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DICEN QUE… || Vivir con discapacidad es vivir a medias

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Juan Carlos Salamanca Ojeda

Dicen que una persona con discapacidad ya no puede soñar igual, amar igual o vivir igual.

Pero no es cierto … 

Vivir con discapacidad no es vivir a medias.

Es vivir en un mundo que muchas veces no está hecho para ti, pero en el que aprendes a abrirte paso.

La discapacidad no quita dignidad, ni sueños, ni valor; Lo que limita no es el cuerpo, ni la condición.; Lo que más limita es la mirada de los demás, esa que ve “menos” donde hay tanto por descubrir.

He visto personas con discapacidad hacer cosas que otros ni siquiera intentan.

He visto luchas diarias que no salen en noticias, pero que son verdaderas hazañas.

He aprendido que la fuerza no siempre se grita… a veces se nota en el silencio, en la constancia, en seguir, aunque duela.

Dicen que vivir con discapacidad es vivir a medias … Pero en realidad, hay vidas que, desde su diferencia, nos enseñan lo que significa vivir de verdad.

Sí, podemos .- SALAMANCA RAP 👑

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista. 

Carlos Morales participa en curso especializado sobre el Sistema Interamericano de Derechos HumanosSan José, Costa Rica

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El abogado mexicano Carlos Morales Sánchez, presidente de la organización Litigio Estratégico Indígena A.C., culminó satisfactoriamente su participación en el Curso para Funcionarios del Estado sobre el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, celebrado del 9 al 13 de junio en la sede del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), en San José, Costa Rica.

El programa reunió a más de 30 profesionales del ámbito jurídico provenientes de 11 países de América Latina, quienes durante cinco jornadas intensivas analizaron los principales estándares internacionales en materia de derechos humanos, así como herramientas clave para su incorporación en el plano interno. La capacitación incluyó sesiones sobre jurisprudencia de la Corte Interamericana, mecanismos de protección ante la Comisión, y análisis de casos relevantes de la región.

Carlos Morales, egresado de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), cuenta con formación de posgrado en Colombia y Estados Unidos, y ha desarrollado una trayectoria destacada en la defensa legal de pueblos indígenas, justicia ambiental y derechos lingüísticos. Es además egresado del Curso Interdisciplinario en Derechos Humanos del IIDH, realizado en San José en 2004 y 2009, así como en Medellín, Colombia, en 2013. Su participación en el reciente curso forma parte de los esfuerzos de Litigio Estratégico Indígena A.C. por fortalecer la capacidad técnica en litigio de alto impacto y promover el enfoque intercultural en el acceso a la justicia.

Al finalizar la capacitación, Morales subrayó la importancia de continuar generando capacidades en materia de derechos humanos, especialmente en contextos donde el acceso a recursos legales es limitado: “Aplicar los estándares interamericanos en comunidades rurales o indígenas implica superar brechas institucionales. Espacios como este son fundamentales para seguir construyendo una defensa legal efectiva y pertinente desde los territorios”.

El IIDH reafirma su compromiso con la formación jurídica especializada, en línea con su misión de fortalecer la institucionalidad democrática y promover el respeto a los derechos fundamentales en América Latina.

CONTRAFUEGO || Sheinbaum, Trump y los embusteros

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Aurelio Ramos Méndez

Si este lunes, a unas horas de haberse iniciado en Canadá la Cumbre del G-7, Donald Trump todavía no ha venadeado a la presidenta Sheinbaum, nuestra jefa de Estado deberá proceder con recelo y recurrir a todas las prevenciones y la astucia de que pueda ser capaz, por si en el marco de aquel foro se concretase una entrevistarse suya con el detestable y desconfiable mandatario gringo.

Claudia y el gobernante-delincuente de la pelambrera anaranjada se hallan, junto con líderes de varias potencias, en la zona de parques y reservas ecológicas de Kananaskis, en la provincia de Alberta; o sea, en plenas Rocallosas, entorno propicio para una alevosa emboscada.

La presidenta mexicana acudió a la Cumbre invitada por el gobierno anfitrión, pero su probable junta con Trump podría resultar más inconveniente que proficua, conocido como es el talante traidor de quien les ha tendido cobardes celadas al ucraniano Volodymyr Zelensky y el sudafricano Cyril Ramaphosa, entre muchos.

Señal de que, dada la nutrida agenda común, el presidente estadunidense tiene tanto interés como Sheinbaum en un encuentro bilateral, fue el haber ordenado, inducido o al menos consentido la audacia campirana de su subsecretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, quien intentó debilitar a Claudia con la mentirosa acusación de que alentó manifestaciones violentas de inmigrantes en EU.

No está claro si la funcionaria –pacifista orgullosa de haber matado a tiros a su perra Cricket y una cabra, y de su fama de adúltera en una sociedad mojigata—acuñó tal patraña en su delirante imaginación, o si la inspiraron columnas y comentarios de periodistas embusteros que descaradamente torcieron dichos de la Presidenta y saturaron nuestra prensa con su infamia.

