Bajas del enemigo

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Carlos R. Aguilar Jiménez.

Desde que mutó el virus covid-19 del código de ADN que tenía antes que no era letal para humanos, convirtiéndose, mutando en uno que sí nos enferma o mata y prácticamente destruye los pulmones donde se incuba, decenas de miles de personas infectadas han muerto convirtiéndose en las primeras bajas humanas, primero en epidemia y luego pandemia, extendiéndose el virus a través del contacto directo o por exhalaciones y propagándose después con individuos infectados por medio de aerolíneas que, de China llevaron el virus a los países más visitados en Europa por turismo chino en tours: Italia, España, Francia y de ahí al lugar más cosmopolita del planeta, New York, superando en infecciones al país de origen: China y pronto el virus llegó a México y ahora se incuba en Oaxaca preparándose para enfermarnos o matarnos

Cientos de miles de personas han muerto en el mundo y seguirá habiendo bajas, como en cualquier guerra, pero no caen únicamente seres humanos incluyendo los nobles integrantes del ejército de médicos y enfermeras, sino también mueren virus, miles de billones de billones de estos engendros de virus que, gracias a la cuarentena y aislamiento que pusimos en práctica (aunque no todos), primero mueren virus junto con su huésped que fallece, otros al quedar a la intemperie y no encontrar huésped para reproducirse, porque gracias a la ciencia sabemos cómo se comporta este microbio maligno, y no dejaremos que se siga propagando fácilmente, haciendo que muera por medio de la resistencia social al no permitir el contagio e infección al aislarnos, en una dinámica que hará al final a los humanos vencedores, dependiendo, obviamente, de que nuestros soldados que trabajan en hospitales, médicos y enfermeros, tengan apoyo de gente quedándose en casa, evitando salir si no es indispensable, porque cada vez que no salimos causamos muchas bajas, miles de millones de muertos de virus que no alcanzan a encontrar a quien infectar. Seguirá habiendo bajas mortales en ambos bandos en contienda, la guerra aún no ha terminado y en el caso de Oaxaca aun faltan los días más difíciles, la última ofensiva, la acometida final que vamos a ganar porque conocemos bien al enemigo y, sin tomar prisioneros de guerra vamos a matar a todos, excepto unos cuantos que se guardaran en laboratorios biomédicos para su estudio científico. Como en toda guerra hemos tenido que cancelar actividades y proyectos, en Oaxaca incluso podría posponerse la Guelaguetza, pero es parte de nuestra estrategia de guerra y nuestras maniobras bélicas, evitando que los virus enemigos del Covid-19 nos encuentren juntos para reproducirse, así que utilizando una modalidad de guerra de guerrillas, espaciados, encubiertos en casa, parapetados en la calle estamos matando miles de billones de virus y, lo seguiremos haciendo porque cada vez que alguien no sale de casa  equivale a una batalla ganada, una ofensiva triunfante y así vamos a seguir hasta que ganemos la guerra, probablemente a principios de mayo cuando izaremos la bandera de la ciencias médicas triunfalmente. ¡Ánimo!

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