CONTRAFUEGO || Campaña contra la nación

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Aurelio Ramos Méndez

El haber maquinado una intensa y costosa campaña de desprestigio en contra del gobierno federal, con intención de ponerlo al nivel de los regímenes históricos más aborrecibles, usando para ello el dolor de decenas de millares de víctimas de la desaparición forzada de personas, exhibe la calaña miserable de la oposición.

Concatenada con otros indicios, tal campaña –reventada en horas por el oficialismo– denota que los adversarios del régimen creen llegado el momento de la revancha y la demolición. Craso error. La falla de cálculo esta vez los llevó de la inquina a la rabia y el ridículo.

En el trayecto dejaron ver el arsenal del que han hecho acopio desde mediados de la administración anterior, respecto del cual es previsible que persistirán en la ruindad de utilizarlo, no obstante la plena, total conciencia de su falsedad: el narcotráfico y la supuesta alianza de éste con el gobierno –en lo personal con el expresidente López Obrador– como el arma más mortífera.

Con el empleo de boots y de diversos medios de comunicación, algunos aceitados mediante regios embutes –las Madres Buscadoras encabezadas por Cecilia Flores, por inverosímil que parezca, saben de los efectos lubricantes del dinero– los grupos de rastreadores instalaron en la opinión nacional, a la velocidad de un chasquido, el tema del hallazgo de un “centro de exterminio” de personas en Teuchitlán, Jalisco.

Se dijo en primera instancia que en la finca Izaguirre Ranch fueron hallados efectos personales –entre otros unos 400 pares de zapatos– de un número indeterminado de presuntas víctimas, así como tres hornos crematorios, de los que no se tuvo confirmación en días subsecuentes.

La versión creció hasta convertirse en una inmensa bola de nieve por cuenta de un tándem mediático, cuyos integrantes, en su mayoría, se han especializado en repetir como loros conceptos mentirosos, análisis sesgados y hasta metáforas de un puñado de periodistas tiralinea, que sí están en el cogollo y en el secreto de los planes opositores.

Estamos frente al desafío más audaz a que han llegado los adversarios del gobierno. Y el sólo hecho de que existan organizaciones y activistas capaces de armar semejante campaña, denota el peligroso nivel de infiltración, manipulación y arrojo que presenta este núcleo de ciudadanos. 

¿Campo de concentración y exterminio o gimnasio y polígono de tiro de narcos y sicarios? Misterio. La campaña, sin embargo, se encargó de darle carta de naturalización a la especie de que se trata de campos hitlerianos en toda su escalofriante dimensión. 

Las investigaciones se encargarán de poner las cosas en su sitio; más con base en la información disponible es evidente que están en muy grave falta los tres órdenes de gobierno. 

Y que se requerirá de voluntad política al más alto nivel, desde la Jefatura del Estado, para aplicar correctivos inaplazables y ejemplarizantes.

El rancho fue descubierto e intervenido por la Guardia Nacional y policías estatales en septiembre de 2024. De modo inexplicable la FGR le sacó el cuerpo al asunto, lo dejó en manos de la fiscalía estatal, a pesar del hallazgo de drogas y una granada de fragmentación, y de la detención de diez presuntos traficantes de drogas.

¿Es el narcotráfico delito de competencia federal y se persigue de oficio? ¿Qué fue lo que inhibió al fiscal Alejandro Gertz Manero para abstenerse de atraer el caso? ¿Le atañe a este funcionario al menos responsabilidad política, esa que se sanciona con la inmediata destitución del cargo?

La fiscalía estatal tomó las cosas con parsimonia. Cero investigaciones y peritajes. Sospechosa dejadez. ¿No deberían estar ya presentados ante la justicia el fiscal jalisciense y el gobernador Enrique Alfaro, éste dedicado a la grilla y el futurismo mientras en Teuchitlán campeaba la violencia?

Del gobierno municipal, mejor ni hablar… dormía a pierna suelta. O, quizá –como en otros muchos municipios del país– algunos de sus policías eran sirvientes de mafiosos.

El caso es que en Izaguirre Ranch tal vez no fueron cometidos asesinatos masivos ni cremados seres humanos para su conversión en lámparas y jabones, ni para experimentos eugenésicos; pero de que algo hubo, lo hubo. 

Ese ‘algo’ difuso, del que todas las señales apuntan a un escenario de utilería, sirvió de insumo para la infame campaña de la oposición, que en rigor no fue en contra del gobierno federal sino de la nación entera.

Es patente que los opositores ya están en actitud de atacar con todo al gobierno, así sea llevándose por delante al país. ¿Se vale? ¿Es justo que así sea? ¿Hay libertad para que el fanatismo y el odio lleven a algunos dañar la casa de todos, sin reparar en consecuencias?

El meollo de los planes de desprestigio ha sido el caso Teuchitlán; pero, adicionalmente, un combo de columnistas toca la chirimía con exasperantes variaciones sobre el mismo tema. En el Congreso las esmirriadas bancadas anti 4T causan descomunal estridencia.

Y hasta lo más cochambroso y desacreditado de nuestra política –Alito, Javier Lozano, Marco Cortés, Ricardo Anaya, Beatriz Pagés—propalan bulos sin el menor recato, con total impunidad, y prueban que manos aviesas ya tienen control parcial de la agenda sobre desaparecidos.

Esparcen la versión de que López Obrador pactó con narcos, los blindó de las balas, les dio amorosos abrazos y, a cambio, recibió de ellos carretadas de oro. Perverso arreglo que cuya consecuencia natural habría sido el atrevimiento de instalar un hitleriano centro de exterminio personas.