El bulo quedó aclarado por la propia Sheinbaum, quien difundió por X sus palabras textuales, aunque con ello irritó a un sedicente decodificador de la política nacional y cultor de un “periodismo sin límites”, quien por la naturaleza de su oficio debería ser partidario de la más amplia apertura informativa, pero es más bien sinuoso promotor del bozal.

“Fue una broma, por no decir una torpeza de principiante, que (Sheinbaum) le dejara (a Noem) prueba de que actuó de buena fe en las redes sociales. La política y la diplomacia no se litigan en público”, dijo –¡triste noción del periodismo!— ya sin recato, este líder de opinión en El Financiero.

Fervoroso defensor de los intereses no de México sino de Estados Unidos, llamó “amenaza” y “discurso retador e intervencionista” el ciertamente vago, pero en modo alguno violento anuncio presidencial de posibles movilizaciones.

Luego aseguró que el Presidente López Obrador “activó a las células de Morena en la campaña presidencial para apoyar a Trump”. Y le dio armas al gobierno gringo poniendo a revolotear la duda:

“No se sabe si participaron las células de Morena en Los Ángeles para apoyar en los disturbios del fin de semana…”.

También salió a desbaratar el embuste contra la jefa del Estado mexicano el embajador Ronald Johnson. “Me sumo al presidente Donald Trump y a la presidenta Claudia Sheinbaum en condenar las protestas violentas que están ocurriendo en los Estados Unidos. Estas acciones no ayudan; por el contrario, generan más problemas para la mayoría de nosotros”, escribió en las redes.

Y hasta el más conspicuo ideólogo de la derecha, Héctor Aguilar Camín, dijo en Milenio que la Presidenta “fue acusada de incitar a la violencia en las calles de Los Ángeles”, porque “alzó la voz en un discurso y dijo que, si Estados Unidos ponía impuestos a las remesas, ´nos vamos a movilizar´”.

La frase de la mandataria –añadió el historiador– “fue tomada por los guionistas del asalto federal del Presidente Trump sobre Los Ángeles” y Noem también la tomó “y la volvió una arenga política real, una incitación a la violencia lanzada por la presidenta de México”.

Como puede verse, nada de que Sheinbaum alentó manifestaciones violentas.

De tan copiosos los textos y comentarios de los embusteros, sin embargo, el daño fue considerable. Se aplicaron a fondo.

Guadalupe Loaeza criticó la frase “de ser necesario nos vamos a movilizar”, porque el término “movilizar” es polisémico, tiene muchos significados en inglés, francés y español, incluidas acepciones militares, relacionados con batallas y guerras. ¡Poco faltó para que le endilgara a Sheinbaum el mote de La Mariscala, o alguno semejante!

En el mismo diario especializado en finanzas se pudo leer que el 24 de mayo, desde San Luis Potosí, “la presidenta lanzó una amenaza al gobierno de Estados Unidos: ´Vamos a seguir informando, porque de ser necesario nos vamos a movilizar, porque no queremos que haya impuestos a las remesas…

“Pues ya se movilizaron. Y ninguna de las consecuencias de esa movilización (vandalismo, en realidad) beneficia a los millones de mexicanos que trabajan en Estados Unidos (…) Grupos de vándalos se movilizaron de manera organizada, iban preparados para hacer daño”.

Además, “¿cómo que de ser necesario nos vamos a movilizar? (…) De todos es sabido que Morena ha puesto más interés en crear células partidistas en Estados Unidos que en aprovechar su mayoría en las cámaras legislativas para fortalecer la red consular…”.

Y, peor, “aunque no hayan sido las células morenistas las que promovieron los desmanes del fin de semana en Los Ángeles, la amenaza de la presidenta ahí está”.

Según el columnista, “la presidenta de México cayó en un acto de injerencia grave con la amenaza de movilizaciones y por su intervención en los asuntos internos del gobierno de Estados Unidos”, ya que “se trata de un impuesto local”.

Mandó al diablo el autor las obligaciones que impone una relación amistosa –así fuese de dientes para afuera—, en términos generales históricamente acatadas entre naciones vecinas, como la cortesía de notificar o al menos conversar sobre decisiones soberanas, sí, pero lesivas para alguna de las partes.

En suma, si Trump se abstuvo de reprender a su deslenguada y rústica subsecretaria y si se encontrará con Sheinbaum, aspira a que su interlocutora –quien lo dobla en apoyo popular, según la demoscopia– llegue a Kananaskis vencida de antemano. Cautela.

BRASAS

El exembajador en México y actual vicecanciller estadunidense, Christopher Landau, encarna a la perfección la prepotencia imperial de su gobierno: despiadado con quien puede, no con quien quiere.

En un arrebato chambón, que sería risible si no fuera indignante, ordenó cancelarle la visa gringa a la consejera de Morena en Jalisco, Melissa Cornejo.  ¡Una visa inexistente!

¿La causa? La morenista, ciudadana común sin cargo en ninguno de los tres órdenes de gobierno, respaldó las protestas masivas en Los Ángeles.

Se trata de las movilizaciones que cunden contra la política migratoria y en particular las redadas contra migrantes, el grueso de estos mexicanos.

La morenista protestó con valor y dignidad y en el tono que merece el actual gobierno norteamericano, pero que al delicadito Ladeu le pareció “vulgar”:

“Fuck ICE”, escribió en Internet, y añadió: “Van a quitar visas a quienes compartan (…) ¡Viva la raza y métanse mi visa por el culo!”.

