CONTRAFUEGO || Justicia a México en Colombia

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Aurelio Ramos Méndez

Merece con creces estar en un penal de alta seguridad, de modo vitalicio; pero debido a su avanzada edad (73 años) el expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, fue sentenciado a 12 años de prisión domiciliaria, que purgará en la paradisiaca finca de su propiedad –una de varias– Llanogrande. Con su condena, también los mexicanos estamos siendo resarcidos de un inmenso daño que este personaje le causó a nuestro país.

Por encargo del gobierno de Estados Unidos, Uribe fue el operador de la estrategia de guerra total supuestamente en contra del narcotráfico, aunque en realidad combatió a las guerrillas. Y, como tal, se convirtió en el principal asesor de Felipe Calderón en la guerra contra el narcotráfico, que hundió a México en un baño de sangre, cuyas consecuencias todavía persisten, y vigorizó al narcotráfico.

Uribe fue declarado culpable de soborno en actuación penal y fraude procesal –compró reos para testificar a su favor y tratar de ocultar un rosario de crímenes de su autoría– y la jueza del caso determinó que “se hace imperiosa su rauda detención”, entre otras cosas por riesgo de fuga.

Resaltan entre las acusaciones en su contra el patrocinio al paramilitarismo y la vinculación con las despiadadas Autodefensas Unidas de Colombia, uno de cuyos bloques –Metro—fue fundado por él y su hermano Santiago en otra hacienda de este desmesurado terrateniente, Las Guacharacas.

Destaca también el soborno de testigos para maquinar un montaje e inducir a error las autoridades, mediante imputaciones falsas en contra del senador Iván Cepeda, quien en 2012 develó sus nexos con paramilitares.

Una vez ejecutoriada la sentencia, el protervo exmandatario será confinado en la finca referida, la cual –dicen las crónicas—cuenta con lujos deslumbrantes: lago artificial, caballerizas, alta seguridad, guardias bien pertrechados, vehículos blindados, caballos de paso fino…

Dos meses antes de tomar posesión de su cargo, el 4 de octubre de 2006, Calderón viajó a Bogotá para sostener una larga entrevista bilateral con el entonces presidente de Colombia, y luego un almuerzo de trabajo que insumió más de medio día.

¡Vaya uno a saber qué brebaje le habrán dado a Calderón Uribe o los gringos! El caso es que el michoacano, que tres meses antes había usurpado la Presidencia, escuchó fascinado los supuestos logros de la denominada “seguridad democrática” del gobernante colombiano, y de buen grado copio el tan sanguinario como inútil modelito.

¿En qué consistía aquella política dictada por los gringos y operada por Uribe? Entre otras cosas, pasarse por la faja los derechos humanos y atacar con plomo y más plomo a los grupos insurgentes. 

Y en instaurar una práctica infame: darles incentivos económicos a soldados que presentasen “resultados” en combate, lo que pervirtió la función militar y propició los llamados “falsos positivos”.

¡Más de seis mil civiles fueron asesinados por militares y presentados falazmente como guerrilleros o narcos muertos en refriegas que jamás existieron! 

Casos hubo –según reportes de prensa– de soldados que acudieron ante sus superiores llevando en el hombro un cuerpo decapitado o extremidades cercenadas para reclamar el cobro correspondiente.

Con actitud de vendepatrias y docilidad de lamesuelas del Tío Sam, Calderón importó la política uribista con doble intención: declararle la guerra al narco como pretexto para sacar el ejército a las calles e inhibir protestas por su fraude electoral, y tratar de granjearse respaldo gringo para quedarse en el poder.

Con más de 150 mil muertos a la espalda y develada la complicidad de su gobierno con traficantes de drogas –su secretario de Seguridad Pública cumple condena de 38 años de cárcel por narco en Estados Unidos–, el usurpador intenta ahora canjear servilismo por indulgencia. 

Hace hasta lo imposible para pasar agachado y calladito, sin que la justicia de EU lo reconozca entre los cómplices de Genaro García Luna, empeño en el cual la sanción a Uribe podría beneficiarlo, dada su condición de antiguo criado. 

Al conocer la sentencia, el canciller de Trump, Marco Rubio, intentó reivindicar al colombiano sirviente de EU; dijo que es “un ataque contra un patriota”, y acusó a los jueces de usar la justicia con fines políticos.

También Calderón respaldó a su mentor, asesor y socio.  “Mi solidaridad con el Presidente @AlvaroUribeVel, a todas luces víctima de una injusticia que encumbra a los violentos y persigue a quienes enfrentaron a los que optaron por la muerte, el secuestro y el terror”, escribió en X.

No es extraño que el expresidente 2006-2012, que virtualmente anda a salto de mata, simpatice y apoye a criminales. En su momento sacó el pecho por García Luna, y Uribe no ha sido su único amigo-delincuente en aquella nación sudamericana.

Como estudiante en Harvard trabó amistad con Samuel Moreno Rojas, político –cuatro veces senador— que en 2011 fue echado de la alcaldía de Bogotá, acusado de fraude, cohecho y una retahíla de trácalas, y acabó sentenciado a 19 años de cárcel.

