Trilogía Berlín: los álbumes que salvaron a Bowie

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Ismael Ortiz Romero Cuevas

Uno de los acontecimientos cinematográficos que están por venir y que me tiene realmente emocionado a pesar de todos los problemas que lo rodean, es la película biográfica de David Bowie, la cual se sabe llevará por nombre tentativo “Starman”. No es un secreto la admiración que siento hacia el cantautor británico, quien siempre me ha parecido, vivía con una especie de iluminación divina y quizá unos 200 años adelantado a su época. Citaré a un muy querido amigo: “Bowie no era un cantante y músico. Era un profeta”. Suscribo 

Se sabe también que el argumento de la posible película serán los eventos que rodearon la grabación del que quizá es su disco más famoso: “The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars”, o como los fanáticos lo conocemos cariñosamente, Ziggy Stardust. Pero la grabación de ese disco es tan interesante e intensa como quizá lo son todos en la carrera del maestro Bowie y hoy queridos lectores les invito a que recordemos tres álbumes tan emblemáticos como históricos, además, de que permitieron a su camaleónica majestad no solo experimentar y realizar nuevos sonidos en su música, sino que salvaron su vida. 

Después del éxito de su disco “Station To Station”, donde su alter ego llamado “El delgado duque blanco” causó devastaciones en el físico del cantante, además de que tenía problemas legales con su abogado, una profunda tristeza abatía a Bowie. El mismo cantautor mencionó en varias entrevistas y en biografías, que debido a su adicción a la cocaína, no recordaba la grabación del disco ni muchos de los sucesos que lo rodearon. Viviendo en Nueva York, la dieta de Bowie consistía en comer únicamente pimientos morrones y meterse cocaína; ocasionándole una apariencia misteriosa, pero sumamente degradante. El duque blanco, se había apoderado de él por completo. 

Sintiendo una profunda pena y tristeza, decide entonces regresarse a Europa, para instalarse en Berlín, hoy capital alemana y que en ese entonces, en 1976, aún se encontraba dividida por los triunfadores de la Segunda Guerra Mundial. Decidido a abandonar las adicciones y sintiendo admiración por el músico Brian Eno, Bowie le plantea realizar un trabajo diferente a lo que había realizado antes. Y ahí se gesta la mítica trilogía de álbumes que se consideran un parte aguas en la historia de la música conformados por los discos: “Low”, “’Heroes’” y “Lodger”, además, enmarcados por la residencia del cantante en una de las capitales culturales por excelencia: Berlín. 

“Low” (Enero, 1977).- Dos conceptos, un disco

Producido por Tony Vizcontti y no por Brian Eno como se piensa, “Low” fue un material que fue grabado pensando en los dos lados que ofrecían los discos de vinilo. El Lado A, contiene piezas muy armoniosas, elegantes y enérgicas. Basta escuchar “Sound And Vision” con un sonido tan aristocrático y con la voz de Bowie cantando al estilo soul. En contraste, el Lado B, es una especie de concepto más lúgubre y oscuro. Ese lado del material comenzaba con la memorable pieza llamada “Warszawa”, la más representativa del lado tétrico de “Low”. Vizcontti comenta que mientras se encontraban en Francia, realizando la grabación en el estudio del castillo Chateou d’ Herouville, Bowie tenía que salir a realizar diligencias a Paris por el caso de la demanda a su abogado; eso, le hacía regresar al estudio enojado y triste, siendo eso, lo que inspiró las pistas del Lado B del material. Asimismo, se le atribuye a “Low” el incluir los primeros efectos digitales en la historia de la música, utilizando el entonces innovador Harmonizer Eventide H910, el cual le permitió a Vizcontti y a Eno, hacer efectos para la batería del álbum, logrando un sonido único en aquellos años; la mezcla se realizó en Hansa Studio, en Berlín . “Low” se encuentra en la lista de los 100 mejores álbumes británicos ocupando el puesto 14. Sin embargo, por raro en su momento, no fue un disco exitoso comercialmente. 