Melissa no hizo sino parafrasear a Trump, quien desde su campaña y varias veces en el gobierno ha forjado imágenes y metáforas con el voquible que designa la espalda baja y que, a estas alturas de la historia, a nadie salvo a Landau, escandaliza.

Como si no tuviera cosas más importantes que hacer y devengase regio estipendio por perder el tiempo en las redes, el exembajador en persona le contestó a una ciudadana del común:

“Yo ahí no puedo meter tu visa, pero sí te puedo informar que personalmente ordené cancelarla después de ver este vulgar posteo”, publicó, debatiéndose entre la tontería, la prepotencia y el ridículo.

Fue así no sólo porque Melissa no tenía visa, sino porque si la imaginación pone su parte uno puede ver al vicecanciller haciendo esfuerzos y malabares para intentar consumar la recomendación de la jalisciense.

Este gringo despistado fue duro con una ciudadana, pero ha sido blando, mansito y lacayuno con Trump, cuyas leperadas no le parecen vulgares.

El 8 de abril, en una cena con el Comité Nacional Republicano del Congreso, el presidente-delincuente se burló de supuestos líderes mundiales –desde luego no Putin ni Xi Jinping– que, atemorizados por los desmesurados aranceles de EU, dizque lo habían llamado para tratar de negociar acuerdos.

“Por favor, señor, hagamos un trato. Haré lo que sea. Haré lo que sea, señor”, dijo Trump El Rajón, y agregó: “Me están besando el culo” para conseguirlo.

La misma rara obsesión con el tafanario ha exhibido en otras muchas ocasiones, y Landau ha tenido que tragar sapos del tamaño de un tiranosaurio.

En vísperas de elecciones Trump ha prometido “patearles el trasero” a los demócratas y el 1 de mayo, ante estudiantes de la Universidad de Alabama, les dijo a los jóvenes que sin quieren llegar lejos deben “romper el sistema” y hasta se puso como ejemplo:

“Si ven a esta gente de Internet… conozco a muchos de ellos. Elon (Musk) es fantástico… Me odiaban en mi primer mandato y ahora me besan el culo”.

Así dijo. Y, hasta donde se sabe, Christopher Landau –pobre—no tuvo lo que se necesitaba para reconvenirlo.

RESCOLDOS

La comentocracia ya perdió la vergüenza. La Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, de EU, aseguró que “es categóricamente falso sugerir que este país ofreció a México un alivio arancelario a cambio de investigar a políticos de alto nivel, como se difundió en algunos medios”. Ni así. Persiste duro y dale con sus “voladas”…

Mentiroso contumaz, Trump fingió tirar fuerte de la correa de su mastín Benjamín Netanyahu cuando éste inicio el ataque con misiles a Irán. Fue pantomima. ¡Es el gringo loco quien azuza al rabioso can israelí, que ha puesto a temblar al mundo…!

¿Dónde está León XIV? ¿Respalda la persecución masiva de migrantes por Donal Trump? ¿Apoya los misilazos a Irán? Obispos mexicanos y de Estados Unidos ya le pidieron definir su postura, pero nada. Silencio de piedra…

aurelio.contrafuego@gmail.com

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista. 

Propone Litigio Estratégico incluir derechos de los ríos y figura de guardianes de los ríos en la nueva Constitución de Oaxaca

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La organización Litigio Estratégico Indígena ha presentado una propuesta formal al Comité de Elaboración de la Nueva Constitución de Oaxaca, encabezado por el doctor Raúl Ávila Ortiz y el magistrado Manuel de Jesús López López, para que el texto constitucional reconozca a los ríos como sujetos de derechos y establezca la figura legal de guardianas y guardianes de los ríos.

La propuesta, impulsada por comunidades indígenas defensoras de ríos como el Guigu Vicu niza, Atoyac, Salado y Papaloapan, plantea que los ríos cuenten con derechos propios, entre ellos:

• Derecho a fluir naturalmente.

• Derecho a cumplir sus funciones ecológicas.

• Derecho a estar libres de contaminación.

• Derecho a conectarse con sus afluentes.

• Derecho a conservar su biodiversidad.

• Derecho a la restauración de sus ecosistemas dañados.

Asimismo, se propone incorporar el principio del interés superior del río, establecer un pacto intergeneracional para su defensa y adoptar una perspectiva de justicia ambiental basada en el Acuerdo de Escazú, ratificado por México.

La figura de las guardianas y guardianes del río permitiría que personas designadas por las comunidades indígenas—con legitimidad social y reconocimiento legal— puedan representar a los ríos en procesos judiciales y administrativos, exigir acciones de protección, vigilar obras e intervenir ante cualquier amenaza.

En otras partes del mundo, tribunales y gobiernos ya han reconocido derechos propios a los ríos, sentando precedentes jurídicos innovadores. En Nueva Zelanda, el río Whanganui fue reconocido como entidad viva con personalidad jurídica en 2017. En Colombia, la Corte Constitucional declaró al río Atrato sujeto de derechos en 2016. En India, los ríos Ganges y Yamuna fueron reconocidos judicialmente como “entes vivientes”, y en Ecuador, el río Vilcabamba ganó una acción de protección ambiental como sujeto afectado. Estos casos demuestran que el reconocimiento legal de los ríos no es utopía, sino una tendencia global hacia la justicia ecológica.

