Carlos R. Aguilar Jiménez.
Considerado sin duda alguna como el más prolífico e inagotable escritor de todos los tiempos y el más reconocido divulgador de la ciencia, Isaac Asimov cumpliría ayer un siglo de vida, 100 años desde su nacimiento el 2 de enero de 1920 en Petrovich Rusia, quien luego de que sus padres emigraran a Nueva York, muy pronto destacó como niño prodigio y excelente estudiante interesado en la ciencia y la ciencia ficción. Su encuentro con la Ciencia Ficción fue decisivo porque le hizo interesarse por la ciencia y por la escritura y así desde los 12 años Asimov se dedicaba a buscar lugares donde dedicarse a escribir sus primeras historias y cuentos intentando publicar las primeras en 1938, siendo publicado finalmente, después de varios rechazos de editores, su primer cuento corto: “Marooned of Vesta” que apareció en la revista Amazing Stories, vendiendo desde entonces miles de historias a revistas de ciencia ficción.
Hasta 1950 no se publicó ningún libro de Asimov considerado como una novela de Ciencia Ficción y, desde entonces hasta su fallecimiento el número de libros publicados superó a cualquier otro escritor, siendo el primer esfuerzo del Dr. Asimov en el campo de la ciencia: “Bioquímica y Metabolismo Humano”, libro de texto de bioquímica para estudiantes de medicina que fue publicado en 1952. Asimov decidió posteriormente escribir sobre temas de ciencia para el gran público a nivel de divulgación, tratando sus libros de todos los temas científicos tanto como de no científicos escribiendo de: Biología, geografía, historia, humor, chistes, citas, biografías y hasta una guía de la Biblia, constituyéndose así como el más grande de los escritores y divulgadores científicos, aunque quizás sea más conocido por sus novelas de ciencia ficción que han sido llevadas al cine, entre ellas: “El Hombre Bicentenario”, “Yo Robot”, “Viaje Alucinante” y otras, siendo al mismo tiempo inspirador vivificante de miles de jóvenes lectores quienes gracias a sus libros se convirtieron en científicos e investigadores, más o menos como es mi caso, guardando proporciones, porque de ser un supersticioso espiritista en mi adolescencia, al leer mi primer libro de Asimov: “Introducción a la Ciencia”, me convertí en lo que soy, un divulgador de la ciencia en Oaxaca, y dado que por esa circunstancia, entre otras de mayor importancia, dirijo el Observatorio Astronómico Municipal desde 1980, durante este año dedicaremos nuestras actividades más importantes a celebrar el centenario del nacimiento de Isaac Asimov, organizando y presentando en el aniversario 47 del Observatorio, una exposición de los más destacados de sus libros, de mi colección privada que supera los 150 ejemplares de su autoría y que he coleccionado desde que tenía 15 años, al tiempo de impartir un taller respecto de las reglas y procedimientos para la divulgación científica, honrando también su memoria durante 2020 en la nueva temporada del programa radiofónico de divulgación científica, “El Secreto Mejor Guardado”, que se transmitirá por CORTV en el 96. 9 global FM, indicando siempre la importancia de la divulgación científica para la educación, cultura y progreso de los pueblos.