El 9 de febrero de 2023 el amigazo del alma de Calderón, quien también le había proporcionado respaldo político y acercado asesores y contactos, sufrió un desmayo en su celda, tuvo que ser hospitalizado y falleció al día siguiente.

El coartífice de la guerra contra el narcotráfico en México, representante de la derecha más cavernícola, está hoy convertido en el primer expresidente colombiano en ser condenado por la justicia penal. Su cacicazgo, en buena hora, ha empezado a desmoronarse. 

Aunque es necesario, sin embargo, esperar la última instancia judicial para tener certeza de que este pez gordo no se zafará del anzuelo.

BRASAS

La designación de Pablo Gómez como titular de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral es garantía de imparcialidad y juego limpio. 

Y de trabajo honrado por el país, no por los partidos –ni siquiera el de su militancia–, los políticos o los grupos de presión y de poder.

El veterano político de la izquierda es ampliamente respetado aun por miembros de la oposición.

Es también, sin duda, el mayor experto en materia electoral que tienen Morena y el gobierno federal. Viejo lobo de colmillo retorcido a quien será imposible chamaquearlo o tentarlo con moches y cochupos.

Su nombramiento anticipa amplia aceptación de la reforma, porque resultará cuesta arriba restarle méritos o tratar de descalificarla por pretendida parcialidad.

Cabe esperar, por todo ello, que la reforma revertirá prácticas mafiosas de anteriores modificaciones, como la partidocracia, suprimirá los bubones purulentos que son las diputaciones y senadurías de representación proporcional y realizará una poda considerable al exorbitante gasto en elecciones…

Esperar, además, que limpiará el cochambre del sistema de partidos, saturado de verdaderas empresas electorales o –peor—de asociaciones para delinquir, y depurará la nómina de los políticos de siempre prendidos a la ubre del Estado.

Que adelgazará el INE despojándolo de encargos impropios, como la educación cívica, que es más bien tarea de la SEP y el sistema educativo, ideados sin otro propósito que abultar el presupuesto del órgano electoral. O, mejor, de los partidos que lo controlan.

Que simplificará la normatividad, en algún momento simbolizada por un Cofipe ¡conformado por once libros!, que ni los politólogos comprendían, y que complicaron hasta el absurdo el hecho simple de sumar los votos uno más uno. 

Y que, en fin, propiciará la formación de verdaderos partidos, como genuinas realidades sociológicas, con representatividad, ideología, principios y democracia interna, no lo que ahora hay en el mercado.

La última palabra, obviamente, la tendrán los legisladores; pero la iniciativa del Ejecutivo, aderezada con el trabajo de la Comisión Presidencial, podrá ser acompañada de un acuerdo amplio que facilite su trámite en el Legislativo.

****

La última y nos vamos de Calderón. Se burló de la gobernadora Rocío Nahle, quien atribuyó a un infarto la muerte de la profesora Irma Hernández, ciertamente minimizando la agresión que sufrió del crimen organizado. 

“Cristo murió de un paro cardiovascular y respiratorio. Nada tuvieron que ver los fariseos y los romanos. -Rocío Nahle.”, dijo con sorna en X.

Si Calderón ya resolvió la muerte de Jesús hace dos mil años, cabe pedirle que nos diga ahora cuáles eran sus pruebas al haber llamado delincuentes y pandilleros a los 16 muchachos masacrados por un comando, en una fiesta de 60, en Villas de Salvarcar, Ciudad Juárez.

Aquel doloroso hecho ocurrió el 31 de enero de 2010 y la justicia no les comprobó a esos jóvenes delito alguno.

Por este deplorable episodio, el michoacano, siendo aún Presidente, mereció la humillación por la madre de una de las víctimas, quien dignamente le dio la espalda mientras él pronunciaba una perorata en un acto público. 

Y, que nos diga también de qué y a manos de quiénes murieron Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, la madrugada del viernes 19 de febrero de 2010.

Hablamos de dos de los incontables “falsos positivos” mexicanos, estudiantes de posgrado del Tec de Monterrey, con beca de excelencia académica, ejecutados de manera extrajudicial por militares, al salir de una larga jornada de estudio en laboratorios de su escuela, a quienes el mendaz Presidente presentó como muertos en un enfrentamiento.

El farisaico exmandatario tildó de narcotraficantes a esos jóvenes de excelente desempeño universitario. Y, de simples “daños colaterales” de su insensata y fallida guerra antinarco. ¡Zopenco!

RESCOLDOS

Se necesita cara más dura que el concreto para criticar el nepotismo –ciertamente indefendible– en la 4T, si se es integrante de la dinastía fundada por la hija de Vicente Guerrero, Dolores Guerrero, y Mariano Riva Palacio Díaz. Este político y abogado fue once veces diputado o senador, tres veces gobernador del Estado de México, dos veces candidato presidencial, alcalde de la capital del país, ministro de Hacienda y de Justicia, y defensor de Maximiliano. Durante 200 años los seis hijos de esta pareja y sus descendientes, que son legión, han estado enchufados al erario, en todos los ámbitos de la vida pública; muchos en el periodismo. ¡Ese es nepotismo, no parlamento entre Mufasa y Simba en El Rey León!

aurelio.contrafuego@gmail.com

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista. 

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