Diódoro: se aprovecha de la desmemoria ciudadana

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+ Desempeño pobre como legislador; ¿se acuerda?

 

El ex gobernador Diódoro Carrasco Altamirano se aprovecha de la desinformación y la falta de memoria ciudadana, para tratar de postularse nuevamente como candidato a legislador federal. Más allá de su desempeño como Titular del Poder Ejecutivo del Estado en el periodo 1992-1998, es evidente que lo que hasta ahora ha hecho como representante popular es mucho menos de lo que cualquier ciudadano promedio esperaría de quien presume de tener vasta experiencia y conocimiento de los asuntos de interés público.

En efecto, desde hace meses el ex gobernador Carrasco dejó ver su decisión de contender por una senaduría. Primero, por su cercana relación con la precandidata a la Presidencia de la República por el Partido Acción Nacional, Josefina Vázquez Mota, deslizó la posibilidad de buscar una candidatura a la Cámara alta a través de la vía de la representación proporcional. Pero, ya aterrizando en los hechos, asumió que sólo podría regresar a la Cámara alta (porque ya había sido Senador, antes de ser Gobernador de Oaxaca) postulado por el Partido Acción Nacional por la vía de la mayoría relativa. ¿Por qué no a través de las llamadas “listas plurinominales”?

La respuesta es muy sencilla: porque si bien tiene el apoyo del “josefinismo” dentro del partido blanquiazul, lo cierto es que para ser candidato a Senador por la vía de representación proporcional debiera tener mucho más que el apoyo de una precandidata. Esto es, que debiera ser respaldado tanto por la cúpula estatal, como por la dirigencia nacional del panismo, y además por el Consejo Nacional del que son integrantes nada menos que el Presidente de la República, los Gobernadores panistas, los dirigentes estatales del panismo en el país, y la auténtica cúpula de hombres y mujeres notables de ese mismo partido.

De hecho, el Reglamento de Selección de Candidatos a Cargos de Elección Popular que rige a Acción Nacional establece, en su Sección Tercera, relativa a la Elección de Candidatos a Senadores por la vía de representación proporcional, que el proceso respectivo consta de tres fases que, a simple vista puede verse, serían simplemente insuperables para cualquier panista adherente —no militante— que además tiene un pasado “impuro”, como es el caso del pasado priista del ex gobernador Carrasco.

¿En qué consiste dicho proceso? Al respecto, el reglamento señala que la selección de candidatos a Senadores de representación proporcional se hará por fórmula, propietario y suplente; y que las tres fases son las siguientes:

Primera: Elección por el Consejo Estatal o Regional del Distrito Federal para definir en su entidad una fórmula de precandidatos a participar en la Segunda Fase; segunda: Elección por el Consejo Nacional para elegir y ordenar, de entre las fórmulas electas en la Primera Fase, la lista de candidatos que se integrarán a la que registrará el Partido; y tercera: Elección por el Comité Ejecutivo Nacional de hasta tres propuestas de fórmulas de candidatos, que ocuparán los lugares 1, 4 y 7 de la lista nacional de candidatos a Senadores de Representación Proporcional que registrará el Partido ante el IFE.

Además, para el caso de los aspirantes a una candidatura a senador por el principio de representación proporcional, cada uno de ellos debe comparecer y ganar la votación respectiva en el Consejo Estatal del PAN respectivo, para después superar un proceso más o menos similar pero ante el Consejo Nacional de ese partido. Y solamente después de haber pasado por todas esas etapas, es que la Comisión Nacional de Elecciones puede integrar una lista definitiva de fórmulas de candidatos a la Cámara alta, y asignar el lugar que corresponde a cada uno de ellos en la preeminencia, para finalmente ser registrada ante el Instituto Federal Electoral y surtir los efectos correspondientes.

El ex gobernador Carrasco sabía que no difícilmente podría superar todas estas etapas. Por eso decidió ir a intentar “jugarse” la senaduría por el principio de mayoría relativa.

DIPUTADO IMPRODUCTIVO

Sin embargo, más allá de la compleja grilla interna del panismo nacional, es claro que el ex gobernador Carrasco no tiene en realidad otros méritos para aspirar nuevamente a una Senaduría, que los relativos con la urgencia por ocupar nuevas posiciones políticas, y las ansias no sólo de ser de nuevo un hombre influyente en la política local, sino de hacerlo desde la cámara alta.

Sin embargo, el primer referente que debiéramos buscar es el relativo a su desempeño como diputado federal, cargo de representación popular que ostentó apenas en la LIX Legislatura del Congreso de la Unión, entre los años 2006 y 2009. ¿Qué de importante hizo el ex gobernador Carrasco, además de presidir la Comisión de Gobernación? Sin exagerar, podríamos decir que nada.

Y es que, de nuevo, más allá de las grillas internas del Partido Acción Nacional, y de la fuerza con la que él reingresó a la política nacional a través del grupo zedillista que al inicio de su gobierno adoptó el presidente Felipe Calderón, lo cierto es que en datos duros su desempeño como legislador es bastante pobre.

Al menos así lo deja ver su propio record de actividades legislativas realizadas durante dicho periodo —que aún aparece en la página de internet de la Cámara baja—, en el que aparece que sólo propuso dos iniciativas de reforma, y suscribió menos de una decena de proyectos de reforma y puntos de acuerdo impulsados por integrantes de su partido. Es decir, que si hubiera forma de evaluarlo objetivamente como diputado, de acuerdo a sus resultados, tendría todo para ser reprobado por la ciudadanía por haber sido un diputado improductivo y poco propositivo.

UNA APUESTA

A LA DESMEMORIA

¿Para eso quiere ser de nueva cuenta Senador? Porque a él le cabe perfectamente la misma pregunta que en innumerables ocasiones hemos hecho en este espacio a los aspirantes priistas —y que, valga decirlo, ninguno de ellos se ha animado a responder. ¿Qué proyecto tiene para Oaxaca? ¿Qué causas defiende? ¿Cuál es su proyecto para hacer algo mejor, como legislador en la Cámara alta, de lo que hasta hoy ha hecho desde los privilegiados espacios del sector público en los que le ha tocado participar? Eso no queda claro. Lo único visible, es su animada incidencia en la vida panista, y en las arcaicas formas, propias del pasado, por las que quiere ser un Senador respaldado por el “régimen del cambio”. Qué barbaridad.

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