Ismael Ortiz Romero Cuevas
Siempre he dicho que la gente que gustaba del britpop más comercial, encontraba en Oasis a los más grandes exponentes; sin embargo, la gente que buscaba música mejor confeccionada, con aportes artísticos y con letras más perspicaces, obviamente gustaba de Blur o de Radiohead.
En marzo de 1999, fue lanzado el disco llamado “13”, sexto trabajo de estudio de la banda de britpop Blur, experimentando sonidos con los que no habían trabajado antes. Esto, significó que los fanáticos de la agrupación liderada por Damon Albarn, se mostraran un poco renuentes a ese material, sin embargo, eso no significó que el disco fuera todo un éxito, llegando al número uno en las listas de ventas del Reino Unido y al puesto número dos de la lista de popularidad británica, al cinco en España y al top 10 de Billboard con su primer corte promocional llamado “Tender”, que describe la ruptura amorosa de Damon Albarn con la cantante Justine Frischmann, líder de la banda Elastica, también del género britpop.
En el disco anterior a “13” llamado simplemente “Blur”, el grupo se aleja completamente del sonido pop que los había caracterizado en los inicios de su carrera, tomando una directriz más enfocada al rock-pop y rock alternativo. En ese entonces, tanto Albarn, como el guitarrista de la banda, Graham Coxon, estaban muy dispuestos a abandonar el género del britpop, justamente porque ya había demasiados exponentes en aquellos años noventa, donde además, la supremacía de Oasis era más que incuestionable. Cuando los chicos presentaron las canciones que integrarían “13”, los ejecutivos de la entonces poderosa casa discográfica EMI no estuvieron nada contentos, pues estaban seguros que sería un estrepitoso fracaso y los dejaron grabarlo, solo por los grandiosos éxitos que habían tenido años atrás, eso sí, con la advertencia de que si el material no funcionaba, se fueran buscando otra casa discográfica. Eso no sucedió y tanto “Blur” como “13”, tuvieron gran aceptación del público noventero que encontraron en la propuesta del grupo, un sonido juvenil y al mismo tiempo elegante, pero que además, retrataba lo revolucionario y poco convencionales que deseaban ser los jóvenes de la generación X.
“13”, también marcó un cambio contundente para Blur en muchos sentidos. El grupo había estado trabajando con el experimentado productor Stephen Streets, que para mayores referencias fue quien llevó al éxito a grupos como The Smiths y The Cranberries; de hecho, en los noventa Street fue llamado el quinto Blur por la cercanía de a la banda y porque era quien pulía las creaciones de Albarn y Coxon para que se grabaran en sus álbumes; sin embargo, para “13”, fue despedido de manera unánime por todos los integrantes. Y así como esa decisión fue tomada entre todos, también fue como eligieron a quien sería su nuevo productor siendo el elegido William Orbit; así es, el productor que le hizo a Madonna el disco con el que regresó de su receso por su embarazo y alumbramiento: “Ray Of Light”. Y así, los seguidores confundidos al principio, pero conquistados después, hicieron de “13” uno de los álbumes más exitosos de la agrupación. Pero, las diferencias y rencillas al interior comenzaron a hacer estragos y es justamente con este material, cuando el distanciamiento entre Albarn y Coxon comienza a ser más evidente y quizá, irreconciliable. Como breviario cultural, es justamente Grahan Coxon quien presenta a Damon Albarn con Jamie Hewlett, convirtiéndose en grandes amigos, pues incluso Albarn se fue a vivir al departamento de Hewlett tras el rompimiento con Frischmann y es justo en ese momento, cuando se esparce el rumor que ambos artistas estaban trabajando en un extraño proyecto para una banda virtual. Así es; ahí nació Gorillaz.
En este momento, es quizá muy fácil catalogar a “13” como una verdadera obra maestra de Blur si entendemos lo que fue, sin embargo, en su momento se consiederó un trabajo demasiado osado, estupendo para muchos de sus seguidores e incomprensible para otros que afirmaban que Blur, ya no sonaba a Blur. Sin embargo, es quizá “13”, el disco que refleja lo mejor de la agrupación; nos presentan temas llenos de esperanza como el estelar “Tender”, divertidos, extraños y con sarcasmo como el famoso “Coffee And TV” o el melancólico “Distance Left To Run”. De alguna manera, agradecemos esa diferencia no sé si irreconciliable o no de Albarn con Coxon, pues pese a que ambos tenían sentidos distintos para este trabajo, nos dejaron uno de los más emblemáticos discos de finales de los noventas y que siempre, pero siempre, será un deleite escucharlo. Así pasen 20 años más.