+ Todos sus intereses se entrelazan
El magisterio democrático de Oaxaca atraviesa por momentos extraordinariamente complejos. En estos momentos, sólo así puede entenderse la preocupación del gobierno estatal por su relación con la Sección 22, y también el alto costo que particularmente tuvo la negociación del presente año para desactivar la protesta. El estado actual del magisterio oaxaqueño rebasa por mucho el solo ámbito estatal, y se inscribe en un mundo de definiciones y disputas que, si otras hubieran sido las condiciones, bien pudieron haber incendiado nuevamente la entidad.
En efecto, para muchos fue descabellado, excesivo y desorbitado el arreglo habido entre el Gobierno del Estado y la Sección 22 del SNTE. A simple vista, pareciera que el Estado entregó todo lo que tenía —recursos económicos, capital político, credibilidad, aceptación ciudadana, etcétera—, y que también hipotecó el futuro de las siguientes generaciones, en aras de tener contento a un gremio que no sólo exige, sino que extorsiona y amaga con generar disturbios y afectaciones, cada que no se le cumplen sus reclamaciones o se le satisfacen sus caprichos.
Sin embargo, es evidente que si ya de por sí en política nada es casualidad, el tamaño del arreglo entre el gobierno estatal y la Sección 22 en el presente año, tampoco pareció ser a título gratuito. Todo esto, más bien, fue consecuencia del cálculo político previo hecho por los negociadores estatales de esta situación potencial, y de las condiciones favorables en que se dio una negociación que, es cierto, tuvo un costo elevadísimo; pero que, al final, tiene posibilidad de ser relativamente razonada a partir de los riesgos nacionales que implica un mal manejo de la estabilidad del sindicato magisterial.
Y es que, como lo decíamos en líneas anteriores, hoy la situación del magisterio oaxaqueño no sólo se inscribe en el contexto local, sino también en el nacional. La Sección 22 del SNTE es, de hecho, uno de los más importantes bastiones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que a su vez constituye el principal foco de oposición a la corriente dominante en el Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que es liderado indiscutiblemente por la maestra Elba Esther Gordillo Morales.
Por si ello fuera poco, la Coordinadora, a través de sus poderosas representaciones estatales en Oaxaca, Guerrero y Michoacán, fundamentalmente, tiene también intereses nacionales en juego, y todo esto se refleja en cada proceso electoral, en el que los grupos dominantes al interior de esa Coordinadora asumen claras posiciones respecto a los candidatos presidenciales, y trabajan no sólo en la promoción y movilización de los maestros a favor de sus candidatos, sino fundamentalmente creando condiciones de inestabilidad, a partir de las cuales puedan también generar condiciones adversas para los otros candidatos, sus gobiernos aliados, los partidos que los postulan, y los bastiones en los que pretenden sacar votos.
Si a todas esas condiciones le agregamos el nada halagüeño contexto local, entonces lo que tendremos como resultado es un coctel explosivo que en cualquier momento podría generar una crisis. Esa crisis sólo necesitaría un pequeño detonador.
Y eso es lo que trató de evitar el gobierno con la costosa negociación, que derivó en la entrega de más recursos económicos, en la destitución del Titular del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, y en el establecimiento de una aparente nueva relación… dominada por los profesores democráticos de la Sección 22 del SNTE.
CONTEXTO PELIGROSO
Hace seis años, el contexto era parecido al actual. La Sección 22 tenía definiciones muy claras respecto a los candidatos presidenciales; tenía claro que su papel en Oaxaca debía ser definitorio en el contexto nacional, y que ellos tenían el deber de actuar, a partir de esas circunstancias tan particulares, a favor de su candidato presidencial, que era el postulado por los partidos de izquierda. Sólo que ahí la acción oficial no calculó bien todas esas circunstancias.
En efecto, todos aquellos que recordamos con algún detalle el contexto del 2006 podemos saber que el pliego petitorio de la 22 era un mero pretexto para involucrarse de lleno en la lucha electoral. Sus exigencias eran, por eso, hasta cierto punto inalcanzables. Sólo que, en ese contexto, se encontraron con un gobierno estatal (encabezado por Ulises Ruiz Ortiz emocionado porque su amigo entrañable era Candidato Presidencial del PRI, y teniendo como negociador a un soberbio e intolerante Jorge Franco Vargas) que no tuvo clara la ruta a seguir y cometió errores que luego costaron miles de millones de pesos más no sólo a las arcas públicas, sino a todos los oaxaqueños.
En aquellos tiempos, el gobierno estatal y la 22 pelearon por una suma relativamente considerable de dinero, que la administración estatal se negó a dar a los democráticos. Éstos se empecinaron en no ceder ni un ápice en sus pretensiones. Y el gobierno lejos de entender que esa era justamente la posición de fortaleza de los profesores oaxaqueños, decidió echarles a la policía, antes que encontrar una solución consensada.
El resultado fue desastroso. Porque al tratar de replegar a los profesores, el gobierno estatal sólo consiguió fortalecerlos. Y negándose a entregar los recursos les dio bandera no sólo para continuar en la lucha presidencial (pues sus acciones fueron determinantes para el triunfo arrollador de Andrés Manuel López Obrador en Oaxaca, y de todos los candidatos a diputados y senadores, incluyendo a quien hoy gobierna la entidad), sino también para afianzar sus posiciones dentro de la entidad.
Al final, de todos modos el gobierno tuvo que entregar todo, en una negociación que le costó asimismo todo al gobierno y que, de antemano, terminó de descomponer la imagen (de por sí mala) del gobernador Ruiz, y de arrodillar al gobierno a los intereses magisteriales y de los grupos populares que luego se adueñaron de la revuelta popular.
RAZONES DEL CÁLCULO
Tratando de evitar algún escenario similar, según se entiende, ahora el gobierno estatal decidió ceder posiciones importantes en aras de lograr que la 22 pasara en Oaxaca este momento crítico, que también se llega en un ciclo sexenal. Además de las antes apuntadas, existen otras razones que determinaron este resultado. Una de ellas es su propio proceso de sucesión seccional. El otro es su pugna con la maestra Gordillo. Pero de eso, hablaremos mañana.