CONTERAFUEGO || Sheinbaum, Trump y Robert Redford

Date:

Aurelio Ramos Méndez

Ironías del cine y la política, el extraordinario cineasta Robert Redford, protagonista de la película Todos los hombres del Presidente, que recrea la dimisión de Richard Nixon a la Presidencia de Estados Unidos en 1974, murió el pasado martes (16) de modo simultáneo con el recrudecimiento de la bestial embestida contra el periodismo por otro Presidente que busca ocultar su participación en graves delitos –el caso Epstein—, suficientes para llevarlo a la destitución.

El integro y sagaz periodista Bob Woodward de la legendaria cinta falleció mientras dormía. Apenas horas después de que Donald Trump interpuso una demanda por difamación en contra de The New York Times, mediante la cual reclama una ganancia –que no resarcimiento de daños– de ¡15 mil millones de dólares!, cantidad superior al valor total del rotativo.

La denuncia ya fue desechada en primera instancia, pero es indicativa de que Trump no se va dejar capar parado y usará todo el poder institucional para intentar salvar su pellejo.

Ganador del Oscar a Mejor Director y recipiendario de la Medalla Presidencial de la Libertad, Redford exhaló el último suspiro el mismo día que Trump, además, arremetió rabioso contra el periodista australiano John Lyons, quien consideró pertinente preguntarle acerca de los negociazos concertados por sus empresas desde que él ocupa la presidencia de EU.

“¿De dónde eres?”, inquirió la bestia peluda que despacha en el mítico Salón Oval, y tras de enterarse de la nacionalidad y el medio de su interlocutor, continuó:

“Oh, el australiano… Estás dañando a Australia. En mi opinión, estás dañando mucho a Australia en este momento. Y ellos quieren llevarse bien conmigo. Sabes, tu líder vendrá a verme muy pronto. Voy a contarle sobre ti. Estableces un tono muy malo”.

Sin arredrarse ante la advertencia intimidante, el periodista intento sustentar sus interrogantes pero el líder de la nación campeona mundial de la libertad y la democracia le espetó, rojo de ira: “¡Cállate! Perjudicas a tu país”. 

Reconforta en este ambiente de relaciones envenenadas entre el periodismo y el poder en EU y otros puntos del orbe, el que en México basta hojear los periódicos o encender la televisión o la radio para constatar que rige la más absoluta libertad de expresión.

Y que la Jefa del Estado, al percatarse de la interpretación sesgada que la comentocracia le dio a su respuesta a una pregunta –insidiosa, precariamente formulada—del reportero de El Universal, Salvador Corona, no tuvo reparo en disculparse con el periodista y el medio que éste representa.

“¿No es casualidad, Presidenta, que el día de ayer falleció un marino presuntamente ligado con el tema del huachicol, en una prueba de tiro?, había preguntado intrigante pero con fingida inocencia el comunicador, en la conferencia matutina del día 10 en el Palacio Nacional.

“Me parece, la verdad, con todo respeto a ti, al medio que representas… La manera en que lo preguntas no me parece correcta, ni para la víctima ni por lo que ocurrió. ‘¿No es casualidad?’ Hay que hacer una investigación. Hasta ahora, parece que fue un accidente; pero hay que hacer una investigación. Por respeto a la víctima y a la situación… Ya informará el Gabinete de Seguridad”, dijo.

Corona adujo que se trataba de “dos casos lamentables… lamentables para toda la familia”, y la mandataria aún intentó hacerle ver el irrespeto que entraña la prejuiciosa intriga escondida en el interrogante:

“El primer caso –en el escándalo del huachicol fiscal desde la secretaría de Marina– fue el suicidio de un marino que ni siquiera estaba vinculado con las investigaciones. ¡Salió en un medio su nombre y esta persona decide quitarse la vida! 

“Lo que pasó ayer –el fallecido en la prueba de tiro–, hasta ahora parece un accidente; pero entró la Fiscalía General de la República a hacer la investigación”.

Más necio que perseverante, el periodista trató de continuar el interrogatorio. “¿Ya? ¿En estos dos casos?”. 

Sheinbaum reaccionó sin concesiones a la terquedad, como cualquiera que no tenga atole en las venas: “Ya no te voy a contestar”, le dijo al periodista. 

Menudearon en las redes acusaciones de intolerancia, autoritarismo, falta de respeto a la libertad de expresión y condolencias por la muerte de la democracia. El miércoles la Jefa del Ejecutivo no tuvo empacho alguno en disculparse:

“Me criticaron mucho por el caso del compañero de El Universal… Que, por cierto, si se sintió ofendido o algo así, le pido disculpas”, dijo. Y con delicadeza y tono conciliador, dio una clase de buena crianza: 

“Es importante también que haya en cualquier periodista, reportero, autoridad, respeto por las familias cuando haya una situación por la muerte de una persona”.

Minutos antes de sus amenazas al australiano Lyons, Trump había amagado a Jonathan Karl, de la cadena estadunidense ABC, de la corporación Disney. Le anticipó que tomará represalias en contra de esta televisora debido al supuesto discurso de odio que habría propalado, a propósito del asesinato en Utah del activista de ultraderecha Charlie Kirk.

