¿Irma realmente representaba un compromiso?

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+ Gobierno no necesitaba a Elba Esther Gordillo

 

Desde el 1 de diciembre, cuando sorpresivamente se anunció que la ex candidata a la gubernatura por el Partido Nueva Alianza, Irma Piñeyro Arias, ocuparía la Secretaría General de Gobierno de la administración del gobernador Gabino Cué, iniciaron las especulaciones sobre si esa posición, era el pago de una cuota a la presidenta nacional del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales. Aunque la posibilidad es morbosamente atractiva, en realidad habría que ir a los datos duros para corroborar si en realidad existió tal alianza, si sirvió para algo, y si en realidad el Mandatario tenía algo que pactar con la cuestionada Líder Magisterial.

Por lo menos en el mes previo a la toma de posesión del gobernador Cué, abundaron las especulaciones sobre quién ocuparía la General de Gobierno. Conforme se acercaba la fecha en que el nuevo régimen asumiría el poder, se supo que habría un replanteamiento de las estructuras administrativas del gobierno estatal.

Todo esto quedó claro apenas unos días antes del cambio de poderes, cuando fue presentada al Congreso la iniciativa de reforma a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, en la que se contemplaba la creación de una Oficina de la Gubernatura (como una especie de jefatura fáctica de gabinete), y la modificación y reagrupación de las atribuciones de la mayoría de las secretarías de gobierno. En la reforma misma, quedaba claro que la General de Gobierno, ya no sería la dependencia políticamente fuerte de la administración estatal.

Mientras todo eso ocurría, arreciaban las especulaciones sobre los nombres posibles de quienes ocuparían cada una de las dependencias. Se decía, en la segunda quincena de noviembre, que lo mismo podría quedar como secretario General de Gobierno Celestino Alonso Álvarez, que Benjamín Robles Montoya, o Alberto Esteva Salinas. Todos los que especularon, o dijeron tener seguridad de que entre esos nombres se resolvería la Segego, se fueron con un palmo de narices cuando la definición cayó sobre Piñeyro Arias.

De inmediato, corrieron los rumores respecto a cuál había sido el arreglo para su arribo a la dependencia encargada de la política interna de la entidad. La explicación más lógica, derivada de la fortaleza que tiene el SNTE (y el Panal) en la gobernabilidad nacional, y de los posibles pactos del nuevo Gobernante con los más importantes factores reales de poder, concluyó que el nombramiento de Piñeyro como secretaria General de Gobierno, era consecuencia de un pacto del gobernador Cué con la profesora Gordillo Morales.

Todo esto, sin embargo, pudo haber seguido una lógica distinta. Muchas de las modificaciones hechas a la estructura de gobierno, tuvieron que ver justamente con la búsqueda del sostenimiento de los equilibrios entre los grupos que lo rodean. No podía colocar en puestos clave del gobierno estatal, en un primer momento, a dos funcionarios de los dos principales grupos que lo apoyaron.

Es decir que, por ejemplo, no podía poner a Esteva y Robles al mismo tiempo para que “convivieran” en la General de Gobierno y la Oficina de la Gubernatura, respectivamente, porque más que cualquier efecto positivo, esto traería una confrontación infinita, pues esos y otros personajes no han aprendido a vivir en correlación: cada uno de ellos pretende tener todo el control de todas las decisiones, y eso no provoca más que roces y confrontaciones que, visto está, no llevan a nada bueno a un gobierno.

Pero podría haber habido más: al mismo tiempo, al arranque de su gestión, el gobernador Gabino Cué otorgó sendos cargos en su gabinete a sus dos adversarias en la batalla por la gubernatura. Al integrarse a su gobierno Irma Piñeyro y María de los Ángeles Abad, el Mandatario buscó enviar señales políticas de inclusión, y de que el PRI se quedaba solo en su calidad de opositor. Queda claro, sin embargo, que estas fueron sólo señales de cierto decoro, pues en los hechos a ninguna se le permitió nunca la posibilidad de hacer algo más que fungir como un simple elemento decorativo de un gobierno pretendidamente “democrático”.

 

ELBA ESTHER, ¿PARA QUÉ?

Ahora bien, vayamos a la sustancia del supuesto pacto entre el gobernador Cué y la profesora Gordillo, y preguntémonos lo siguiente: ¿Buscando qué, habría pactado algo el Mandatario con la Líder Nacional del magisterio? Ella, a la luz de los hechos, carece de los hilos necesarios en Oaxaca, y en el país, para ayudar al Gobernador de un estado con tantas complejidades, como lo es Cué en Oaxaca.

Si fuera otra la composición magisterial en la entidad, podría pensarse que la posición habría sido entregada para mantener la correlación de fuerzas con el magisterio estatal, a través de una medida de control con el CEN del SNTE. Sólo que, aquí, la Sección 22 es disidente al CEN del SNTE, y por tanto éste no tiene ningún tipo de control ni ascendencia sobre las decisiones de aquél. Ese supuesto pacto, no pudo evitar que en mayo pasado hubiera plantón y paro de labores magisteriales en la entidad, y mucho menos que el gobierno entregara más dinero que nunca a la Sección 22, a cambio del regreso a las aulas.

En otra lógica, podría suponerse que el acuerdo radicó en la entrega de la General de Gobierno, a cambio de que la profesora Gordillo le sirviera al gobernador Cué como interlocutora para resolver asuntos de trascendencia nacional con el gobierno federal, y todas las fuerzas políticas. esto podría ser. Sólo que La Maestra hoy más que nunca tiene una relación desgastada y adversa con el presidente Felipe Calderón (quien tampoco le da mayor importancia al gobernador Cué), y el Gobierno de Oaxaca se ha encargado de romper cualquier posibilidad de diálogo con los opositores del Revolucionario Institucional (que, valga decirlo, tampoco le reconocen mayor ascendencia a la Líder Magisterial).

Incluso, podría suponerse, en un último caso, que el pacto fue de corte partidista rumbo a las elecciones federales de 2012. Esta posibilidad, sin embargo, también queda descartada ante la inminente alianza del PRI y el Panal para los comicios presidenciales.

 

MAL NEGOCIO

Si hubo, en realidad, éste fue costoso y poco benéfico. Irma Piñeyro no hizo todo lo que podía, en buena medida porque la atajaron y menospreciaron sistemáticamente, pero también por sus propias limitaciones. Y por eso, más que pacto, su paso por Segego parece consecuencia de una decisión aventurada, de un gobierno nunca acabará de cumplir con los compromisos que creó para llegar al poder.

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