Esta propuesta de Litigio Estratégico Indígena convertiría a Oaxaca en una referencia nacional al incorporar saberes indígenas, estándares internacionales y una visión ecológica avanzada en su nueva Constitución. Reconocer los derechos de los ríos es, al mismo tiempo, un acto de justicia ambiental y de dignidad para los pueblos que los han protegido desde siempre.

Cuatro años de desacato: el Congreso sigue sin cumplir sentencia que ordena Ley de Consulta Indígena

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Carlos Morales Sánchez / Presidente de Litigio Estratégico Indígena A.C.

Hoy, 10 de junio de 2025, se cumplen cuatro años desde que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ordenó al Congreso de la Unión expedir una Ley de Consulta Previa, Libre e Informada para los Pueblos Indígenas y comunidades Aformexicanas de México y la deuda con los pueblos indígenas continúa impune. A pesar de la sentencia firme emitida en el amparo en revisión 1144/2019, el Congreso ha incumplido de manera sistemática su obligación constitucional y legal.

La sentencia, concedida el 10 de junio de 2021 en plena pandemia por la Segunda Sala de la SCJN, fue producto de un litigio histórico promovido por personas zapotecas y acompañadas por Litigio Estratégico Indígena, una organización comprometida con la defensa de los derechos de los pueblos originarios y afromexicanos.

En su resolución, la Corte no solo reconoció la omisión legislativa del Congreso de la Unión, sino que también le impuso un mandato claro: emitir una ley que establezca los mecanismos adecuados y culturalmente pertinentes para la consulta a pueblos indígenas antes de cualquier decisión o proyecto que los afecte. Le dio un plazo de dos periodos legislativos. No lo cumplió.

Este fallo fue un eco del espíritu de la reforma constitucional del 10 de junio de 2011, cuando el país incorporó plenamente los derechos humanos en su marco jurídico. Era, y es, una oportunidad de reconciliación histórica con los pueblos originarios, cuya voz ha sido sistemáticamente ignorada en la toma de decisiones del Estado mexicano.

Sin embargo, cuatro años después, lo que tenemos es un claro ejemplo de cómo opera el racismo institucional. El Congreso de la Unión ha eludido su responsabilidad, escudándose en excusas procedimentales. Y lo más grave: el Poder Judicial Federal, particularmente el Juzgado Décimo Primero de Distrito en Oaxaca, ha tolerado esta omisión, aceptando justificaciones estériles y manteniendo la simulación de que hay avances, cuando en realidad hay estancamiento.

La inacción del Estado no solo desacata una sentencia judicial: prolonga una injusticia histórica. Mientras el Congreso posterga y los jueces se cruzan de brazos, los pueblos indígenas siguen siendo excluidos de los procesos que les afectan directamente: megaproyectos, reformas legales, decisiones sobre sus territorios, lenguas y culturas.

Este incumplimiento no es técnico ni menor. Es una afrenta a los derechos fundamentales. Es una violación directa al artículo 2º constitucional, a la Convención 169 de la OIT y a los estándares internacionales de derechos humanos.

A más de dos décadas de la reforma constitucional indígena de 2001 y catorce años desde la gran reforma de derechos humanos, el Estado mexicano sigue sin legislar la herramienta mínima de participación indígena: la consulta previa, libre e informada.

Hoy, desde Oaxaca, donde tantas resistencias han nacido, volvemos a exigir: que se cumpla la sentencia, que se legisle con pertinencia cultural y que el Estado mexicano deje de ignorar la voz de los pueblos que son origen y raíz de esta nación.

DICEN QUE || Estar triste es debilidad

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Juan Carlos Salamanca

Dicen que estar triste es señal de debilidad, que deberías “echarle ganas”, que no es para tanto.

¡Que si estás triste, estás fallando!

Pero no es cierto…

Estar triste no es debilidad.

Es parte de “ser humano”

Es la forma en que el cuerpo y el alma dicen: “necesito un respiro”, “me dolió”, te da la oportunidad de ver que: “esto no está bien”.

La tristeza no nos quita valor, al contrario: nos conecta con nuestra alma. Nos permite sentir, detenernos, mirar lo que no habíamos querido ver.

No tenemos porque esconder nuestra tristeza, ni maquillarla.

Hay más fuerza en quien se atreve a decir “no estoy bien” que en quien finge que todo está bajo control.

Concluyo: 

Estar triste no es rendirse.

Es una pausa. Es parte del camino.

Y como todo, también pasa… pero pasa mejor si pedimos ayuda y acudimos con un profesional.

Dicen que estar triste es debilidad, pero lo cierto es que reconocerlo es uno de los actos más valientes que existen.

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista. 

