscales.
“Feliz navidad y que Dios los cuide… porque Morena no los va a cuidar y les va a robar todo”, les dijo este mega evasor a sus seguidores en las redes sociales.
El magnate está furioso por el desplome de su imperio económico. De la noche a la mañana Grupo Elektra perdió 75 por ciento de su valor y terminó por emigrar de la Bolsa de Valores, lo cual significó para él la humillación de ser borrado de la lista de los diez hombres más ricos de México.
Por encima del blanqueador de dinero del narcotraficante Raúl Salinas de Gortari –en 1993 le prestó así nomás, por puro crédito a la palabra, ¡29 mil 700 millones de dólares! para comprarle al gobierno de Carlos Salinas, a precio de ganga, la televisión pública—está el Rey del Acero, Rufino Vigil González, cuya fortuna asciende a 4.4 mil millones de dólares.
Como si se tratara de un providencial regalo navideño para los mexicanos, el gobierno publicó el pasado jueves el expediente de los adeudos a la hacienda pública de este empresario, que no son 40 mil millones como la opinión nacional erróneamente suponía sino 63 mil millones de pesos.
El adeudo es descomunal porque asimismo llegó a ser estratosférica la fortuna malhabida de este empresario, que dice detestar a los políticos pero cuyo patrimonio ha sido forjado en descarada connivencia con políticos.
“Inflación e impuestos: las herramientas favoritas de los políticos para empobrecer a ese pueblo que dicen proteger… y del que no dejan de robar”, escribió en X sin sonrojarse.
“¿Hasta cuándo aguantarán o cuándo se irán a organizar para pedir a cambio de tanto impuesto, una vida más segura y que dejen de abrazar y proteger delincuentes?”, escribió también, sin vergüenza alguna, este negociante logrero que durante seis años fue consejero económico del gobierno que ahora deturpa.
RESCOLDOS
Con méritos de sobra por una carrera como jurista, académica, político-partidista y de funcionaria pública propia y destacada, Bertha Alcalde Luján rindió protesta como fiscal general de justicia de la Ciudad de México. Fracasaron los miembros de la oposición que buscaron obstaculizar su nombramiento, con el inaplicable argumento del nepotismo. Se antoja inocentada de 28 de diciembre el que las acusaciones más acres provinieron de dirigentes del PAN, el más grande hervidero de nepotes en nuestro país…
Lo dicho: Donald Trump presenta graves problemas de salud mental. Sólo a un desquiciado se le ocurriría poner tantos fierros en la lumbre como él los ha puesto. Ahora dijo que Estados Unidos podría apropiarse del Canal de Panamá y comprarle a Dinamarca –hilarante inocentada– el territorio autónomo de Groenlandia. Sus baladronadas han perdido eficacia y pueden ser tomadas a chunga, pero –cuidado– no dejan de ser las de un loco peligroso.
¡Feliz 2025!
aurelio.contrafuego@gmail.com
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