Juan Carlos Salamanca
Dicen que el dinero no da la felicidad.
Que lo importante es disfrutar el momento, vivir ligero y no obsesionarse con lo material.
Que lo que realmente importa no tiene precio como la risa de un amigo, un abrazo sincero, un amanecer hermoso.
¡Pero no es cierto!
Porque aunque el dinero no compra amor,
sí paga el transporte para ir a ver a esa persona especial.
No compra talento,
pero sí los cursos, libros o instrumentos para desarrollarlo.
No compra paz interior,
pero sí una casa segura, comida en la mesa y tranquilidad para dormir.
El dinero no es el fin, es una herramienta.
Y debemos entender que no se trata de adorarlo, ni de vivir solo para tenerlo,
sino de aprender a generarlo, administrarlo y usarlo bien.
Entendamos que sin dinero, muchas oportunidades se escapan; pero con él, bien usado, podemos construir proyectos, ayudar a otros y abrir caminos que antes parecían imposibles.
Dicen que el dinero no da la felicidad…
pero sin él, encontrarla puede ser mucho más difícil.
Así que no le tengas miedo: aprende a generarlo, cuidarlo y compartirlo.
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