Mariano Estrada Martínez
He decidido ocupar este valioso espacio para proponer temas que abran el debate en ámbitos educativos. Es prioritario facilitar discusiones de fondo que contribuyan a reflexionar nuestro quehacer como docentes, padres de familia y autoridades educativas. Son 10 pequeñas afirmaciones que nos llevarán sin duda a la polémica, pero discrepar y desarrollar argumentos en favor o en contra no es un ejercicio vano. Facilitar la discusión, parafrasear lo que alguien más ha dicho, verificar lo expuesto, estimular la duda, desarrollar antítesis, mediar las diferencias de opinión, combinar las ideas extremas, cambiar nuestros paradigmas y resumir y registrar nuevos pensamientos es saludable y necesario. Adelante, seamos feroces en las ideas, pero suaves y amigables con las personas.
- “El Juego del calamar” (JDC) no es para niños. Pero al mismo tiempo no podemos simplemente cerrar los ojos y acallar lo que de alguna u otra manera lo ven todos los días directa o indirectamente, prohibir crea mas interés y mas morbo.
- El JDC es una serie cruel y sádica. De un total del 100% de participantes muere el 99%. Los perdedores mueren, por lo que resulta imposible gestionar la frustración de la derrota proceso clave para la maduración y esta serie sólo enseña a “ganar”.
- La muerte violenta y cruel es parte de un “juego de niños” ¿Qué clase de juego es ese?
- Es una serie violenta que está clasificada para “Público adulto e inadecuada para menores de 17 años”. TV-MA
- Los niños copian lo que ven, el disfraz que más se vendió en las pasadas fiestas de ‘Halloween’ fue precisamente el rojo con todo y fusil.
- Los niños pueden “naturalizar” la violencia presentarla como parte de un juego y replicarla.
- La manipulación psicológica, las metáforas anticapitalistas, la sutileza de las debilidades humanas, las paradojas entre vida y muerte, pobreza y riqueza, Corea del Norte y Corea del Sur pasan de largo ante los niños y se quedan con el ambiente infantilizado del juego recreado con ambientes de patio y de parques infantiles.
- La violencia explícita le da un extraño componente adictivo. Además de escenas de sexo, desnudez, miedo, traición, angustia, suicidio, macabras máscaras anónimas que matan sin más a los participantes que en definitiva los niños pueden llegar a asociarlo con algo lúdico y de entretenimiento.
- Las mujeres son despreciadas una y otra vez como débiles.
- Si bien es cierto es una serie pensada para mayores es muy popular en los niños. ¿Y si ya la vieron? Es hora de hablar con ellos, es evidente que no tienen el suficiente desarrollo mental, emocional, psicológico como para entender la esencia de la serie y les puede causar mucho daño. Pero podrá ser entonces un excelente disparador de diálogo.
No se trata de prohibir una serie vista por 142 millones de personas, prohibiendo trasladarías a los niños y adolescente a la clandestinidad con plataformas todavía peores. Tampoco es un pánico moral. Se trata de abrirse paso a la salud mental de los niños a través de nuestra compañía. Prohibir nunca ha sido una solución educativa o pedagógica, pero como punto final diré: Es necesaria la supervisión, mediación y diálogo de los contenidos que consumen nuestros niños y niñas no sólo con esta serie, sino con todas las plataformas, videojuegos, Tiktoks, noticias, radio etc.
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