CONTRAFUEGO || Cantinflesca OEA

Aurelio Ramos Méndez

Debatiéndose en hilarantes contradicciones y con lenguaje enrevesado, la Organización de los Estados Americanos (OEA), intentó descalificar la elección judicial en nuestro país, de la cual dijo que es susceptible de mejorar, pero a la vez, recomendó a otras naciones no replicar este modelo de selección de jueces porque “es sumamente complejo y polarizante”.

No es temor a la complejidad organizativa ni a la polarización, sino a la democracia, y pavor a que el modelo mexicano cunda y favorezca una reconfiguración y depuración de los poderes judiciales en nuestra región.

El organismo defensor primordialmente de los intereses de Estados Unidos en realidad se hizo eco de la oposición a la 4T dominada por la derecha, la misma que emprendió una campaña tan intensa como costosa para convencer a los ciudadanos de abstenerse de votar.

La Misión de Observación que acudió a las votaciones del 1 de junio, integrada por 16 personas y encabezada por el ex canciller chileno Heraldo Muñoz rindió un informe digno de ser rubricado por el personaje de Cantinflas, quien desde hace siete décadas ya ilustraba la firmeza de sus convicciones con aquello de “así como digo una cosa, digo otra”.

La primera cosa que dijo la OEA fue que el tiempo de organización de los comicios resultó demasiado breve y en medio de fuerte polarización y alto nivel de litigiosidad.

Dieciséis pares de ojos y 16 de oídos no pudieron percatarse de que eso que la Comisión denomina polarización es más bien un oposicionismo sistemático empecinado en no acatar la voluntad mayoritaria del Congreso, que validó el cambio de método selectivo de jueces, magistrados y ministros.

Tampoco pudieron ver ni enterarse de oídas de que la litigiosidad en realidad fue el uso y abuso de la ley y el conchabamiento de jueces ya en retirada para saturar los tribunales con masivas demandas de amparo y recursos de sabotaje.

Es decir, la colocación al por mayor de palos en la rueda para tratar de darle una voltereta a la decisión del Legislativo, o sea a la voluntad popular.

Menos aún los 16 de diez nacionalidades diferentes pudieron enterarse de la campaña para inducir a no votar, explicación al menos parcial de por qué sufragaron “sólo” 13 millones de mexicanos, “uno de los niveles más bajos de participación en la región para un proceso electoral”, según la organización internacional.

A partir de sus observaciones sesgadas, con anteojeras, la Misión de turismo VIP concluyó que el modelo no debe ser replicado en otros países por complejo y polarizante…

Algo así como rehuirle o eliminar la enseñanza de la física cuántica por su alta complejidad o disolver los parlamentos porque algunos legisladores suelen liarse a trompadas.

Después de haber dicho una cosa, la cantinflesca OEA olímpicamente dijo la contraria. El modelo electoral mexicano ya no le pareció tan malo, sino más bien bueno y perfectible. “Existen múltiples oportunidades de mejor”. 

Inclusive recomendó una serie de acciones específicas para el mejoramiento del método. “La misión insta a las autoridades electorales y a los órganos políticos a considerar las recomendaciones formuladas para fortalecer todas las etapas del proceso, corregir las deficiencias actuales y garantizar la sostenibilidad de las soluciones adoptadas”.

La palmaria contradicción, sin embargo, no deja dudas respecto a la posición del organismo regional sobre la elección judicial mexicana. Desde su fundación hace casi ocho décadas ha estado claro que en la OEA únicamente los chicharrones del Tío Sam truenan.

En todo este tiempo esta entidad multilateral no se ha atrevido a perturbar a Estados Unidos ni en los peores momentos de esta potencia.

Ni la más leve reconvención ha planteado respecto a los abusos y exacciones gringas a prácticamente todas las naciones del continente. Menos aún sobre la responsabilidad estadunidense en el fenómeno de las drogas ni su respaldo a las más brutales dictaduras o el derrocamiento de gobiernos democráticos, legítimamente constituidos.

De hecho, el informe de la paseadora misión electoral se conoció en forma casi simultánea con la amorosa protección de la corte de EU a fabricantes y comerciante de armas, concretada en el rechazo a la demanda de México respecto a la responsabilidad que a estos incumbe en el tráfico ilegal de pavorosos arsenales hacia nuestro país.

Ni por equivocación se conoció algún pronunciamiento dirigido al Poder Judicial norteamericano, tan descaradamente defensor de quienes proveen de rifles de asalto, pistolas, bazucas, metralletas, granadas y toda la parafernalia bélica de que disponen los cárteles de las drogas que mantienen a nuestro país hundido en un baño de sangre.

Para nadie es secreto que los poderes judiciales en los países que conforman la OEA, como ramas del poder público encargadas de cuidar el respeto a la ley, son por definición instancias abocadas a preservas el statu quo, el orden de cosas establecido.

Por lo mismo, la elección de jueces, magistrados y ministros apunta a un cambio profundo de semejante perfil y a una mayor vinculación e identificación de ese poder del Estado con los ciudadanos comunes, no con las élites históricamente detentadoras del poder.

A un cambio radical en este campo le temen quienes parten el queso en la OEA. Más claro no canta un gallo.

BRASAS  

De consecuencias impredecibles para los Estados Unidos, el mundo y desde luego México es el pleito de drogadictos y delincuentes que ha estallado entre Donald Trump y Elon Musk, hasta hace días amigazos del alma, de francachelas, transas electorales y cochupos de todo tipo.

