Juan Carlos Salamanca
Dicen que todo empieza en casa.
Que ahí se aprende lo bueno y lo malo.
Que si las cosas no salen bien, es porque algo falló en el hogar.
Pero no es cierto…
Hay quien no tuvo un hogar,
y aun así aprendió a amar.
Hay quien creció en medio del caos,
y eligió la paz.
Hay quien heredó silencios…
y decidió romperlos.
Sí, el lugar donde nacemos influye.
Pero la labor más importante no es cambiar la casa que tuvimos,
sino esculpirnos a nosotros mismos.
A veces, eso significa desaprender.
Otras, sanar.
Otras más, perdonar sin justificar.
Lo verdaderamente valioso es que cada quien puede decidir quién quiere ser,
aunque lo aprendido diga lo contrario.
Dicen que todo empieza en casa…
Pero muchas veces, lo que realmente transforma, empieza cuando tú eliges empezar de nuevo.
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