Carlos R. Aguilar Jiménez
Todos sabemos que los políticos siempre mienten para ser populares sin que importe la realidad o evidencias en contra de lo que prometen en campañas publicitarias, porque de lo que se trata es ganar las elección como sea, prometiendo, haciendo votos y ofreciendo hasta las perlas del collar de la virgen morena y, lo hacen y buscan desesperadamente porque saben que, una vez que ganen elecciones y asuman el poder, obtendrán toda clase de privilegios derivados del mando omnímodo y supremo, que en Oaxaca a partir de los resultados de las elecciones del 05 de junio, significará ser gobernador del Estado, funcionario estatal, director, secretario o jefe, con todos los privilegiosSaturando, colmando y llenando los medios con su propaganda, uno de los candidatos dice, acabará con la corrupción y privilegios, condenando de lo que ocurre en Oaxaca al pasado, a neoliberales, capitalistas corruptos y gobernantes con privilegios como el los tendrá, soslayando que, le guste o no, el poder político significa e implica privilegios, prerrogativas, beneficios y dispensas porque una vez sean ungidos como autoridad y gobernantes con poderío, desde el más simple regidor hasta el mismo presidente, todos, especialmente quienes nunca han tenido un cargo público, se sienten privilegiados, elegidos por la mano de Dios, iniciando su gestión temporal, estableciendo despótica y altaneramente, con sus privilegios, quien manda, quien es autoridad y jefe de todos, haciendo uso de sus privilegios, obviamente con sus esclavos- empleados de confianza que no tienen defensa, porque con los sindicalizados, si para mal utilizan sus privilegios, lo hacen con cautela y reserva, disfrutando a partir de su nombramiento del generoso salario que se auto pagan y del privilegio de bonos que se asignan en nominas secretas, además de no volver a gastar en gasolina, transporte, contar con guardias de seguridad, viáticos, rentas, casas y todos los privilegios inherentes al cargo, viviendo un mundo de irrealidad y fantasía, que con el transcurso de los meses cambia, porque con el tiempo se dan cuenta que vale más ser amable que déspota con los subordinados. En la experiencia de trabajadores sindicalizados, los funcionarios en general primero se presentan con sus privilegios, despotismo y arrogancia para disfrazar su ineptitud e ignorancia del cargo que ostentan, mostrándose prepotentes y autoritarios, hasta que se dan cuenta que el cargo es temporal y un día lo dejarán, convirtiéndose de nuevo en seres intrascendentes y anodinos, aunque hayan sido directores, secretarios, gobernadores o presidentes, pero con el dinero que la corrupción les haya permitido atesorar sin que se enteren los demás, pero, ya fuera del poder, donde como arrieros se encontraran en el camino con quienes ofendieron, o maltrataron, sin privilegios ni autoridad, como ocurrió recién con funcionarios municipales y presidente Oswaldo García, individuos torpes, ignorantes de la función pública, arbitrarios y buen ejemplo de lo que la 4T hizo en el municipio de Oaxaca de Juárez y, quien sabe qué hará con sus privilegios el próximo gobernante que dice: acabará con los privilegios y corrupción. Seguramente se transportará en un Tusug y vivirá en casa de interés social, sin privilegio alguno.
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