Rifirrafe por el cual el planeta todo está enterándose de que en EU no solo gobierna un delincuente convicto de 34 delitos relacionados con pagos ilegales a una actriz porno, sino un pederasta que para mayor alarma quizá toma graves decisiones en un estado de conciencia alterado por substancias psicoactivas prohibidas por la ley. 

Hay razones fundadas para suponer que la megalomanía y el comportamiento errático, bravucón y hasta esquizofrénico de Trump muy probablemente es producto de adicciones compartidas con su ex asesor estrella, el hombre más rico del mundo.

Al despedirlo del gobierno, el mandatario dijo esperanzado con respecto a este personaje a quien él admira sin pudor, que en realidad no sería su último día como colaborador del gobierno “porque siempre estará con nosotros ayudándonos en todo”. Se equivocó de modo garrafal.

Apenas unas horas después el magnate tecnológico empezó a destilar encono.

Llamó abominable y repugnante el plan fiscal del presidente-delincuente y cerró la semana con una escandalosa acusación de pederastia. Y echándole en cara el archimillonario apoyo que le dio para su campaña: “Sin mi habrías perdido las elecciones”, le dijo abollándole el ego a despreciable gobernante.

Además: “Es hora de lanzar la gran bomba Donald Trump está en los archivos de Epstein. Esta es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos”, escribió en su red social X.

Musk se refirió de ese modo al financiero multimillonario Jeffrey Epstein, acusado de violación, abusos sexuales y tráfico de niñas, quien luego aparecería en su celda presuntamente muerto por suicidio.

El pleito –ni a cuál irle– está como para apartar butaca de primera fila, por más que vaya uno a saber si estos maleantes pendencieros están en sus cabales.

Del desembozado neonazi, Musk, ahora se sabe que en la campaña electoral solía ponerse bizco de alucinógenos y que viajaba con una cajita con una veinte pastillas y substancias ilícitas.

Según The New York Times y el propio presidente de EU el magnate consumía desde el poderoso anestésico veterinario Ketamina hasta la anfetamina Extasis y hongos psilocibios como los de María Sabina.

Ante semejante revelación se imponen sencillas preguntas:

¿Podrá Trump combatir la epidemia de fentanilo de que tanto se queja y la usa como pretexto para atacar a México, si no pudo evitar los “viajes” siderales de Elon que ocurrían en sus narices o que los hacían a dúo?

El mandamás de la Casa Blanca podrá emular a Felipe Calderón y decir que no conocía las andanzas de su colaborador consentido. Será, como en el caso del michoacano, una descomunal mentira o una confesión de estupidez.

Bien visto el asunto, claro, frente a la veintena de patillas que Musk y quizá Trump se metían por todos los orificios de su organismo, la afición de Calderón por los destilados ciertamente parece travesura de adolescentes.

Será cosa de esperar para ver si el palmarés de 34 delitos que Trump ostenta aumentará con otros muchos ilícitos, en especial violación y consumo y tráfico de drogas.

Y si los electores del presidente gringo tomarán semejante record como timbre de orgullo o razón para –por fin—destituirlo y encaminarlo hacia la cárcel, como se merece.

RESCOLDOS

Desopilante. La embajada de Estados Unidos desmintió que en su gobierno exista una lista de gobernadores y políticos mexicanos vinculados con el narcotráfico. La lista de la que hablan algunos medios, dijo, es falsa. De esta manera les quitó la escalera y dejó colgados de la brocha a varios periodistas dizque expertos en la relación bilateral México-EU, quienes otra vez hicieron el oso…

aurelio.contrafuego@gmail.com

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista. 

Sobre la toga, la pluralidad y el poder simbólico: sobre el control de constitucionalidad versus un decreto antiguo

Carlos Morales Sánchez

El decreto que regula el uso de la toga judicial, emitido durante el gobierno del general Manuel Ávila Camacho —a quien la historia recuerda como el Presidente Caballero— es hoy jurídicamente endeble. Se trata de una norma nacida en los años cuarenta, cuando la Constitución y la Suprema Corte de Justicia de la Nación invisibilizaban, aún más, a los pueblos indígenas, en un país que se imaginaba como un bloque homogéneo: el sueño del Ulises criollo vasconceliano, la imagen del mexicano como charro parrandero y jugador.

Ese decreto, que impone una única forma de vestir a la cimera autoridad judicial, ya no es compatible con el marco constitucional vigente. Si el Congreso de la Unión, tan solícito, no alcanza a reformarlo en tiempo, existe una salida clara y jurídicamente sólida: el nuevo presidente de la Suprema Corte puede —y debe— ejercer control de constitucionalidad ex officio, inaplicando una norma que contradice derechos fundamentales previstos hoy en la Constitución . Ahí está el Varios 912 y la sentencia de don Rosendo Radilla Pacheco.

Cuando se expidió el Decreto, no existía el artículo 2º constitucional en su forma actual. Hoy, la Constitución reconoce que las personas y los pueblos indígenas tienen derecho a la preservación, protección y difusión de su cultura. Ese derecho se traduce, entre muchas otras cosas, en la posibilidad de incorporar símbolos del pasado prehispánico y de las culturas originarias contemporáneas en los espacios institucionales, incluyendo —¿por qué no?— la indumentaria judicial.

