CONTRAFUEGO || Aniquilada oposición

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Aurelio Ramos Méndez

Atomizada, enclenque, con su militancia casi enteramente desleída en Morena, y en el colmo de la insensatez a la greña en sus más importantes estamentos –los medios, los expresidentes, la elite económica—la oposición avanza a paso veloz hacia la más absoluta inanidad.

Por si esto fuera poco, algunos de sus portaestandartes enrumban hacia la cárcel.

La pugna más llamativa y enconada corre por cuenta de los dueños y directivos de Televisa con la periodista Carmen Aristegui, quien ha documentado sin el menor resquicio para la duda la existencia en esa televisora de un área dedicada a producir contenidos falsos mentirosos e infamantes destinados a destruir las reputaciones de algunos de los personajes públicos más notables.

En otro perol hierve a fuego lento la sorda confrontación esencialmente por motivos delictivos entre los expresidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, cuyo nuevo capítulo fue detonado por este a punta de críticas a la 4T, a sabiendas de que en la defensa del periodo neoliberal está patéticamente solo.

En un tercer fogón crepitan los grandes empresarios beneficiarios del Fobaproa, algunos en indisimulada y obcecada oposición a la presidenta Sheinbaum y otros trepados en el ferrocarril del gobierno, todos furiosos porque Zedillo hace olas en un mar de por si proceloso.

Son estos apenas tres botones de muestra de los pleitos que podrían aniquilar por completo a la muy diezmada oposición.

Mediante audios y videos filtrados cuya autenticidad solo sus artífices regatean, la empresa de Emilio Azcárraga y otros machuchones agravió y calumnió con descaro e impunidad a decenas de personas, algunas de las cuales se presumían intocables. De Carlos Slim a la propia Aristegui.

Los enlodó debido a intereses estrictamente empresariales, comerciales o por encargo de los gobiernos del PRI y del PAN, no por un respetable, saludable y comprensible antagonismo ideológico; los atacó en busca de archimillonarias ganancias en dinero contante y sonante.

No sorprende la indolencia gubernamental para investigar este asunto y, llegado el caso, aplicar la ley con el rigor que corresponda, incluso el retiro de concesiones. En la 4T Televisa todavía actúa como cuando sus dueños y directivos eran orgullosos soldados del PRI.

Cualquiera que sea el procedimiento con que el azar resuelva este escándalo, la relación de Televisa con las influyentes víctimas de sus patrañas ha quedado irremediablemente dañada.

En cuanto al pugilato Salinas-Zedillo hasta las piedras saben que el odio recíproco no tiene cura y que su origen está en asuntos delictivos, el principal las andanzas de Raúl Salinas de Gortari en el narcotráfico.

El encarcelamiento de Raúl por el Zedillato llevó a su hermano expresidente primero a una ridícula huelga de hambre y luego a profesarle un odio cerval a su sucesor, comparable solo al que le tenía –le tiene—a su enemigo electoral, su espina en la conciencia, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

En la pulverizada relación entre los dos exmandatarios desempeña un rol preponderante la devastadora crisis económica de 1994, detonada a los veinte días del nuevo gobierno, consecuencia de una dizque fortaleza económica del salinato cuyos indicadores en realidad estaban pegados con babas. 

Se trató de una herencia envenenada a la que Zedillo sumó sus propias incompetencias, todo lo cual configuró lo que Salinas y sus voceros denominaron y perifonearon como “el error de diciembre”.

Con apoyo de los principales medios de comunicación y otros fundados exprofeso con dineros públicos salidos de dependencias gubernamentales y hasta de embajadas y consulados, con periodistas de bolsillo regiamente remunerados, Salinas ganó la batalla mediática. 

El mandatario hermano de un meganarco hizo de Zedillo el perro del mal y consiguió transferirle la responsabilidad de su desastre económico, que para entonces se había convertido en una de las peores catástrofes en la historia de nuestro país y en causa de un rompimiento personal y político irrestañable.

La crema de la crema política y económica perdió consistencia y todavía hoy sigue irreconciliable. Salinas y Zedillo no pueden verse ni en pintura y la bandera del neoliberalismo que juntos tremolaban quedó al garete.

Renglón aparte merece el Fobaproa que el Presidente 1994-2000 diseñó para tratar de paliar las consecuencias del cataclismo económico y financiero forjado a cuatro manos con su antecesor. 

Ideado para proteger el ahorro bancario, que es decir cuidar los intereses de los ahorradores, sobre todo lo más vulnerables, acabó en puerta trasera para la entrada de los peces más gordos de la corrupción. 

Las deudas de los bancos y de las empresas más poderosas fueron convertidas en deudas de todos los mexicanos y vía un pacto de silencio en la élite se intentó preservar la identidad de los ganones. Hasta el sol de hoy estos tiburones del erario permanecen en la impunidad y eso explica su mutismo y el rencor hacia un Zedillo que –desde el punto de mira de sus intereses—agita peligrosamente las aguas. 

Agréguense a este sancocho nauseabundo los indicios de que, parapetado en la Presidencia y con la Primera Dama como jefa de jefes, durante el sexenio de Zedillo operó un cartel de las drogas del cual ya entonces se habla en voz baja, no se sabe si por venganza e instigación de Salinas o con asidero en la realidad.

Todos estos y otros conflictos de menor calado en diversos ámbitos –las marrullas de AlitoMoreno y sus coqueteos con la 4T tratando de evitar el tener que ver el mundo tras unos barrotes, por ejemplo—hablan de una oposición aniquilada, absolutamente inocua, atenida al precepto malentendido de que en una democracia la mayoría debe respetar y hasta ayudar a las minorías, aun si éstas nada representan.

BRASAS

Bien por la presidenta Sheinbaum. Zanjó con precisión el caso Salinas Pliego para que nadie se llame a sorpresa.

Dijo con toda claridad que el gobierno de ninguna manera se propone retirarle la concesión a TV Azteca, pero exigió que el magnate que usufructúa una televisora que es de todos los mexicanos pague sus impuestos.  

Ricardo Salinas Pliego le debe al SAT a bicoca de ¡60 mil millones de pesos!

¿Qué tiene de autoritaria, estatista o comunista la petición de la mandataria?

¿Podría alguien honradamente defender a este contumaz evasor fiscal?

¿Estarían de acuerdo los causantes cautivos y quienes pagan puntualmente sus gravámenes en cubrir entre todos el mega adeudo de este ladronazo del erario?  

¿Es TV Azteca un bien embargable y puede pasar a manos del Estado?

Sobre advertencia no hay enñago.

RESCOLDOS

Gavilán que agarra y suelta no es gavilán, reza el refrán, y de ello es prueba fehaciente Donald Trump. Uno por uno ha ido retirando sus absurdos y desproporcionados castigos a sus socios comerciales. La última vuelta en U la ha dado con China, vía la reducción de aranceles de 145 a 80 por ciento, aún negociable para quedar en un dígito. Lo vergonzoso para el matón del barrio es que el mundo ya se percató de sus baladronadas y por lo mismo pasará de la fama al ridículo…

aurelio.contrafuego@gmail.com

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.

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