Dos días después, furibundo –para entonces en indisimulable ataque a la prensa toda como estrategia para intentar sofocar el escándalo sexual del caso Epstein, que ya le chamusca los aparejos–, Trump instó a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) revocarles las licencias de transmisión a las cadenas televisivas por la abrumadora cobertura negativa que –dijo– le han dado a su administración.

Estaba calculadamente bravo no obstante que ABC, como reacción a los atosigantes aprietes de censura, ya había suspendido el programa del comediante Jimmy Kimmel, quien había dicho una verdad de veinticuatro quilates:

“Hemos tocado fondo durante el fin de semana con la pandilla MAGA intentando desesperadamente caracterizar a este chico que asesinó a Charlie Kirk como algo distinto a uno de ellos, y haciendo todo lo posible para sacar provecho político de ello”.

El cavernícola de la Casa Blanca apuntó que la suspensión de licencias corresponde al jefe de la FCC, Brendan Carr –nombrado por Trump–, quien solícito, pavloviano, ya había lanzado amenazas de su cosecha. 

Había dicho que la emisora podría enfrentar repercusiones si el comediante no era castigado. Y que “podemos hacer esto de la manera fácil o de la difícil”. ¡Al mejor estilo de algún capo de una banda de extorsionadores!

Trump embiste con calculada furia a los medios para tratar de tapar sus propias fechorías, pero no come lumbre. Al conocerse el deceso del portentoso actor, director e impulsor del cine independiente, se sumó a las condolencias de Bill Clinton, Hilary, Barack Obama y otros políticos.

“Hubo una época en que era el más popular. Creo que era un grande”, dijo del reportero que en la cinta más emblemática sobre el caso Watergate tenía el contacto con Garganta Profunda.

No tuvo más opción que apechugar el desquiciado mandatario, pese a que el aventurero cazador de África Mía fue uno de sus más rudos y constantes contradictores.

En 2017 Robert Redford publicó en The Washington Post un artículo en el cual alertó sobre el peligro que encarna el primitivo gobernante gringo: 

“Cuando el presidente Trump habla de estar en guerra con los medios, califica a los periodistas como los humanos más deshonestos de la Tierra y tuitea que son el enemigo de los estadounidenses, su lenguaje lleva las falsas acusaciones sobre los periodistas de la Administración Nixon a un nuevo y peligroso nivel”.

BRASAS

Si aun para vacunar a la mascota uno tiene que identificarse con algún documento oficial, ¿cómo se explica que sea factible el otorgamiento de amparos judiciales directos al solicitante o para algún tercero por Internet, sin dar la cara ni la debida acreditación? 

Peor. ¿Otorgarlos sin que siquiera se pueda determinar si quien apretó la tecla de envío de las peticiones a los juzgados fue un ser humano o un mico?

Tan extendida está semejante anomalía que hasta nombre tiene entre la tinterillada: “amparos buscadores”. 

En teoría se trata de un recurso legal sólo para casos de desaparición forzada de personas. En la práctica, opera como una sonda, un buscapiés, un explorador del curso de la justicia con intención de anticipársele y ganarle la partida.

Los hijos del expresidente López Obrador están siendo víctimas –vaya paradoja—del régimen de amparo, que permite tal aberración.

De repente se enteraron de que cada uno cuenta con una pila de suspensiones de amparo gestionadas sin su consentimiento y quien sabe por quién. 

Estos recursos supuestamente obrarían el milagro de que los retoños de AMLO no puedan ser aprehendidos, entre otras cosas porque nadie ha solicitado arresto alguno.

Los amparos chafas protegerían de los agentes de la ley con la misma eficacia de las estampitas, escapularios, amuletos, tréboles y detentes de su progenitor.

Como la devoción aquella que dice ‘Detente, enemigo, que el corazón de Jesús está conmigo’, y que el Peje porta en la cartera por si las moscas.

¿Qué hizo el anterior Poder Judicial, hoy en retiro dorado, para corregir este despropósito? Por lo visto, nada. Estaba ocupado liberando capos y protegiendo a evasores fiscales.

En todo caso, el flamante Tribunal de Disciplina Judicial se halla ante una verdadera prueba del ácido para investigar el caso. Por el bien de todos, conviene esperar que no enseñe el cobre. 

RESCOLDOS

La eficacia investigativa para ubicarlo y la celeridad en el traslado de Paraguay a México del líder de La Barredora, Hernán Bermúdez Requena, demuestra la voluntad política de la Presidenta Sheinbaum para combatir la impunidad. Ni el más obcecado opositor podría negar que intenta llegar hasta las últimas consecuencias del escándalo de huachicol fiscal desde la Secretaría de Marina.

—————————————————–

Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista. 

Share post:

spot_img

Popular

More like this
Related

Julieta Fierro (1948-2025)

Renato Galicia Miguel Dos veces entrevisté a Julieta Fierro. Era...

ESPECIAL || Julieta Fierro en Oaxaca y en el cielo

Carlos R. Aguilar Jiménez Julieta Fierro Gossman investigadora del Instituto...

Un producto comercial de Televisa

Renato Galicia Miguel A Canelo Álvarez sencillamente lo ubicaron en...

Suave patria, dura realidad

Antonio Gutiérrez Victoria Tú, como todos, eres lo que ocultas.  José...