Carlos R. Aguilar Jiménez.
En el suburbio del sol y muy cerca de la Tierra, apenas a unos 38 millones de kilómetros la perspectiva para un turista que visite Venus, que en estos días e ve espectacular en el cielo vespertino y se aprecia mejor en los telescopios del Observatorio Astronómico Municipal, requiere de un viaje de dos meses a bordo de una astronave turística para llegar al planeta vecino, donde el turista encontrará que es el destino turístico, después de la Luna, más cercano, brillante e interesante, claro está que si el turista viaja a la velocidad de la luz recorrería este trayecto en dos minutos y siete segundos.
El planeta Venus, lugar de gran interés turístico por sus paisajes rojizos, aspecto similar al del infierno de Dante dibujado por Durero, es de tamaño parecido a la Tierra; siendo su masa, diámetro, superficie y volumen ligeramente menores, por lo que a consecuencias de estas dimensiones la fuerza gravitatoria en la superficie de Venus es casi igual a la de la Tierra por lo que a los turistas no les causara ninguna molestia caminar entre sus atractivos naturales, no obstante, de lo que si deberán cuidarse los turistas y no se deben confiar protegiendo la piel con bloqueadores, sino con escafandras y trajes espaciales, es del Sol, porque Venus recibe el doble de radiación que la Tierra, registrándose en su superficie una temperatura promedio de 350 grados centígrados debido en gran medida al efecto invernadero que genera su atmósfera formada de bióxido de carbono, metano, agua e hidrogeno, con una presión 40 veces mayor que en la Tierra, que eleva su temperatura, recalentando la superficie y generando un efecto de erosión que ha convertido el suelo en una superficie plagada de rocas con aristas filosas, grandes cantidades de grava y arena caliente con inmensos cañones, barrancos y desfiladeros, donde los turistas podrán llegar en su astronave poniendo en funcionamiento un mecanismos que proporcione alas de avión al cohete para que pueda planear sustentándose en su atmosfera haciendo un recorrido o tour para identificar desde arriba los mejores destinos..
Los turistas antes de avenuzar o aterrizar, pronto se verán rodeados de nubes que persisten durante decenas de kilómetros. Frenada la astronave turística en Venus la velocidad disminuye y cuando los viajeros creen que la niebla ha de durar para siempre, acaban de atravesarla y llegan al suelo donde a la distancia apenas se ve a 200 metros, pero donde se encontraran en un paisaje similar al que tenía la Tierra hace unos 4 mil millones de años. Todo un viaje turístico para aventureros que gustan de grandes emociones y la sensación de misterio o sentir cómo sería estar en el mismísimo infierno dantesco.