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Ismael Ortiz Romero Cuevas
El pasado 31 de agosto, Netflix liberó el avance de la película “El conde”, una producción que en sus primeras imágenes parece misteriosa, pero que, además, cuida de valores artísticos como la imagen, el diseño de producción y la fotografía, por cierto, en blanco y negro para darle un toque más estético. Y lo que para mí, parecía una historia de contenido social y hasta político, poco a poco se convirtió en una película de vampiros; menuda sorpresa me llevé.
Realmente fue una grata sorpresa, porque ya después de que vi el avance unas tres veces para poder apreciar algunos detalles más, me enteré de que, la cinta se presentó precisamente ese jueves 31 de agosto, en el Festival de Cine de Venecia, donde la recibieron con beneplácito y fue ovacionada. La cinta es dirigida por el reconocido director chileno nominado al Oscar, Pablo Larraín, quien dirigió cintas aclamadas como “No” que fue la primera película chilena en estar nominada al Oscar como Mejor Película en Idioma Extranjero, además de “Neruda”, “Jackie” protagonizada por Natalie Portman y Greta Gerwig y productor de la película ganadora del Oscar a Mejor Película en Idioma Extranjero, “Una mujer fantástica”. Con eso, tenemos suficiente para esperar “El conde” con grandes expectativas.
Larraín ahora se aleja de las películas dramáticas y presenta una comedia negra y sátira pero que no deja de lado los temas históricos y sociales que siempre han sido su fuerte. “El conde” presenta a Augusto Pinochet, interpretado por el grandioso Jaime Vedell, como un vampiro de 250 años, pero cansado de la vida eterna. Según palabras que el propio Larraín declaro al periódico “El País” dijo: “La impunidad brutal que representa Pinochet debía ser encarada directamente, mostrándolo por primera vez de frente. Para eso, hemos utilizado el lenguaje de la sátira y farsa política”, comentó.
El ejercicio de la ironía donde se representa a Pinochet como un chupasangre, sin duda, es un trabajo que, por su naturaleza, ya genera curiosidad por disfrutarlo, pues siempre será bienvenida una sátira escrita con agudeza para poder empalmar una figura fantástica con una histórica y que, además, esto resulte en una conjugación de características que ayuden a generar ese tipo de comedia y favorezca a entender la psicología de ambos personajes, que ya de entrada es complicada.
Y aunque ya hemos visto películas donde intentan poner a un personaje histórico como cazadores de vampiros o de zombis, Abraham Lincoln, por ejemplo, las tramas siempre resultan en cintas entretenidas, pero caricaturescas. Sin embargo, la reputación de Pablo Larraín hace que esa mala experiencia de conjuntar la fantasía con la historia se desvanezca y esperamos una cinta con una historia entretenida, inteligente, irónica, pero, además, refinada estéticamente y que no decepciones a los espectadores. Y el avance no decepciona.
“El conde” fue filmada en su totalidad en Chile, siendo la Antártica Chilena y la región de Magallanes las que más resaltan y se estrena en los cines chilenos el próximo 07 de septiembre, pero la buena noticia es que “Fábula”, la compañía productora de los Larraín tiene convenio de distribución con Netflix, por lo que la cinta llegará a la plataforma el próximo 15 de septiembre. Y se estrena en el tiempo en que llegan a las pantallas las películas que estarán en la temporada de premios, por lo que seguramente algo sucederá. Por lo pronto yo, ya quiero verla.
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