Presupuesto y culpas: lamentaciones no sirven de nada

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Zorrilla: cada 40 días cambia de Secretario Particular

 

Culpar y justificar, equivale a no tener la capacidad para elevar el debate. Y hasta el momento, eso es lo que hemos visto entre el gobierno estatal y sus opositores: la diputación federal priista ha denunciado insistentemente las dilaciones en el ejercicio del presupuesto autorizado para 2011; y la administración estatal, a través de la Secretaría de Finanzas, insiste en pagarles con la misma moneda, señalando que el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz dejó más de ocho mil millones de pesos pendientes de ejercer. En un debate serio, y más allá de sus particulares trifulcas, cualquier oaxaqueño de a pie podría decirles a todos: “Y eso, ¿qué?”

Y es que, en efecto, queda claro que ni las culpas ni las justificaciones sirven de algo, cuando éstas no vienen acompañadas de soluciones. Y hasta el momento, todo lo que hemos escuchado de los actores y grupos políticos involucrados, son acusaciones, réplicas y lamentaciones, sin que exista posibilidad de que unos y otros comprendan que más allá de sus posiciones e intereses, lo que importa —o debería importar— es lo que pueda o no hacerse por Oaxaca.

En los últimos días, por ejemplo, el diputado federal priista Jorge González Ilescas, ha denunciado que, en base a información oficial que asegura le fue proporcionada por instancias federales, de un total de 103 obras planeadas en la cartera del ejercicio fiscal 2011 para la entidad en cuanto a obras destinadas a pueblos y comunidades indígenas, a la fecha únicamente 41 obras cuentan con proceso de adjudicación y 62 obras aun ni si quiera han iniciado con dicho proceso.

Según el legislador federal, todo eso indica que del total de la cartera, a la fecha únicamente un 39 por ciento cuenta ya con un proceso ya definido de adjudicación, mientras que casi un 61 por ciento no han sido licitadas. Incluso, el diputado González puntualizaba que aún cuando 41 obras cuentan ya con un proceso de adjudicación, eso no significa que físicamente se encuentren ya en proceso de construcción.

Esto, sin embargo, se contrapone con las aseveraciones hechas por el secretario Gerardo Cajiga Estrada, quien el domingo pasado detalló en conferencia de prensa que de la pasada administración, “se localizaron más de mil 923 millones de pesos que el gobierno anterior dejó en cuentas bancarias y que no fueron utilizados para el bien de los oaxaqueños”.

Según información dada a conocer ayer en TIEMPO, el secretario Cajiga Estrada explicó que también hallaron casi  mil millones de pesos de Alianza para el Campo 2009 y 2010 que estuvieron a punto de perderse, pero que en el presente se corrigieron. Además, aseguró haber logrado el refrendo de 250 millones de pesos para infraestructura básica para pueblos indígenas y medio ambiente.

Señaló que en 2008, mil millones de pesos no fueron ejercidos, mientras que en 2009 fueron más de 2 mil 300 millones en subejercicios para salud, carreteras, educación, “y ahora pretenden señalar y cuestionar cuando ni siquiera se ha terminado el presente ejercicio fiscal; se avanza en tiempo: son casi 1 mil millones en total de la pasada administración los cuales se buscan ahora rescatar. Y dijo: “A diferencia de lo que han dicho algunos legisladores federales, no tenemos previsto que se generen subejercicios en esta administración”.

 

NUMERITOS HABLAN

El quid de la discusión debía centrarse no sólo en si se ha gastado o no, sino también en si se ha gastado bien, en cómo se planea gastar y, sobre todo, qué impacto tendrá ese gasto en el bienestar de las personas. Sin embargo, lo que hemos visto hasta ahora es una tortuosa, inservible, ruidosa y bizantina discusión respecto a culpas y justificaciones. La disputa, en el fondo, no es sino una mezcolanza de intereses políticos, combinados con ánimos opositores, y rematados por la voluntad que tiene el gobierno estatal de seguir alimentando una polémica que, finalmente, no llevará nada positivo para nadie.

¿Qué pretenden los diputados priistas en su calidad de opositores? ¿Pretenden sólo jorobar al gobierno de Gabino Cué Monteagudo, o en realidad tienen preocupación porque ese dinero se gaste, y se gaste bien en pro de los que menos tienen? Si el ánimo es el primero, seguramente continuarán haciendo lo propio incansablemente; empero, si es lo segundo, entonces tienen que comenzar a buscar los mecanismos alternos para que ese dinero no se pierda, pero sobre todo, para que éste pueda llegar íntegro y en tiempo a las comunidades que lo necesitan.

En lo que les toca a ellos, el gasto no debe seguirse haciendo en base a compromisos o intereses políticos, sino en cuanto a las necesidades reales de los pueblos que lo necesitan. Si se gasta mucho y se gasta mal (porque no hay planeación, porque no se le da seguimiento a los proyectos de largo plazo, porque los recursos se comprometen en base a intereses partidistas, o lo que sea), de todos modos no sirve de nada. La parte de la planeación y la responsabilidad en el gasto debía ser también una preocupación propia. Es decir, estar pendientes de en qué, cómo y para qué pretende gastar el gobierno estatal el dinero que le ha sido dado, y le será concedido en el Presupuesto de Egresos de la Federación.

Empero, el Gobierno del Estado debe también ver el asunto con verdadera responsabilidad, y asumir que el verdadero “enemigo” —si es que lo hay— no debieran ser los opositores locales (que les reprocharán hasta el más mínimo error), sino el gobierno federal, que sistemáticamente se resiste a entregar los recursos que pueden ser de mucha utilidad para la entidad.

Insistimos. Este asunto, más que constituir una riña constante entre el gobierno de Oaxaca y la diputación federal (que más temprano que tarde se verán las caras, para trabajar juntos por el presupuesto del año próximo), debía ser un asunto genuino de preocupación y trabajo común a favor del estado. Seguir alimentando la disputa, y reprochándose lo que ya se hizo mal, no sirve de nada. Ojalá todos juntos dejaran de ser parte del problema, y pasaran a ser partes fundamentales de la solución —que sin duda le caería de maravilla a Oaxaca.

 

EL TUMBA PARTICULARES

No. No es Patricia Santos, la “tumba hombres”. Este personaje, llamado José Zorrilla, que funge como secretario de Economía y Turismo del Gobierno de Oaxaca, en promedio ha cambiado de secretario particular cada 40 días. Lleva aproximadamente siete meses y medio en el cargo, y ha cambiado seis veces de Secretario Particular. ¿Será casualidad, o es que el problema es él?

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