CONTRAFUEGO || Casta, FAM y motosierra

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Aurelio Ramos Méndez

El Frente Amplio por México –está cabalmente confirmado– es la más vasta y genuina aglomeración de la ultraderecha en nuestro país. Lo refrendó el que ni una sola voz se alzó, en este tutifruti de membretes, para impugnar la invitación de Lilly Téllez al cavernícola argentino Javier Milei, con objeto de que visite el Senado.

Imposible, a estas alturas de la historia, pretextar ignorancia acerca del ideario mileísta que con su admiración y silencio abrazaron con fervor los súbditos de Claudio X. González:

Desmantelamiento del Estado, eliminación de la economía mixta, absoluta preminencia del sector privado, adiós a los programas sociales, cercenamiento de derechos laborales y libertades civiles, fin de la educación y la salud pública, penalización del aborto.

Supresión de la libertad de manifestación y criminalización de la protesta social; poda de la participación fiscal federal a los estados; extinción de la obra pública, despido de la burocracia, reducción de la edad de imputabilidad a los catorce años, clausura del Banco de México.

No deja de ser desopilante, sin embargo, el darse cuenta de que en el pecado lleva la cúpula del FAM la penitencia.

El paleolítico mandatario argentino tiene por objetivo primordial aniquilar a la clase política –la “casta”, en su léxico de rugidos cavernosos–, la cual, en aquella nación sudamericana al igual que en México, está carcomida hasta el tuétano por la corrupción.

Milei hizo campaña a gritos y con una motosierra entre las manos, máquina con la que simbolizó la tala necesaria, el arrasamiento indispensable de la casta. Lo cual lleva a presumir que la invitación de Téllez incluyó la petición de que traiga tal herramienta y recomiende empezar por casa su utilización.

Es decir, que señale la necesidad inaplazable de jubilar a los vividores de la política, una caterva variopinta cuya mayor parte se halla en el FAM, como en el tango, “en un mismo lodo, todos manoseaos”. Y entre quienes resaltan, por sólo mencionar a unos cuantos, los siguientes:

Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox, Roberto Madrazo, Manlio Fabio Beltrones, Alejandro Alito Moreno, Jesús Zambrano, Diego Fernández de Cevallos, Felipe Calderón, Margarita Zavala, y la mismísima portaestandarte del tropel, Xóchitl Gálvez.

Para ser consecuente con su definición de casta política, no obstante, el primitivo gaucho de seguro aconsejaría asimismo serruchar y hacer pasar a retiro la casta trepada en el microbús de Morena, empezando por el presidente López Obrador, Claudia Sheinbaum, Manuel Bartlett, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, y muchos, muchos más.

Instaría igualmente a desbrozar el Movimiento Ciudadano, plataforma en la que actúa un elenco de políticos veteranos, arenas de otras costas llegadas en aluvión, con Dante Delgado a la cabeza y Salomón Chertorivski, Juan Ignacio Zavala, Claudia Ruiz Massieu, Patricia Mercado, Amalia García.

La motosierra de Milei, como se ve, podría tener utilidad en nuestro medio para deshacernos de una legión de personajes dedicados a la política —unos con mayor competencia que otros–, con inmenso costo económico, durante por lo menos el último cuarto de siglo.

El mayor provecho que ya reportó la probable visita del anarcocapitalista libertario ha sido dejar claro en cual formación política están sus adoradores, algo que fue factible atisbar con el descorche de champaña por Gálvez el día del triunfo electoral del descocado gaucho.

Tengámoslo presente. Políticos de misa diaria del blanquiazul echaron cohetes al cielo por la victoria de quien poco antes había llamado al papa representante del maligno en la Tierra, y a quien nombrándolo “Adolfito” Francisco equiparó con Adolfo Hitler.

El FAM está nutrido y controlado por políticos no de una derecha a secas y ni siquiera moderada, sino de ultras que tienen por arquetipo a Calderón Hinojosa, el Presidente que con la patraña de la guerra al narco sacó el ejército a las calles para defender el fraude electoral mediante el cual usurpó su cargo.

La breve militancia de Téllez en Morena y su invitación a Milei obligan a reparar en la audacia sigilosa de la ultraderecha, capaz de utilizar como trampolín cualquier plataforma partidista con tal de alcanzar el poder y desplegar su ideario.

Cabe, en esta tesitura, preguntar cuál es la parte de responsabilidad que les corresponde en el florecimiento de la ultraderecha a los chamaqueados por Téllez, aquellos que no olfatearon su ideología y le dieron oxígeno no solamente acogiéndola en Morena sino aupándola al Senado. 

Si el mutismo frente a la alfombra roja de la exempleada de Ricardo Salinas al homínido sudamericano prueba que la ultraderecha opera en el FAM, Gálvez está en mora de darles explicaciones a los ciudadanos. “El tema social es mi causa de vida”, aseguró hace días en Tehuantepec, pero… 

¿Cómo está eso de que firma con sangre y jura por todos los santos que en la improbable hipótesis de ganar no eliminará los programas sociales –pensiones, becas, ayuda a madres solteras, discapacitados– si sus promotores admiran sin rubor y respaldan a Milei, auténtico cruzado contra todo lo que significa apoyo a los pobres?

En plena Semana Santa Milei tuvo una muestra de lo que, debido a su retórica vociferante, podría esperarle por estos lares. “¡Ignorante!”, le espetó por CNN a Amlo, quien con humildad aceptó su condición de ignaro:

“Está en lo cierto. Todavía no comprendo cómo los argentinos, siendo tan inteligentes, votaron por alguien que desprecia al pueblo”, dijo.

Hizo bien el tabasqueño en decir que el presidente argentino, quien ya adelantó que considera muy seriamente viajar a México, puede venir porque el nuestro es un país de libertades; pero que no cuente con tener audiencia con él.

La decisión ahora concierne por entero al FAM, que deberá traer al estridente gobernante o vergonzosamente sacarle el cuerpo a la jeringa.

RESCOLDOS

El INE sí se toca. La candidata presidencial del FAM plagió las siglas y el rosa emblemático de este instituto, y armó y difundió diseños de espectaculares para una supuesta campaña en pro de los programas sociales. Pero el Consejo General desbarató la patraña y obligó a eliminar de las redes tales anuncios.

A todo vapor y con los mejores auspicios para Morena arrancaron las campañas para la renovación de las gubernaturas de Puebla, Veracruz y Morelos. Y también en las 16 alcaldías de la capital del país. En ocho de estas demarcaciones, en realidad, se busca la relección de autoridades. Se trata de seis de la alianza PRI.PAN-PRD, y dos de Morena y sus aliados. 

“¿Viajará a España a la reunión del ultraderechista partido Vox?”, le preguntó un periodista a Xóchitl Gálvez. “¡Con Vox, ni a la esquina!”, repuso la panista de convicciones gelatinosas y porrista de Milei, cuya credibilidad se ha desplomado como su posición en las encuestas.

aurelio.contrafuego@gmail.com

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