Aeropuertos nazis

Date:

Carlos R. Aguilar Jiménez

Transportarse por aire en avión de hélices o de propulsión a chorro (jet) fue, y es, un privilegio desde el inicio del siglo pasado hasta nuestros días, y si bien lo sigue siendo a partir que el avión inicia vuelo hasta que aterriza, los abusos, discriminación, arbitrariedades y violación de todo derecho humano que se sufre en los aeropuertos, es similar a las condiciones que vivieron los prisioneros en los campos de concentración de los nazis o gulags soviéticos.

Ingresar a un aeropuerto, como el de Oaxaca, que desde su entrada es de impacto brutal ante la escena propia de reclusorio de alta seguridad o de un campo de concentración, donde inmensas puertas negras, cercas alambradas, púas, alambres con ganchos y guardias póngidos intimidan al más estoico, iniciándose el suplicio que deberán sufrir todos los pasajeros o usuarios; que si bien puede evitar filas y nulo respeto a la dignidad de las personas por parte de los empleados al obtener pase de abordar digitalmente, lo que sigue es humillante y degradante.

Ingresar a la salas de abordaje implica, según aspecto, ropa o color de piel del pasajero, quitarse los zapatos y hasta bajarse los pantalones porque así se le antoja al vigilante humillar al viajero, despojarse de cinturón, abrigos, llaves, teléfono, relojes y accesorios personales, para luego pasar un scanner y el escrutinio déspota de algún guardia que, a su criterio elegido por jefes que buscan a gente vengativa y resentida socialmente, ponerse en posiciones corporales que se les ocurran para permitir el acceso, luego de vejar a los pasajeros, niños, adultos mayores o quien sea.

Casi todo se normaliza y, desde que el 11 se septiembre del 2001, las exigencias de seguridad de aeropuertos, que iniciaron discretas, hoy utilizan los mismos métodos de seguridad que los campos de concentración nazis y la nula educación, atención y respeto de sus empleados, porque a directivos y guardias de aeropuertos no les importa la dignidad y decoro de los pasajeros, a quienes ahora, además extorsionan vendiendo asientos de aviones, limitando el contenido del equipaje de mano y en general, tratando a todo usuario de aeropuerto como prisionero nazi, sin poder protestar o reclamar, porque de inmediato se lo llevan a salas de interrogatorios y tortura donde se trata como terrorista a quien sea únicamente por su aspecto o alguna queja.

Viajar en avión sigue siendo un placer cuando ya se está en vuelo, pero es una infamia y humillación el trato del personal de los aeropuertos, que además se ve que disfrutan al humillar a la gente indefensa, y es una vergüenza que las autoridades del transporte federal o local se regodeen con su trato fascista o nazi a quienes, incluso por sobreventa dejan sin poder abordar y, es peor la indiferencia que los de “derechos inhumanos” no hagan algo para limitar el trato de los de la SS Schutzstaffel a cargo de los aeropuertos, en especial del SS, Aeropuerto de Oaxaca. 

—————————————————-  

Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista. 

Share post:

spot_img

Popular

More like this
Related

CONTRAFUEGO || Piratas, corsarios y mercenarios

Aurelio Ramos Méndez La visita del canciller gringo Marco...

Mejores que dioses y reyes

Carlos R. Aguilar Jiménez Mucho se habla respecto de que...

DICEN QUE… || Debemos estar listos para todo

Juan Carlos Salamanca Dicen que debemos estar listos para todo… Que...

CONTRAFUEGO || Casas, mansiones y covachas

Aurelio Ramos Méndez Por sus casas los conoceréis, podría parafrasearse...