Hugo Aguilar y las personas indígenas tenemos el derecho a portar con dignidad atuendos que hablen de nuestra historia y nuestra identidad: un gabán mixteco, un cotón, un huipil de flores zapotecas. No es una concesión, es un derecho constitucionalmente reconocido.

La toga cumple una función simbólica importante: protege el cuerpo, inviste de autoridad, separa lo sagrado de lo profano, visibiliza un poder ritual y normativo, e inscribe al portador en un orden jurídico. Pero todas esas funciones pueden ser cumplidas —y resignificadas— por otras vestimentas tradicionales que representan, desde hace siglos, un orden comunitario, normativo y ceremonial propio.

México no es un solo México. Es un país que se ha contado muchas veces desde el centro, pero que se construye todos los días desde los márgenes. Es la suma viva de pueblos, lenguas, iconografías, tejidos, silencios y resistencias. No hay un solo rostro, ni una sola voz, ni una sola manera de entender la justicia..

Que esa pluralidad —esa multicromía de lo nuestro— se refleje también en la vestimenta de quienes imparten justicia. Que la prenda que cubra a las ministras y ministros no sea únicamente una toga negra nacida de un decreto viejo, sino un lienzo nuevo donde quepan la dignidad mixteca, el bordado zapoteco, el rojo maya, el blanco purépecha, el azul tenek, el maíz ñuu savi, el rebozo otomí.

Porque en esta tierra, la autoridad no puede seguir vistiendo con la misma tela monocorde de siempre. El símbolo debe abrirse a la diferencia, al color, a la raíz. La Corte también puede ser un espejo donde el país se mire completo —no dividido, no reducido, no disfrazado.

Saludos desde el Istmo de Tehuantepec

Xhahui xhahui.
Carlos Morales.

EL LABERINTO DE LA JUSTICIA || Hugo Aguilar: La voz indígena que llegó a la SCJN con méritos propios

Antonio Gutiérrez

Los pueblos y comunidades indígenas de México han elegido y posicionado a Hugo Aguilar Ortiz como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 

Para algunos se trata de una noticia escalofriante que presagia acontecimientos terribles; y para otros, muy asombrosos. Lo cierto es que aún no se sabe. Pero cómo intrigan especialmente noticias como ésta, porque desafían la inteligencia y ponen a temblar nuestras certezas.   

El hecho sacudió a todos por igual. A los medios informativos nacionales y extranjeros y a las redes sociales, a los sectores más informados y al público en general, incluso, a sus electores. 

Generaciones de hombres y mujeres durante quinientos años hemos llorado de tristeza por la indiferencia, y “ahora estamos llorando de alegría”, dijo una mujer indígena en las redes. 

Pero quizá lo más asombroso y escalofriante de esta noticia, es que no nos habíamos preguntado: ¿cómo votan los pueblos indígenas de México? ¿Por qué eligieron a Hugo Aguilar Ortiz? 

Toda una cadena de hechos, podrían ayudarnos a descifrar el entuerto. 

Quienes testificamos los recorridos de Hugo Aguilar por diversas regiones de México, con motivo de la realización de los foros sobre la Reforma Indígena, así como las asambleas comunitarias con las que él habla casi a diario, no me dejaran mentir. 

Si Hugo Aguilar Ortiz va a posicionar la cosmovisión indígena en la Corte, se debe a que, entre los nueve nuevos integrantes del máximo tribunal, él es quien se autoadscribe como indígena, pero no sólo eso, habla simultáneamente las leguas, española y mixteca, y puede obsequiarnos, en ambas leguas, el testimonio vivo de los modos de vivir, de sentir, de pensar, de elegir y de juzgar, de los pueblos indígenas de México. 

Ése es el mérito y la singularidad del indígena mixteco de 52 años que conoce la realidad íntima de los pueblos. No en balde fue el titular de la Dirección de Sistemas Normativos Indígenas del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca, donde coordinó el Catálogo de Municipios que eligen autoridades por sistemas normativos internos, durante el periodo 2016 y 2018.

No en balde, Hugo Aguilar Ortiz y un grupo de defensores de las causas indígenas, impulsaron desde la sociedad civil, la iniciativa de Ley que redactó en el año 2014 el entonces diputado Ericel Gómez Nucamendi, para dar pie a la creación de la Sala de Justicia Indígena de Oaxaca. En la actualidad los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas ejercen sus derechos desde ese tribunal especializado. 

Pero, además, para entonces Hugo Aguilar ya se ejercitaba en la elaboración de leyes mexicanas. En 1999 formó parte del cuerpo asesor que redactó la propuesta de reforma constitucional sobre derechos indígenas que el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) le entregó a la Comisión de Concordia y Pacificación, la famosa COCOPA, que se formó en 1995 como instancia del Poder Legislativo.

Las propuestas redactadas por el cuerpo asesor del EZLN sirvieron de base para la reforma al artículo 2° constitucional aprobada parcialmente en el año de 2001. 

