Luis Ugartechea: le urge superar el arranque

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+ Se ve buena intención; pero también novatez

El beneficio de la esperanza y la expectativa de cambio que tiene el gobierno de Gabino Cué Monteagudo frente a los oaxaqueños, es el mismo que tiene el presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Luis Ugartechea Begué respecto a los habitantes de la capital oaxaqueña. Aunque en su administración no se observan malas intenciones, por ningún lado, es urgente que supere las inconsistencias del arranque de su gestión. La ciudadanía comienza, ella sí, a dejar atrás el letargo de la transición y la llamada “fiesta de la democracia”, para exigir los resultados y la eficiencia que ellos mismos tanto prometieron.

Pareciera que el oaxaqueño de a pie no se da cuenta de las insuficiencias que está teniendo el gobierno municipal de Oaxaca de Juárez, en estos primeros días de su administración. Aunque pudiera decirse, en su descargo, que esos altibajos son propios de cualquier proceso de transmisión de funciones y responsabilidades, es evidente que la labor pública no puede detenerse un solo día; y que, en función de ello, deben apretar cuanto antes el paso para no cometer los errores de estos primero días de gobierno y, sobre todo, para que la ciudadanía no comience a creer que fue más lo que se dijo, que lo que verdaderamente se esté en posibilidad de hacer.

Para muestra de ello, es necesario hablar de cuestiones concretas. Aunque no ha trascendido públicamente como debería, entre los constructores que se dedican a hacer obra en el Centro Histórico de Oaxaca de Juárez, existe una queja, que pronto podría convertirse en recriminación: aseguran que aduciendo la priorización de los trabajos de preparación del proceso de entrega-recepción, la Dirección del Centro Histórico de la administración municipal anterior, dejó de recibir documentación y solicitudes para la realización de obras de construcción en esa zona, desde los primeros días del mes de diciembre pasado.

Cuando ello ocurrió, los particulares que requerían autorización del gobierno municipal para iniciar, continuar o modificar alguna obra arquitectónica en esa zona, creyeron que esa suspensión sólo duraría los días necesarios, y que, en el peor de los escenarios, ésta podría extenderse hasta el final de la gestión anterior. Grande ha sido la sorpresa al darse cuenta que el reinicio de actividades en esa dirección, aún a finales de enero, todavía no ocurre.

¿Cuál ha sido la excusa? Ninguna. Hasta ahora, la Dirección del Centro Histórico del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, continúa aduciendo que se encuentran en el proceso de recepción de la administración municipal, y que por esa razón será hasta el próximo mes de febrero cuando comiencen a recibir nuevamente solicitudes de autorización para la realización de obras en esa zona.

Es cierto, frente a ello, que el cambio de poderes en cualquier administración no es una tarea sencilla, y menos viniendo del visible desorden en que terminó la gestión del presidente José Antonio Hernández Fraguas. Sin embargo, ello no alcanza a ser pretexto suficiente como para mantener paralizada la atención al público durante casi dos meses. Y ese es un asunto que las autoridades municipales no deben considerar como una cuestión insignificante.

REFORZAR LA POLICÍA

Habría también que revisar el desempeño de la autoridad municipal en materia de seguridad pública. El asalto a una joyería, persecución y balacera ocurrido la mañana del pasado lunes en céntricas calles de la capital oaxaqueña —que derivó en el asesinato de un agente de la Policía Municipal, y otro más que resultó gravemente herido por disparos de arma de fuego— es una peligrosa muestra de inexperiencia de quien ahora funge como Coordinador General de Seguridad Pública en el municipio de Oaxaca de Juárez. ¿Por qué?

Porque aún cuando el accionar decidido y valiente de los elementos de la Policía Municipal, es indiscutiblemente encomiable y digno de todo reconocimiento, también lo es que esos elementos actuaron en desventaja, sin una estrategia ni órdenes concretas —y correctas— de su mando superior en el momento preciso, y sin una perspectiva de cálculo de cuál era el riesgo que corrían al momento de perseguir y pretender intercambiar disparos con los asaltantes.

El hecho habla por sí mismo: al percatarse del hecho ilícito, esos elementos de la Policía Municipal que viajaban en una motocicleta se dieron a la tarea de perseguir a corta distancia a los asaltantes, a lo largo de varias calles de la capital oaxaqueña. Frente a ellos, los delincuentes portaban armas de alto poder, y vehículos de motor, además de llevar superioridad numérica sobre los elementos policiacos.

Aunque la acción correcta de la autoridad superior, debió ser el girar órdenes precisas para que los policías persiguieran a los asaltantes a una distancia prudente, para indicar la ubicación y así facilitar el arribo de refuerzos, a los elementos se les dio la orden de continuar la persecución. Esto es inaudito, por la desventaja que ellos llevaban tanto en número, como en armamento y equipo de seguridad.

Tal pareciera que, en ese sentido, tanto el Coordinador de Seguridad Pública, Vialidad y Tránsito Municipal, Rubén Oyarvide Pedrero, como el director de Seguridad Pública Municipal, José Luis Cruz Arauz, o no supieron cómo conducir las acciones policiacas en un momento de crisis, o simplemente no estuvieron al pendiente para girar las órdenes precisas que contribuyeran lo mismo a no poner en riesgo la vida de los elementos, y a ubicar y aprehender a quienes perpetraron el robo que derivó en este hecho.

Errores como éste no debían cometerse porque cuestan credibilidad, eficiencia… y vidas humanas. Es por tanto urgente que el gobierno municipal de Oaxaca de Juárez tome por completo las riendas de su responsabilidad, que supere su condición de inexperiencia y novatez —lo mismo natural, que inadmisible y nociva—, y que comience a dar respuesta a los oaxaqueños en todas las tareas que tiene encomendadas.

Luis Ugartechea no puede, ni debe, estar en todos lados. Pero sus colaboradores deben dar muestra de que existe compromiso y también eficacia en las tareas de gobierno.

¿Y LOS FUNCIONARIOS?

Por cierto, el gobierno citadino debe publicar cuanto antes en su sitio de Internet, quiénes son los funcionarios administrativos ya designados en la presente administración. Sólo se encuentran los nombres de los concejales. Y eso, en estos tiempos de claridad, no es suficiente.

 

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