Carlos R. Aguilar Jiménez.
Inmersos en la creciente moda de sobreprotección y zoofilia hacia determinados animales considerados mascotas: perrijos y gatijos, excluyendo sabandijas, y animales considerados feos y los que sirven de alimento, los zoofilicos amantes de perros y gatos, exigen al gobierno municipal, que se proteja y respete a canes y felinos, pero no guajolotes (que serán masacrados por millones para Navidad), vacas cerdos, pollos, conejos, chivos o corderos; animales que para los animalistas zoofilicos, en coherencia y justicia deberían también tener los mismos derechos a la vida, pero como los amantes de animales son excluyentes, discriminatorios de otras especies y racistas, protegen únicamente animales que les conviene y gustan, a animales que humanizan y con esa actitud maltratan, lastiman y dañan, exigiendo al Presidente Municipal que cuide animales, cuando todos sabemos que su autoridad es por y para seres humanos nacidos en el municipio de Oaxaca de Juárez, no para animales
Los animales al no tener consciencia, carecer de conceptos, noción de tiempo y ser episódicos siempre han sido salvajes, instintivos, bestiales, parte de paisaje y, si bien algunos de ellos como los que hemos domesticado y evolucionando por selección artificial se volvieron mansos y dóciles, excepto los toros de lidia que deben ser bravos, en los últimos años han surgido (seguramente por falta de afecto humano y empatía), personas con zoofilia que confunden el trato que se le debe dar a un niño o niña, con el que se le otorgue a animales, por mucho que tengan pedigrí, sean bonitos o por caros que sean, porque siguen siendo animales o bestias, como señala el zoólogo Desmond Morris, autor del libro El Mono Desnudo: si bien los animales sienten dolor alegría y tristeza, esta no se correlaciona con consciencia, temporalidad y contexto, tratándose únicamente de sentimientos o emociones instintivas, inconscientes e irreflexivas, así que, tratar a un animal como si fuera un ser humano, es maltrato al animal, igual como sería tratar a un niño como animal.
ApaOax, agrupación animalista ha solicitado reuniones con el Presidente Municipal y, no les ha atendido, porque seguramente tiene mejores cosas y más importantes que hacer, por lo que la presidenta de ApaOax, mejor debería ir a rastros, mataderos y baratillos donde se venden animales, que si para bien no deberían sufrir, al no tener concepto de tiempo ni muerte, su sufrimiento es diferente y limitado. Y es por esos animales que sufren y matan cruelmente por miles, por los que la señora Hilda Toledo Salinas debería exigir cuidado y respeto, aunque seguramente, después de protestar en el interior del Palacio Municipal, luego se fue a comer un pollo, beef steak (bistec) o algún otra pieza de animal masacrado horriblemente y a quienes nadie protege, como son los excluyentes y discriminadores de animales de ApaOax.