Carlos R. Aguilar Jiménez.
En condiciones de vida normal, cuando la cotidianidad no requiere contextos de excepción y todo lo que hacemos es rutinario o habitual, cada día procedemos y comportamos casi de manera inconsciente, como cuando se conduce un alto sin pensar en lo que se hace, así la actual situación, durante la cuarentena que vivimos debido a la posibilidad de contagio de covid 19, raros son quienes se arriesgarían a creer todavía que los charlatanes y chiflados de ofrecen dizque medicinas alternativas puedan tener algo de seriedad o efectividad con sus engañosos tratamientos y terapias cósmicas, místicas y demás calificativos exóticos diseñados para embaucar a enfermos y familiares de pacientes desesperados.
Homeópatas, holistas, terapistas milenarios, parapsicólogos, naturistas, de ozono, flores de Bach, cabalistas y todos los charlatanes de fraudulentas medicinas, que saben lo que hacen es un fraude porque ni ellos se lo creen; y los chiflados, que si creen aunque no haya prueba científica que demuestre los chochos, yerbas aztecas, limpias, humos, aromas o ritos sean efectivos, ahora están escondidos esperando transcurra la inobjetable demostración de la medicina científica, el trabajo profesional, ético y honrado de médicos, la investigación y estudio de químicos, bioquímicos, biólogos moleculares, genetistas, infectólogos, virólogos, bacteriólogos, epidemiólogos y todos los especialistas científicos de la medicina, quienes al final en trabajo de laboratorio con los recursos de la ciencia, su filosofía y método, encontraran la cura, tratamiento o vacuna que permita sanar a los enfermos o evitar su contagio.
Y parecidos a los charlatanes o chiflados de la medicina que se auto ostentan como médicos, los predicadores, misioneros, promotores y apóstoles de ciertas religiones que algunos llaman sectas, que en sus rituales exponen curaciones milagrosas por toques sagrados, sanaciones prodigiosas con palabras hieráticas y con canciones o aleluyas la curación de minusválidos o enfermos terminales, también en estos días de pandemia se ocultan, porque saben bien lo que hacen o dicen que sana enfermos, en realidad no tiene efectividad al ser únicamente resultado de tejemanejes, trucos y arreglos con paleros para engañar o manipular a los crédulos.
Medicina únicamente hay una, la que se enseña científicamente en facultades de medicina y hospitales donde se titulan médicos y, así como no existen matemática, física o química alternativa, tampoco existe medicina alternativa. Únicamente hay medicina científica y es la que en esta pandemia procura evitar contagios y trata de sanar enfermos, los demás son charlatanes y chiflados.