Carlos R. Aguilar Jiménez
De la misma forma que en los países islámicos o musulmanes cuyo dios es Alá y su profeta Mahoma, (no Jehová ni Cristo) que consideran a las mujeres inferiores a los hombres, como ordena Alá y el Corán, su libro sagrado, así también ahora en Oaxaca, en pueblos y aldeas que se rigen por “abusos y malas costumbres”, las mujeres indígenas de tez MORENA, ya no tendrán derechos humanos ni políticos, debiéndose someter obedientes a los hombres y lo que ordene la Asamblea del pueblo, porque ya no habrá mujeres en ayuntamientos de 417 municipios, luego que diputados de MORENA les quitaran recientemente ese derecho humano.
Después de la reciente aprobación en el Congreso que reforma un artículo de ley aprobado en 2020 en asuntos de paridad en razón en género, que pospone por tiempo indefinido los derechos de mujeres indígenas, en general MORENAS, a ocupar cargos públicos de municipios que se rigen por asambleas excluyentes y de apartheid, las mujeres no podrán participar en Cabildos y Presidencias municipales, limitando los derechos humanos femeninos, violentando principios de igualdad y descalificando tratados internacionales ratificados por el Estado Mexicano, que por ley protegen los Derechos Humanos de mujeres, especialmente de morenas o indígenas, obligándolas, como en el islam a que se dediquen a labores del hogar y cuidar hijos, mientras los machos alfas se dedican a gobernar sus pueblos con abusos y malas costumbres misóginas, con aversión y desprecio a mujeres, no solo de su pueblo, sino de todo el mundo.
Para los diputados de la dizque 4T de MORENA, las mujeres indígenas de piel morena son sujetos de excepción, (igual que las mujeres musulmanas) a quienes en próximas asambleas de pueblo, después acordaran se cubran con burkas, esa vestimenta impuesta por su religión verdadera, que les cubre de pies a cabeza, y para quienes en Afganistán como en Oaxaca no aplican las leyes ni principios universales de igualdad de género, porque su mentalidad misógina deriva seguramente del otro libro sagrado, la Biblia, que dice en el Génesis, que la primera mujer fue hecha de una costilla y simplemente como compañera, a quien luego una serpiente le habló (¿Cómo hablará una serpiente?) y le dijo comiera del árbol de la ciencia, por lo que, por indócil al haber comido el fruto prohibido, furioso sentenció Dios: “Con dolor darás a luz; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti”. Sabemos que los pueblos misóginos no únicamente discriminan a mujeres, también segregan a mestizos y avecindados-advenedizos, también sin ningún derecho, como los del fraccionamiento El Rosario que no tienen derechos en San Sebastián Tutla, igual en Huayapan, Tlalixtac y los 417 pueblos misóginos, separatistas, racistas y excluyentes, que exigen democracia, igualdad de derechos, electricidad, escuelas, hospitales, carreteras, médicos, agua potable y todo lo que se pueda conseguir con extorsión, chantaje y discriminación, como acostumbran las 417 aldeas misóginas y separatistas de Oaxaca.
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