+ Sección 22: la cuenta regresiva del paro
A partir de la movilización magisterial de este día, 15 de mayo, veremos si la Sección 22 es capaz de controlar sus efervescencias internas o si, por el contrario, el radicalismo desborda el delicado equilibrio que algunos grupos intentan construir para darle viabilidad al movimiento en el mediano plazo. Este es un punto de inflexión importante, debido a que a partir de mañana quedarán superados los acuerdos parciales entre el magisterio y el régimen estatal, pero también porque a partir de ahora el magisterio oaxaqueño comenzará a sentir con fuerza las presiones nacionales para adherirse al paro nacional que ya realiza la CNTE.
En efecto, para entender este asunto es necesario ir por partes. Pues la dinámica de la lucha magisterial no está construida al azar, ni sus decisiones son producto de la espontaneidad o de rebeliones casuísticas de profesores que tienen una nueva conciencia social más a favor de la educación que de la lucha social. Todo es consecuencia de una serie de negociaciones y de factores que confluyen, lo mismo entre los tiempos políticos que en la relación entre el magisterio y los ámbitos estatal y federal de gobierno. Por eso, la resistencia de la 22 a estallar el paro indefinido de labores tiene explicaciones claras, y en esa misma lógica se entiende por qué los principales riesgos para la estabilidad y la educación en Oaxaca comienzan una vez que pase la conmemoración y las movilizaciones alusivas al Día del Maestro.
Vayamos primero al ámbito estatal. Pues en primer término, es necesario distinguir que contrario a lo que pueda suponerse, la dirigencia magisterial no tiene una relación mala o lejana con el Gobierno del Estado. De hecho, esa relación de “cordialidad condicionada” es la que ha permitido ciertos márgenes de diálogo abierto entre el Gobernador y la dirigencia seccional del magisterio oaxaqueño. En toda la administración anterior no hubo encuentros públicos entre el Gobernador y la 22. Pero ahora éstos ocurren cada determinado tiempo y son tan públicos como cualquier otra actividad oficial del Mandatario oaxaqueño.
Eso, aunque se reconozca poco, es determinante en el entendimiento relativo que existe entre ambos sectores. En ese sentido, el gobierno sofocó oportunamente una posible ruptura con el magisterio, cuando accedió a que el Congreso oaxaqueño no se pronunciara respecto a la reforma al artículo 3 de la Constitución, y cuando mostró disposición para que juntos construyeran una propuesta alternativa a la reforma educativa que se aprobó a la Constitución federal.
Aunque finalmente la 22 rechazó dicha propuesta, en el fondo lo hizo por mantener la posición nacional de la CNTE (de todo o nada) sobre ese tema, pero no porque la propuesta no respondiera a la necesidad de proteger los intereses nacionales. Y, además, ha sido una especie de “deferencia” a la administración estatal, el mantener una posición moderada frente a las acciones del magisterio en otras entidades federativas. Por eso el magisterio oaxaqueño ha tenido una presencia representativa —más bien testimonial— en las acciones de la CNTE en Guerrero, Michoacán y el Distrito Federal. Pero no ha movilizado a porcentajes importantes de la membresía magisterial oaxaqueña a acciones o movilizaciones en otras entidades federativas.
¿Cuál es el problema? Que ese aparente “buen trato” ni es eterno ni es a prueba de todo. De hecho, es bien sabido que, cada año, conforme se acerca el 15 de mayo, y pasa esta fecha, la relación entre el magisterio y el gobierno entra en una fase casi natural de desgaste, porque es a partir de entonces que el magisterio comienza a apretar la negociación de su pliego petitorio, y porque entonces de ser un problema relativamente “sindical” se convierte en un asunto político y social que amerita la atención de los gobiernos estatal y federal. Por eso, no es raro que a partir de entonces la concordia se guarde y comiencen los roces y el trato hostil.
AGENDA NACIONAL
Aunque no lo parezca, las acciones del magisterio siguen una estricta agenda estatal nacional, que se encuentra al margen de sus negociaciones o de sus asuntos sindicales o políticos. Un factor que este año será particularmente determinante, es el relativo a la necesidad que tiene el magisterio de continuar haciendo presencia en el proceso electoral, como lo han hecho siempre en Oaxaca.
Ese es un factor importante que en este momento pudo haberlos llevado a tomar la decisión de no estallar el paro indefinido de labores. Dentro de sus maniobras conocidas, se encuentra la de alargar el proceso de amague-negociación con el Gobierno del Estado hasta mediados del mes de junio, para entonces “apretar” la negociación y hacer paros y movilizaciones en días previos al del la jornada electoral.
Pero también hay influencias nacionales. Si se recuerda, el año pasado la negociación entre el magisterio y el gobierno de Oaxaca, había quedado prácticamente concluida luego de apenas seis o siete días de paro de labores. Pero fueron los efectos de las movilizaciones de la Coordinadora Nacional las que impidieron que el magisterio oaxaqueño decretara el fin de su jornada de lucha, y esa situación “arrastró” a la Sección 22 a prolongar su paro de labores por casi el doble de tiempo (poco más de 15 días en total) de lo que se tenía previsto.
En este caso, la Sección 22 ya le puso una primer ancla al paro indefinido de labores. Sus bases, según, se pronunciaron por no estallar el paro en estos momentos, sino hasta cuando se dé la discusión de las leyes secundarias que reglamentarán el contenido el nuevo artículo tercero constitucional. ¿Qué buscarán en ese momento? Hacer presión para incidir en la discusión de las normas relativas a la evaluación educativa.
Pero esa determinación que tomaron de no ir ahora al paro indefinido de labores, no significa que éste no ocurrirá durante la actual jornada de lucha. Todo dependerá, en el fondo, de la buena interlocución que logren con el gobierno estatal, del cumplimiento de sus demandas, y del escenario nacional y de las presiones que le inyecte la CNTE al magisterio oaxaqueño.
¿MADUREZ POLÍTICA?
Esa resistencia al paro es un asunto de estrategia, no de madurez política. Ciertamente, hay grupos dentro de la 22 que abonan por nuevas formas de lucha. Pero no hay claridad respecto a si esas nuevas formas están permeando, o si esto es una mera estrategia para ganar tiempo, e incluso si cualquier día de estos se desborda el radicalismo dentro de la Sección 22.