+ Objetivos políticos perdidos: alerta lanzada por FARP
Entendiendo claramente que en política, como en todo a nuestro alrededor, el análisis del sentido de los hechos debe estar alejado de las coyunturas simples, de las casualidades, y sobre todo de la ausencia de matices, el estado actual de la Sección 22 del SNTE debía verse más allá de sus rejuegos con el gobierno estatal. Sus más recientes actuaciones y determinaciones, se inscriben en el marco de su dinámica interna de la lucha por el poder. No debíamos perder de vista esa cuestión trascendental.
Hasta el momento, ha sido largamente analizada la actuación y las determinaciones del llamado “magisterio democrático” de Oaxaca, a la luz de sus relaciones y los compromisos políticos que tiene con el gobierno de Gabino Cué Monteagudo.
Queda perfectamente claro que unos y otros fueron copartícipes en la lucha político-electoral contra el régimen priista del ahora ex gobernador Ulises Ruiz, y que de una u otra forma, ambos grupos asumieron el poder el pasado 1 de diciembre.
Del mismo modo, este tiempo ha puesto en claro algo que muchos no quisieron ver mientras todos eran parte de la oposición: que finalmente, el Gobierno del Estado comenzaría a tomar decisiones, y que éstas no serían avaladas incondicionalmente por la Sección 22.
Al contrario, se dijo desde siempre —y se ha venido constatando en la realidad— que el sindicato magisterial de Oaxaca no hace alianzas incondicionales ni tiene amigos, sino intereses; y que lucharía hasta el final por la defensa de sus causas, independientemente de quién fuera el Gobernador del Estado.
Incluso, ha quedado claro que en buena medida, el llamado “martes negro” (15 de febrero pasado, día que en un grupo de profesores se enfrentó con elementos federales durante la visita presidencial a la capital oaxaqueña) fue provocado por la falta de habilidad de los operadores políticos del gobierno estatal, para entender que al negociar con la Sección 22 no sólo debe hacerlo con su Secretario General, sino esencialmente con los líderes de los casi quince grupos que controlan fácticamente la asamblea estatal.
Sin embargo, un elemento que ha sido ignorado por completo hasta hoy, es el de los propios procesos, y momentos internos, que se viven en la Sección 22. ¿De qué hablamos? De que al interior, existe también una pugna abierta entre sus grupos de control por hacerse del cargo que ostenta hoy Azael Santiago Chepi, y que la lucha por alcanzar la dirigencia estatal del Sindicato Magisterial, ha desatado la furia y las tácticas más bajas que alguien pueda imaginarse.
Aunque pareciera extraño, podría ser que siguiendo esas coordenadas, se encuentren algunas de las respuestas que hacen falta, tanto de las relaciones entre el Sindicato magisterial y la administración del gobernador Cué, o con gente identificada con el gobierno priista de Ulises Ruiz.
Es altamente llamativo que sea desde el mismo seno de las organizaciones armadas, de donde surjan invitaciones a la Sección 22 a no perder el enfoque, el liderazgo y la ruta de su lucha; desde donde los llaman a sostener sus banderas y a no permitir que sus postulados de lucha queden extraviados; y desde donde les advierten de los peligros de confiarse de un gobierno (el del gobernador Cué) que para ellos no es tan amigable como hoy aún lo aparenta.
ADVERTENCIAS
El pasado 7 de marzo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo, las FARP, emitieron un comunicado a través del cual advierten que la Sección XXII de la CNTE se encuentra “en la mira represiva”. Aunque parece un poco extenso el extracto que a continuación reproduciremos, éste debe ser analizado con todo detalle en cada una de sus palabras:
“Empieza a salir a flote la lucha política e ideológica de dos de los principales grupos al interior del movimiento magisterial. Uno de ellos argumenta, contra el otro, complicidad y alianzas con el ulisismo (léase priismo) y agrega una larga lista de denostaciones. El otro argumenta que su contraparte está aliada con el diodorismo, el cual detenta en la actualidad parte de las mieles del poder estatal.
Pero las declaraciones de estos grupos y sus representantes no ayudan al movimiento magisterial ni popular, por el contrario lo perjudican mucho. Ambos se rasgan las vestiduras, sacando a flote su inmadurez y un poco de soberbia en sus alocuciones. En juego está el relevo de la dirigencia seccional, así es que muchas corrientes o grupos ya enfilan sus baterías. Al presentarse la oportunidad de hacer resbalar al oponente, no se pierde la oportunidad de hacerlo.”
La lucha ideológica no está demás, siempre y cuando se haga de manera adecuada, siguiendo los canales adecuados. La lucha política por los espacios es un derecho conquistado, pero es necesario ubicar correctamente cuál es el enemigo de clase, teniendo la capacidad de detectar el momento y las formas de hacerlo de tal manera que no se le den armas al adversario para golpear. En la lucha legítima por dirigir el movimiento magisterial no debe nadie llevarse entre las patas todo un proceso histórico. Con sus muchos aciertos pero también con sus muchos errores, la Sección XXII es en la actualidad un símbolo de la lucha social a nivel nacional.”
El señalamiento es clarísimo: que en su lucha por el poder, los grupos o corrientes internas de la 22 no sólo se están descalificando entre sí para ganar adeptos, sino que están corriendo el grave riesgo de desacreditar todo el proceso histórico por la democratización, y el referente nacional que son en cuanto a la lucha social.
Todo esto, según lo dicen atinadamente las FARP, lo que hará es dar armas a los oponentes: armas para desacreditar socialmente la lucha magisterial, para desautorizar a sus dirigentes, y para deslegitimar las banderas que ellos ondean para justificar su lucha como movimiento social.
RIESGO NO CALCULADO
Las FARP advierten sobre la revelación de datos de corrupción en el IEEPO. Dicen que esos datos, en cualquier momento, comenzarán a tocar las partidas presupuestales que fueron destinadas al Comité Ejecutivo Estatal de la 22. “El objetivo —dicen— es generar un ambiente de linchamiento en la opinión pública y sentar las bases para justificar una ofensiva represiva.” ¿Todo esto le queda claro a los “democráticos”? Tal parece, sin embargo, que en su lucha por el poder ya perdieron los límites. ¿Permitirán que “todo se vaya al traste”?, como lo advierte el grupo armado. El tiempo, sin duda, confirmará esa tendencia.