¡Como si la delincuencia organizada se hubiese gestado apenas ayer e históricamente no hubiera estado enquistada en las esferas más altas del poder del Estado y la totalidad –la totalidad– de las fuerzas políticas! 

Uno de los analistas anti 4T dizque más acuciosos calculó que en la primera semana de la campaña en el mundo 600 millones de personas vieron la información de que en México rige el nazismo y hornos crematorios son usados en asesinatos masivos. Y el sainete ya cumple dos semanas.

Sorprendente eficiencia de una campaña bien financiada y mejor ejecutada, cuya existencia cobardemente niegan todos sus actores con cara de circunstancias. Como en el Metro en hora pico: huele, pero nadie fue.

BRASAS

Si en nuestra efervescente vida pública la palabra aún tiene algún valor, en los próximos días el periodista Joaquín López Dóriga tendrá que colgar la pluma y el micrófono y despedirse de sus audiencias.

¡Cómo que por qué! Porque públicamente y en el tono más contundente posible, con la actitud de quien se juega la vida, apostó con el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, que renunciaría si éste demostraba que no viajó a Estrasburgo, Francia, en la primera clase de la línea Air France.

Compró boleto del modo más absurdo. Ante copiosas versiones de que habría viajado a una reunión de la Conferencia Europea de Presidentes de Parlamentos en la lujosa y costosa primera clase, Noroña apostó no solo su cargo de presidente del Senado o su calidad de senador sino su carrera política toda. Dijo que se retiraría de la vida política, si alguien le demostraba que viajó en primera.

El Güerito –así llamaba en los 70 a López Dóriga su padrino profesional José López Portillo—le tomó el desafío: reiteró que el viaje fue en primera clase.

Al aceptar el reto, sobrado, casi altanero y tejiendo más enredos que una araña, el famoso periodista ya no habló sólo de primera clase sino, indistintamente, también de business class. En todo caso, su apuesta siguió. Y perdió.

La línea aérea, el Senado y Noroña informaron que el viaje, en efecto, no fue en primera sino en clase ejecutiva, business class.

En razón de su oficio y su veteranía, López Dóriga le ha dado varias vueltas al mundo; ni modo de alegar ignorancia sobre las categorías de las secciones de los aviones de pasajeros, que básicamente son primera clase, clase ejecutiva, clase económica premium y clase económica.

Aparte categorías de superlujo como las de Singapore Airlines, catalogada como la mejor primera clase del mundo, y otras como Etihad Airways y Emirates, cómodas suites, en Air France la primera clase no es la ejecutiva. Se llama primera y punto. 

Conclusión: mintió el periodista, Noroña no viajó en primera clase a un periplo que, eso sí, fue simple turismo parlamentario; pero ese es otro cantar.

Apostador quizá por nostalgia de los tiempos en que se jugaba hasta el yate y la camisa en la Dirección de Policía del Negro Durazo y el vocero Francisco Algorri, Joaquín perdió, Pero nadie dude de que pagará. Es buen jugador y tiene respeto por la palabra, su principal herramienta de trabajo.

****

¡De qué tamaño debe ser la inversión de valores que han experimentado ciertos periodistas, que hasta los más desalmados narcos han dado muestras de mayor respeto que ellos a sus códigos de honor y el valor de la palabra! 

A distancia sideral de la moral, la ética y los más elementales cánones periodísticos, un columnista cuyo modesto prestigio ya está enteramente deshilachado, rutinariamente adultera hechos, sesga la verdad o miente sin recato con tal de ajustar la realidad a sus intereses y golpear al gobierno federal. 

Este comunicador salió ahora con la babosada de que los cárteles del Noreste y Jalisco Nueva Generación son vocero del gobierno federal, pues en cada caso “se han echado un clavado” para rescatar a los presidentes López Obrador y Sheinbaum de crisis detonadas “por la extraña relación del primero con los cárteles de la droga”.

¿Sus pruebas? ¡Graníticas, irrefutables, narcisistas y autorreferenciales!: Que, por medio de un video, el cartel del Noreste “negó haber financiado dos campañas presidenciales de López Obrador”. 

Y que el CJNG “salió a respaldar la versión que intenta imponer el gobierno de Sheinbaum de que no hay evidencias de que el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, haya sido un campo de exterminio”.

Si las urnas y las encuestas algo indican, más claro no canta un gallo: La gente le da mayor crédito a las palabras del narco que a las de este mendaz líder de opinión…

RESCOLDOS

Hizo bien la Presidenta Sheinbaum en exigirle respeto a México a Nayib Bukele. Nada más puede hacerse con un cretino. El ultraderechista le recomendó imitar su estrategia de seguridad, sin reparar en las diferencias geográficas, demográficas, políticas, geopolíticas y de diversa índole entre su país y el nuestro. Aunque, bien visto el asunto, quizá convendría tomarle la palabra y negociar con los cárteles del narco. En el Salvador y EU ya lo investigan porque se alió y pactó con las maras. Les ofreció impunidad a los jefes para que lo ayudasen a llenar las cárceles con delincuentes de baja estofa o de plano con inocentes…

De presidente de los Estados Unidos a vigilante de agencia de autos. Tal ha sido por estos días el derrotero de Donald Trump, quien continúa en la defensa no del interés público sino del interés privado. Advirtió que quienes destruyan vehículos Tesla recibirán largas sentencias de prisión y podrían cumplirlas en El Salvador. Busca frenar el vandalismo que ya sufren en Estados Unidos los feos vehículos Starstruck de su socio, amigo y colaborador Elon Musk. Cuidado. En cuatro años se van a alzar con el santo y la limosna…

aurelio.contrafuego@gmail.com

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.

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