Nemantini Vladimir Acevedo Silva
El cierre de miles de pequeñas, medianas y grandes continúa dándose a lo largo y ancho de toda la República Mexicana y, en el caso de Oaxaca, esta situación se repite mes con mes.
Las y los miles de oaxaqueños que recorren las diferentes calles no dejarán mentir. La imagen es la misma. Lonas y carteles con el texto de “Se renta local, casa, cuartos o departamentos” o “Se vende propiedad por urgencia”, abundan en diversos puntos de la entidad.
Y con ello el ambulantaje se ha convertido en el salvavidas para miles de mujeres y hombres que desafortunadamente han perdido su fuente de empleo. El COVID-19 no distinguió entre profesionistas y aquellas personas que laboraban en algún tipo de oficio. Barrio parejo.
Diversas cámaras empresariales han salido a manifestar su descontento al respecto, señalando que hasta ahora han sido pocos o nulos los apoyos otorgados a la iniciativa privada, sector que, argumentan ellos, ha sido duramente golpeados por la actual pandemia.
Sin embargo, también existe otro sector que por años ha sido desatendido y que, con la contingencia que ya lleva casi cerca de once meses, ha sufrido todavía más que la propia iniciativa privada. El sector artesanal.
Según la Encuesta Nacional de Consumo Cultural de México (ENCCUM), del 2012, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) con apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) se tiene un registro de alrededor de 12 millones de personas dedicadas a las artesanías.
De los cuales el Instituto Oaxaqueño de las Artesanías (IOA), hasta el año 2015, contaba con el registro de al menos 46 mil artesanas y artesanos pertenecientes a diferentes partes de las ocho regiones de Oaxaca. Sin embargo, esta cifra podría ser aún mayor, ya que existen una importante cantidad de maestras y maestros artesanos hasta este momento no son parte de la estadística oficial.
Desde finales de marzo, fecha en la cual dio inició la Jornada Nacional de Sana Distancia, distintas artesanas y artesanos de las diferentes regiones de Oaxaca se vieron obligados a cerrar las puertas de sus talleres y tiendas.
A consecuencia de ello, sus ventas e ingresos se han visto fuertemente afectados. Han tenido que cerrar de manera definitiva sus tiendas. Malbaratado su trabajo y rematado su patrimonio.
En otros casos, comunidades enteras que subsisten gracias al turismo y a sus trabajos de artesanías, lamentablemente han tenido que cerrar sus puertas con la finalidad de cuidar la integridad de sus pobladores. Medidas que hasta en cierto punto les han ayudado, pero que no llegan a ser tan efectivas.
Ejemplo de ello es la población de Santa María Tlahuitoltepec, comunidad Mixe ubicada en la región de la Sierra Norte de Oaxaca que ha sido reconocida de manera internacional por el gran talento de sus músicos que de ahí han emergido. Pero también, por haber sufrido un plagio a su indumentaria tradicional por la empresa francesa Isabel Marant.
Recientemente dicha población tuvo que cerrar totalmente sus accesos tanto a sus pobladores para salir, como también para aquellas personas que quisieran visitar este municipio ¿El motivo?, un rebrote de COVID-19.
Esto mismo ocurre en lugares como San Bartolo Coyotepec, Tlacolula, Pinotepa Nacional, Juchitán y demás sitios que subsisten gracias al trabajo artesanal.
La molestia y queja de las y los artesanos es la misma. No existe ningún tipo de apoyo para ellos.
Y es que, al haberse suspendido aquellas actividades culturales y gastronómicas más importantes del estado, como la Guelaguetza, eclipsó toda idea de poder recuperar o estabilizar sus ingresos.
Desde la costa hasta el istmo de Tehuantepec, los diferentes artesanos no dejarán de trabajar. Ya sea de día o de noche. Continuarán realizando aquellas magníficas piezas únicas en las cuales transmiten una parte de su identidad e historia.
Será una valiosa oportunidad para las autoridades de los tres niveles de gobierno, el hacer caso a la exigencia del sector artesanal, ya que, de ser así, se podrá vislumbrar su buena voluntad y ánimo en ahora sí apoyar primordialmente, a las comunidades que por años han sido marginadas.