Carlos R. Aguilar Jiménez.
De la población total de mexicanos al mes de abril 2021 el 51 por ciento son mujeres y 49 hombres. Cada vez hay menos niños aumentando el número de adultos mayores, según determina el INEGI por sus estadísticas que permiten conocer la dimensión, estructura, distribución espacial y las tendencias económicas y sociales del país, que según se estima respecto del presente y próximos años, la pobreza extrema y media está creciendo debido al pésimo manejo de la pandemia, perdida de empleos, disminución de apoyos oficiales y, en especial porque las dádivas que entregan para asegurar votos, no limitan el crecimiento de la pobreza, dado que ser pobre o rico no depende del gobierno, sino de el talento, iniciativa, IQ, decisión y empuje de cada quien, incluido el apoyo familiar o de amigos, no del gobierno.
México, país tercermundista con poco más de 126 millones de habitantes, y contando, según tendencias, duplicara su población en 20 años, alcanzando alrededor del año 2050 los 250 millones que necesitaran para vivir con calidad de vida, no únicamente sobrevivir como sucede con millones que estaban en pobreza extrema y los que se han sumado en los últimos años: agua, alimentos, transporte, educación, salud, entretenimiento y especialmente trabajo, sin que en las tendencias de crecimiento económico se vea perspectiva confiable que al duplicarse la población, también dupliquen hospitales, escuelas, carreteras, fuentes de agua y superficies cultivables o para criar animales, debido principalmente a que en México el gobierno no apoya al campo, la ciencia y tecnología, enfocándose únicamente en lo político o social, convirtiéndonos en país dependiente de tecnología, sobreviviendo gracias al turismo, recursos naturales y petróleo, este último a punto de ser útil únicamente para la petroquímica y no para impulsar motores, cambio tecnológico que se está dando con vehículos eléctricos que para el año 2050 serán los únicos que circulen y en consecuencia arruinaran totalmente a PEMEX y la paupérrima economía mexicana, que con 250 millones de habitantes en el país y más de un millón en valles centrales de Oaxaca, cuando se unan en una sola urbe, de Telixtlahuaca a Mitla y de Donají a Ocotlán, no habrá el doble de agua, ni de vialidades, el doble de hospitales, escuelas y demás satisfactores que deberían crecer en la misma proporción que la población, y no sucede así porque en el caso especial de Oaxaca, somos un estado paupérrimo que depende de recursos que otorga la federación y estos, cada año serán cada vez menores debido a la política de mediocridad establecida para dilapidar dinero en dádivas y cero infraestructura, manteniendo únicamente lo que se hizo en sexenios anteriores, que muchos disfrutan y no reconocen, como sucede con las amistades y relaciones en las que, no obstante se hayan hecho miles de buenas acciones, con un solo error o desliz basta para descalificar y condenar todo el pasado.