Carlos R. Aguilar Jiménez.
Si en verdad existe una Semana Santa y un día sagrado, debiera ser esta a partir de hoy y el día más venerado, respetado y sagrado, el 8 de Mayo, el día ascio, el día sin sombra que nuestros antepasados zapotecos consagraron en la alineación cósmica que plasmaron en Monte Albán, desalineando el edificio J con respecto a la simetría de la Plaza Ceremonial, para indicar con el edificio P y el horizonte la salida del astro Dios, el Sol, para indicar el día en que la divinidad prehispánica más importante llegaba a bendecirnos, iluminando, encendiendo y llenando de color la naturaleza y su mundo.
Desde la Conquista europea cristiana que convirtió a fuerza de armas, gérmenes y acero a nuestros ancestros en católicos, como rebaño del Vaticano, se conmemora o celebra como Semana Santa, Semana Mayor, los días correlacionados con la condena, viacrucis y crucifixión de Jesús en el Medio Oriente y en función de la Pascua o de la primera Luna Llena después del Equinoccio, razón astronómica por lo que esta semana no ocurre cada año en los mismos días, a diferencia del día Ascio, el día santo de los zapotecos, que cada año sucede el 8 de mayo, cuando el Sol, que entonces era su Dios, alcanza el cenit, el meridiano del valle de Oaxaca y, al mediodía todos las construcciones, postes y cualquier objeto vertical deja de producir sombra durante casi diez minutos, iluminando hasta el fondo pozos y túneles de eje sagrado: arriba- abajo, que como en el edificio J de Monte Albán, únicamente hoy, los rayos del Sol entran perpendicularmente por el túnel sagrado a la cámara interior generando un haz luminoso que hace resplandecer el interior de ese lugar sagrado, donde probablemente en la base, los sacerdotes colocarían, agua, maíz, oro o quizá hasta un corazón sangrante luego de algún sacrificio, circunstancias que no conocemos, pero lo que sí sabemos es que el 8 de mayo, en el día sin sombra, la radiación solar es máxima y el calentamiento también, anunciándose la temporada de lluvias como una recompensa de los dioses prehispánicos y que, además, para los místicos y supersticiosos que creen que el 21 de marzo se pueden cargar de energía solar en las zonas arqueológicas, si eso se pudiera, el día preciso para los oaxaqueños, debiera ser mañana 8, cuando la energía solar es máxima y no en equinoccio cuando el sol está en el ecuador, así que, más allá de creencias religiosas católicas o prehispánicas, lo cierto es que mañana es el día más importante de todos, el más sagrado y venerado por nuestros ancestros y, que de forma especial será recordado y consagrado astronómicamente en el Observatorio Astronómico Municipal, donde desde las 10 y hasta las 15 horas habrá toda clase de actividades relacionadas con la Semana Santa y el día sagrado verdadero, no simulacros ajenos a nuestras raíces zapotecas de veneración al Dios Sol. Las actividades en el Observatorio serán gratuitas y libres. Consúltelas en Facebook.