Carlos R. Aguilar Jiménez.
No trato una insinuación o deducción respecto de que descanse en paz <Requiescat in Pace > el partido político PRI, luego que durante casi un siglo gobernó absolutamente el país y ahora es partido minoritario a nivel federal y nimio en preferencias electorales y lógicas de los mexicanos, sino que trato una consecuencia de lo que dice se sempiterno ultra beneficiado militante, Fabio Beltrones, al analizar las causas de la derrota que ha llevado a agonizar al PRI-RIP. Dijo que los excesos de corrupción, la desigualdad, los intolerables privilegios y la desatención de las necesidades más apremiantes de los ciudadanos, constituyeron factores que provocaron el descalabro electoral que llevó al PRI-RIP al tercer lugar como fuerza política y redujo su presencia en el congreso y eliminó el poco interés que todavía había de algunos ciudadanos ingenuos por el PRI, partido del que creían podría reivindicarse con la gente.
Estadísticamente el PRI, del que acomodando letras de su siglas queda también como RIP, está en agonía y, en función de los resultados de aceptación popular que tenga AMLO y gobernantes de MORENA, dependerá su resurrección o colocación del último clavo de su sarcófago (porque no será un ataúd, sino un sarcófago estilo egipcio), porque no se trata de la muerte de cualquiera, sino de una institución que nació honesta y comprometida con la sociedad y así funcionó décadas, hasta que la corrupción, indolencia, torpeza y deshonestidad de sus gobernantes se convirtió en su definición política e individual, transformándose de partido político, en dinastía, mafia familiar donde se heredan cargos públicos y se reparte dinero en abundancia, hasta 2018, cuando por fin los ciudadanos, hartos y ahítos de sus: “intolerables privilegios y excesos de corrupción”, decidieron casi en tumulto votar por otra opción, que si bien en este momento MORENA tiene para mi el beneficio de la duda, existen posibilidades sea diferente y por lo menos termine con la corrupción, impunidad e inseguridad que vive México, y eso será inmenso beneficio, no únicamente para la gente joven, incluidos los votantes, quienes al observar que: ¡sí hay modificaciones positivas y beneficios sociales! en las próximas elecciones seguramente nadie en su sano juicio votaría por el PRI-RIP, enterrando sin santos oleos su sarcófago y, para abajo, por si se quiere salir… No trato un hecho, tendrán que transcurrir por lo menos 100 días del nuevo gobierno, y solo entonces sabremos lo que espera al PRI-RIP, que mañosamente cambie de nombre para sobrevivir o simplemente muera y “Requiescat In Pace”, aunque quizá no es posible descanse en paz, porque los malignos no van al cielo a descansar, van a los últimos círculos del infierno, donde serán torturados burocráticamente, exigiendo cohechos, sobornos o tráfico de influencias; “Per secula seculorum requiescat in pace PRI-RIP”.