Carlos R. Aguilar Jiménez.
“Corredor del Istmo será concretado con 46 mil millones de pesos, que equivalen a los que recibieron los puertos nacionales en los últimos 4 años, de los que 667 millones serán para mejorar eficiencia operativa y movilidad del tren…”, y todo esto a pesar de que las flotas navieras ven lejana la posibilidad de utilizarlo como una conexión interoceánica, dado que desde que los EU entregaron a Panamá el control del canal de Panamá, este país centroamericano se ha dedicado a ampliarlo, ensanchar, profundizar y mejorar sus esclusas y compartimientos para hacer más rápido y dinámico el cruce de buques del Atlántico al Pacífico, haciendo innecesario o redundante el uso de un tren transístmico en el istmo de Tehuantepec, pero no importa, igual que el Aeropuerto de CdMx o la nueva refinería, si el presidente que siempre tiene otros datos, dice que se hace, se hará.
Seguramente el gobierno federal tiene datos que dicen que los inmensos buques de contenedores, los navíos cisterna, naves petrolíferas y todos los barcos de carga intercontinentales, bajaran su valiosa y delicada carga en Salina Cruz, la subirán al tren transístmico, descargaran en el golfo de México, de nuevo la subirán a otro buque y con todos estas maniobras y movimientos, las compañías navieras se ahorraran tiempo y dinero, cuando si se utilizan las matemáticas y estadística, los datos reales indican que casi es lo mismo, ahorrándose quizá un día, pero incrementando los riesgos, daños y hasta peligros de ser saqueados estos productos desplazados a bordo de trenes, como se acostumbra en México donde bloquean el paso de trenes para asaltarlos en despoblado, mientras que si siguen en el barco y dan la vuelta del océano pacífico al Atlántico, las empresas navieras, aseguradoras y dueños de la mercancía, están seguros de que sus envíos e importaciones llegaran a buen fin si nos bajan a medio camino de los buques.
Construir una refinería de petróleo cuando lo que viene en transporte son vehículos eléctricos e híbridos que casi no consumirán gasolina, es invertir dinero sin perspectiva tirándolo a la basura, de la misma forma que despilfarrar miles de millones de dólares de un aeropuerto en construcción para cumplir un capricho y hacer otro a partir de cero o, regalar a normalistas analfabetos funcionales, plazas de trabajo para adoctrinar a niños humildes o invertir miles de millones tratando de modernizar un tren que seguirá operando igual que siempre, porque las compañías navieras y aseguradoras no correrán el riesgo de bajar, subir, volver a subir y luego bajar, mercancía que urge lleguen a su destino, pero así son las cosas y decisiones cuando alguien tiene otros datos, cuando sus colaboradores dicen al gobernante, no la verdad, sino lo que quiere escuchar, los datos que que le convienen, lo que le haga feliz, igual que en la Unión soviética O Cuba, donde el gobernante encarcelaba a quienes estuvieran en contra del régimen, incluso causando desastres apocalípticos como en la planta nuclear de Chernóbil, que explotó porque los datos que entregaban a políticos eran los que querían, no reales.