Carlos R. Aguilar Jiménez.
Gracias a los países donde se privilegia la ciencia y cuentan con instituciones oficiales y privadas apoyadas económicamente por sus gobiernos donde los científicos se dedican con recursos a investigar e inventar, desarrollando todo tipo de equipos, aparatos, instrumentos y fármacos, es que hoy la humanidad cuenta con vacunas para inmunizar a la población del covid, que ahora además de servir para salvar a millones de potenciales muertos, hará que su venta ingrese a finanzas de las empresas fabricantes grandes cantidades de dinero y lo mismo a sus países que mejoraran la calidad de vida de las empresas farmacéuticas inventoras y de los ciudadanos de esos países donde se apoya la ciencia, inversionistas, comerciantes y empresarios, satanizados en México como neoliberales.
Las vacunas existen, se inventaron y los gobiernos comienzan a distribuirlas y aplicarlas, primero, obviamente en las naciones que las crearon: Rusia, China, Inglaterra, E.U y Alemania y lo que se pueda a países tercermundistas como México donde su gobierno considera a la ciencia como actividad neoliberal capitalista, que confía más en la Morena que en la ciencia. Ya están disponibles las vacunas y en función del altruismo y negocio los fabricantes la venden a costos muy bajos, recuperando lo invertido con cierta ganancia, como debe ser, porque su trabajo, esfuerzo y gastos fueron altos, no hay nada gratis, así que una vez los gobiernos con sus contratos obtengan lo que compraron, de forma simultánea los fabricantes le pueden vender a quien quiera comprar la vacuna y, si hay quien esta dispuesto a pagar cientos o miles por una vacuna o más vacunas, que así sea, porque así es la competencia y el mercado de economías libres. Hasta el momento el gobierno de México ha optado por monopolizar la distribución, dependiendo todos de las decisiones oficiales y preferencias que en justa decisión privilegia a médicos de la primera línea y trabajadores del sector salud, para seguir con adultos mayores y así hasta 18 años, quienes serán vacunados, por las mínimas cantidades que llegan, hasta finales del año próximo, por lo que sería también importante y valioso que el gobierno autorice que los particulares vendan vacunas y que apoye la importación y traslados a todo el país, donde gente que tiene poder adquisitivo o sin él pero que valora plenamente su vida, decida comprar su vacuna al precio que determinen la oferta y demanda, siguiendo desde luego, la distribución oficial gratuita. Hasta el momento el monopolio del gobierno no ha permitido que los gobernadores compren vacunas, centralizando autocráticamente su distribución utilizando al ejercito que de eso no sabe nada; no como en E.U. por ejemplo, donde una firma privada con experiencia y reconocimiento, McKesso, que a subcontratado a otras distribuidoras la distribuye eficazmente, mientras en México no porque el gobierno supone que las empresas distribuidoras de medicamentos, como dijo en su oportunidad, son corruptos negocios neoliberales de farmacéuticas transnacionales que la 4T debe exterminar. Esperemos pronto haya también vacunas a la venta para quien las pueda pagar y salvar así miles de vidas más que no deben esperar a la muerte haciendo fila y esperando.