+ “Sólo es 1mdp”… monto que muchos nunca tendrán
La frívola decisión de construir un gimnasio en las instalaciones del Poder Legislativo en San Raymundo Jalpan, es sólo una muestra más de la gran insensibilidad que caracteriza a los integrantes de la Legislatura local. Ya antes habían dado muestras de no saber ni entender por qué a la ciudadanía le molestan tanto los excesos de funcionarios y diputados. Para ellos un millón de pesos, o cinco o diez, son montos menores. No alcanzan a entender que a casi la totalidad de la población le molesta y le agravian esos dispendios, porque esas son sumas de dinero que resolverían todos sus problemas económicos y su vejez, pero que seguramente nunca verán junta.
En efecto, no es la primera vez que los diputados de la LXII Legislatura demuestran su lejanía con los problemas de la ciudadanía, a pesar de ser los “representantes del pueblo de Oaxaca”. Hace apenas unos meses, por ejemplo, cuando se dio a conocer que el diputado y coordinador de la bancada perredista en la LXI Legislatura, Emanuel Alejandro López Jarquín, había acumulado una riqueza superior a los 3.5 millones de pesos en cuentas bancarias sólo en el tiempo en el que fungió como legislador, esto generó un agravio generalizado, además de cuestionamientos sobre el origen y la licitud de esos recursos.
La razón de ese agravio que demostró la ciudadanía, era obvia: si se supone que un legislador gana menos de 50 mil pesos mensuales, el “ahorro” íntegro de tal cantidad durante los tres años de su cargo no alcanzaban a completar la suma reflejada en sus cuentas bancarias. Además, si esas sumas le fueron entregadas por otros conceptos, ello nunca quedó clarificado ni por el ex diputado ni por la Tesorería del Congreso. Empero, sólo hubo un personaje, uno solo, que salió a defenderlo. Ese personaje fue su sucesor en la coordinación de los diputados perredista, y tesorero legislativo en el tiempo de los depósitos inexplicables de López Jarquín, Anselmo Ortiz García. ¿Qué dijo?
Estas son sus declaraciones textuales: “el coordinador de la Fracción parlamentaria del PRD Anselmo Ortiz, aclaro que no hay elementos para enjuiciar al funcionario público del gobierno de Gabino Cué, por el delito que se le busca incriminar de 3 millones de pesos en sus cuentas bancarias. “Creo es que una cantidad muy modesta y si revisáramos las cuentas de los priistas creemos que más de uno pisaría la cárcel. López Jarquín acaba de ser legislador y tienen más de 30 años de carrera política y creemos que el monto existente en sus cuentas habla de una vida muy modesta”.
Hace falta releer las declaraciones para comprender la dimensión de la irreflexividad, de la insensibilidad y del desprecio hacia la ciudadanía y hacia las condiciones sociales y económicas de la mayoría de los oaxaqueños, que demostraba el impresentable diputado Ortiz García. ¿Tres millones de pesos en una cuenta personal son una cantidad “muy modesta”? ¿El hecho de que “los priistas” puedan tener en sus cuentas cantidades superiores y por ello “más de uno pisaría la cárcel”, era justificación del inocultable exceso de su compañero de partido? ¿En qué vida, en qué época de México, o en qué país, y en qué estrato social, “el monto existente (de tres y medio millones de pesos) en sus cuentas habla de una vida muy modesta”? Si eso es “modestia” para el diputado Ortiz, entonces debiera ser porque el grueso de la población, cualquier oaxaqueño, puede tener tres y medio millones de pesos en sus cuentas bancarias. Y no es así.
Más bien, lo que hizo con todo descaro, fue justificar que los políticos sí se roban el dinero del erario que tienen a su disposición. ¿La razón? Que al igual que el ex diputado López Jarquín, la inmensa mayoría de la población económicamente activa, también tiene que trabajar treinta años (las mil 500 semanas de cotización que exige la Ley del IMSS) para contar con derecho al retiro, y que ni siquiera con la suma de las aportaciones tripartitas de toda una vida de trabajo reflejadas en su cuenta de ahorro para el retiro, una persona común y corriente puede ver junta una suma de dinero que alcance los seis dígitos. Siendo así, ¿entonces sólo siendo político se puede juntar esa cantidad?
Esas aseveraciones son una burla abierta a la inteligencia de las personas, a la dignidad (lo poco que todavía podría quedarle) del trabajo en el sector público, y a la medianía juarista de la que todos hablan pero nadie honra en esta sociedad oaxaqueña que tiene políticos que creen que siguen viviendo en la época de la ignorancia total.
EL GIMNASIO
Algo similar ocurre con el gimnasio legislativo. El diputado Alejandro Avilés se justifica diciendo (sin ninguna prueba documental, cotización, licitación, contrato o algo similar, que pruebe sus dichos) que ello sólo costará un millón 200 mil pesos. Con esa cantidad de dinero, que para el diputado Avilés es nada, se podrían rehabilitar muchos espacios deportivos públicos, que hoy se encuentran en ruinas.
Se podría también dotar de mobiliario e infraestructura dignas a decenas de escuelas que no necesitan un millón, sino diez o veinte mil pesos para comprar mesabancos nuevos o pizarrones nuevos. Podrían procurarle dignidad a parques y espacios comunes –incluso los aledaños al Recinto Legislativo de Jalpan– que se encuentran en el más completo olvido, y que también podrían utilizar para que los trabajadores y los legisladores convivan, se ejerciten y se acerquen unos a otros para corroborar que al final más allá de los cargos y las lisonjas, todos son personas que comparten los mismos problemas que por condición humana todos enfrentamos.
Qué bien nos caería a todos los ciudadanos que los diputados bajaran de la nube en que se encuentran y asumieran que en la realidad de la gran mayoría de los oaxaqueños hablar de una suma de dinero como la que están invirtiendo en el gimnasio, es tanto dinero que seguramente decidirían que se invirtiera en obras de verdadera utilidad y no para satisfacer la frivolidad de un puñado de diputados que, aludiendo al refranero, como no tienen y llegan a tener, locos se quieren volver.
RESPONSABILIDAD DE MUCHOS
Es terrible que el diputado Avilés asuma la defensa de lo imposible y trate de justificar y hacer ver como “normal” algo que es inadmisible para la mayoría de la población. Lo peor es que confirma de nuevo, su papel de peón y cómplice de una Junta de Coordinación Política que parece la principal enemiga de la ciudadanía y de Oaxaca, y en la que comparte responsabilidad con Natividad Díaz y Anselmo Ortiz.