“’Heroes’” (Octubre, 1977).- Un beso en el muro de Berlín

Junto con Ziggy Stardust, éste es otro de los materiales más famosos de David Bowie. Grabado en su totalidad en Hansa Studio en Berlín, “’Heroes’” es descrito por especialistas en música como toda una experiencia acústica. Y no es porque se grabara en ese estilo, sino porque el estudio constaba de una sala grande, donde Bowie, Eno y Vizcontti instalaron a los músicos, logrando un sonido retumbante, poderoso y soberbio. Con Bowie ya de mejor ánimo e inspirado por la atmósfera que el estudio le provocaba por estar muy cerca del muro que dividía la ciudad, comenzaron la grabación del histórico material. Para este trabajo, Tony Vizcontti y el mismo David Bowie le dieron principal notoriedad a dos guitarristas: Carlos Alomar y Robert Fripp. El primero de origen puertorriqueño, es mencionado por los productores como un guitarrista versátil y extremadamente talentoso, capaz de crear esas melodías casi imperceptibles en una primera escucha, pero que sin ellos, simplemente la canción no despegaría… en efecto, tal como en “Heroes”, la canción estelar del álbum. El mito que rodea al track también es un tema que por sí solo, merecería una película. Se comenta que en un estado de profunda melancolía, Bowie miraba el muro de Berlín al lado de Iggy Pop, su ‘roomate’ y mejor amigo; ante ello, se imaginó la historia de dos amantes separados por el muro y que ambos se acercaban en las tardes y besaban la pared, paralelo a donde se encontraban parada la pareja. 

Existe una anécdota relatada por el mismo Iggy Pop y que comenta que en el mítico concierto de Bowie en el extremo del muro en 1978, cantaba justamente ese tema que terminó siendo coreado con miles de personas que se encontraban en el concierto, pero también por quienes estaban del otro lado y quienes tenían el oído pegado al muro. Ese coro, lleno de emotividad, fuerza y esperanza, hizo que Bowie terminara el concierto en un mar de llanto. “Heroes” ha sido versionada por un sinfín de cantantes, utilizada en cientos de películas y fue el himno de la delegación británica en los Olímpicos de 2012. Es una canción delirante y de las más famosas del gran David.  

“Lodger” (Mayo, 1979).- Estrategia oblicua

Este es el disco que culmina la aclamada Trlogía Berlín de David Bowie. Fue realmente hasta después del gran éxito comercial que supuso “’Heroes’” que tanto a Bowie como a Vizcontti, se les ocurrió la idea de la trilogía y “Lodger” supondría el final de esta. La grabación de este material comenzó en los Mountain Studios en Suiza, sin embargo, el sonido que reflejaba en la grabación no fue del agrado ni del productor ni del cantante, por lo que se trasladaron de a los Record Plant en Nueva York, donde también hubo problemas de sonido, pues la disquera, RCA, contrató el Estudio F, el más pequeño del complejo. Aunado a eso, a Vizcontti se le ocurrió una técnica para este material algo osada a la que llamó estrategia oblicua, la cual consistía en escribir ocho acordes en una pizarra y pedirle a los músicos dentro de la sesión que tocaran algo; luego de manera arbitraria, señalaba un acorde y tenían qué seguirlo. Muchos profesionales de la música no comprendieron el experimento y argumentaban falta de orden y escuela, incluso lo catalogaron como “una verdadera mierda”. Ese experimento no fue obstáculo para que el mismo Alomar (el guitarrista en el tema “Heroes”) y a quien tampoco le cayó nada bien eso de la estrategia oblicua, realizara ejecuciones grandiosas para “Fantastic “Boyage” o “Boys Keep Swinging”; o sonidos híbridos como el reggae / turco en “Yassassin”. Descrito como un material con “destellos ocasionales de genialidad”, “Lodger” es el disco más criticado de esta trilogía (no sé si llamarla colección), sin embargo, al paso del tiempo, se ha convertido en un material apreciado, justamente por estar acorde a tiempos más modernos que en el que fue lanzado. Algo típico en Bowie. 

La trilogía Berlín de David Bowie, son discos que han consolidado la genialidad del artista británico, sin quien de verdad, no entenderíamos la música actual. Estos materiales, influenciaron sonidos que más tarde conoceríamos como New Wave, Post-Punk o Industrial, mismos que aparecieron posteriormente a estos trabajos y que se sabe, tienen una base fundamental en lo que creó Bowie en conjunto con sus talentosos colaboradores. Han pasado más de cuarenta años desde el lanzamiento del primer disco de esta trilogía, y que aún cuenta con un sonido que nos sigue sorprendiendo. Porque es el sonido de la historia de la música. 

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