Carlos R. Aguilar Jiménez.
Diez días únicamente faltan para Navidad y mientras las emociones felices propias de estas fechas se desbordan generosa, afectuosamente y los abrazos, buenos deseos, felicitaciones, encuentros familiares y amistosos se buscan para brindar, intercambiar regalos, besos y todo lo que sea amor y buena voluntad porque se celebra el nacimiento del Sol (Jesucristo) que al llegar al solsticio de invierno el 24, los pueblos precristianos durante decenas de miles de años, festejaron esta fecha navideña con banquetes y felicidad sabiendo que el sol no iría más al sur y vendría la primavera.
La celebración el 25 de diciembre del nacimiento de Jesús en Belén es tan incierto como el año porque historiográficamente que no pudo ser en diciembre, ya que este mes cae en la estación de intenso frio y lluvias heladas en la región de Judea y por ello los pastores no tendrían a sus rebaños a campo abierto como refiere el Evangelio. Al respecto, persas y fenicios, griegos, romanos y aztecas, celebraban, antes de ser cristianos, el 24 de diciembre, el parto de la Reina de los cielos, la Virgen Celestial y el nacimiento de su hijo, el dios solar. Dionisio o Baco a quien los griegos llamaban el “Salvador”, nació de una virgen el 25 de diciembre, lo mismo que Hércules. El nacimiento de Adonis se celebraba ese día. Los antiguos egipcios fijaban la preñez de Isis, la Virgen reina de los cielos en marzo y el nacimiento de Horus 24 de diciembre. Los egipcios no solo adoraban a una madre virgen, sino que presentaban la efigie del niño Dios acostado en un pesebre. Osiris fue también hijo de una “Virgen Santa” y nació el 25 de diciembre. Ocurriendo casi lo mismo entre germanos, vikingos y druidas. Al respecto, Roma celebraba el 24 de diciembre el nacimiento de Sol Invicto y el de Mitra, siendo así que lo que en realidad se celebra el 24 de diciembre es el Solsticio de Invierno, palabra que significa: Sol estable, inmóvil, porque luego de detenerse en su trayectoria celestial al sur, regresa al norte, asegurando para los pueblos nórdicos que las temperaturas gélidas terminan, las noches acortan y los días extensos, certificando viene la Primavera, que si bien para nosotros los oaxaqueños que vivimos entre el Ecuador y trópico siempre hace calor y nuestro día sagrado era el ascio, al ser conquistados religiosamente por los españoles, dando de baja a Huitzilopochtli, Tlaloc o Quetzalcóatl, ahora celebramos la Navidad cristiana como la máxima fiesta religiosa del año y en mi caso, también celebro el nacimiento de Isaac Newton y el solsticio, por lo que festejo tres aniversarios importantes, uno astronómico, otro de importancia científica y el tercero, religioso, celebrando la disposición a la buena voluntad, mejores deseos, generosidad y amabilidad de la mayoría de la gente sana mentalmente, porque es un hecho que solo quienes están psicológicamente sanos disfrutan de la vida y las fiestas, ya sean paganas, sociales o religiosas como la Navidad así que anticipadamente, a 10 días, Feliz Navidad. Feliz Solsticio y Aniversario de Newton.