Simultáneamente, el indígena originario de San Agustín Tlacopepec, Oaxaca, fue también representante y asesor de más de 25 pueblos y comunidades indígenas de la entidad (1999-2010).

Y tal vez por eso, en el año 2011 fue nombrado subsecretario de derechos indígenas en la Secretaría de Asuntos Indígenas del Gobierno de Oaxaca, durante la administración del ex gobernador Gabino Cué. 

El sólido trabajo y la congruencia en el hacer y el decir, propiciaron que en año 2018 el gobierno federal se fijara en él, y que lo nombrara Coordinador General de Derechos Indígenas del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, INPI.

Hasta donde sabemos, no existe evidencia documental de que algún ministro de la Corte mexicana, de hoy o de épocas pasadas, tenga tal cercanía y una comunicación tan fluida con los pueblos indígenas de México. 

Los pueblos que se rigen por usos y costumbres querían tener un representante que hiciera escuchar su voz desde la tribuna del más alto tribunal del país. Por eso, ellos sí votaron con claridad y eligieron, por mayoría, a uno de los suyos.

El problema ahora es que, a partir del 1 de junio de 2025, será casi imposible encontrar un momento en que las redes sociales o los medios de comunicación no hablen del Ministro Presidente de la Suprema Corte de la Nación, Hugo Aguilar Ortiz.

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista. 

La moda mezcal: racismo, clasismo y otros complejos

  • Primera parte

Renato Galicia Miguel 

Por ahí veo en face que anuncian un curso sobre mitos del mezcal. ¿Neta? ¿Van a aventarse el tiro o sólo a engrosar los choros exquisitos y sofisticados ‘light’,  sin tocar lo temas cabrones del Oaxaca profundo?

Para empezar, parafraseo lo que me dijo un día el cineasta de Zaachila, Rigoberto Perezcano: quién sabe si el mezcal quiera estar donde lo puso la moda.

Pero también hay que ponderar que ésta, la moda, ha situado a la bebida, ciertas comunidades, algunos palenqueros y productores de ella y una que otra mezcalería en un nuevo estatus y un contexto muy distintos a los inmediatamente anteriores a los últimos 15 años. 

Básicamente, digamos que el universo mezcal pasó de ser  comunitario, rural y de la periferia o sitios céntricos clandestinos de la ciudad de Oaxaca a convertirse en una pomposa industria orientada a las grandes urbes —como la Ciudad de México— a través de un complejo proceso de pros y contras.

Da la idea de que a la cultura del mezcal que tanto la enaltecían cuando se hablaba del llamado boom, la dejaron como botella vacía de caguama tirada a orilla de carretera. A nadie parece  importarle ya que fuera una forma de vivir de habitantes de municipios de los Valles Centrales y de la capital oaxaqueña, principalmente, porque en la sierra mazateca, la Sierra Norte y la Mixteca alta, por ejemplo, prevalece la ingesta del aguardiente de caña.

Puede decirse que con la moda mezcal inició la etapa actual de la gentrificación y turistificación, debe aclararse que ha difundido un desconocimiento  de la realidad sociocultural oaxaqueña, tiene que postularse que es indispensable revalidar una discusión amplia y crítica del otro Oaxaca relacionado con el mezcal en este caso, del Oaxaca neto, no del Oaxaca ‘marketing’.

Como para abrir ronda mezcalera en una tarde lluviosa, retomo unos apuntes hechos a partir de mis  entrevistas realizadas a la antropóloga zapoteca Olga Montes.

Pero primero preguntémonos por qué  Oaxaca, con todo y su moda mezcal y general, no deja de encabezar el ranking de los estados con mayor pobreza económica y peor distribución de la riqueza.

En la entidad prevalece, contestaría aquella estudiosa, una “sociedad racializada” en “situación colonial” producto de un orden social originado en la época virreinal: un orden que primero buscó destruir “la visión del mundo de los indios e imponer otra que garantizara el dominio español” y generó “toda una ideología acerca del indio que justificaba su situación de subordinación al blanco en tanto era inferior”  por tonto, vicioso, perezoso y, por lo mismo, pobre.

Y que después, luego de la Revolución mexicana, impulsó la visión del “indio idealizado que aún vive en el atraso” y “necesita ser redimido por la nueva clase política”: el “indio folclorizado que vive feliz en su pueblo pese a su miseria” y, en la fiesta de la Guelaguetza, “gustoso ofrece su riqueza cultural, como tributo, a la ciudad de Oaxaca, asiento de las élites políticas, económicas y sociales”.

Ello quiere decir, en palabras de Olga Montes, que “la mentalidad racista impuesta durante la llamada  Colonia a la provincia de Antequera que ahora es el estado de Oaxaca, [y] continuada durante el siglo XIX, se mantiene presente hasta nuestros días. 

“En Oaxaca existe toda una forma de pensar, valorar y actuar que marca los límites entre los grupos sociales. La gran mayoría no traspasa esos límites. […] la población india es la mayoritaria. Los blancos, por el contrario, son una minoría, sin embargo constituyen el grupo social dominante, el que impone su ideología.

“Si bien en este momento el racismo que se vive en Oaxaca no es semejante al que existía en la Colonia […], sigue persistiendo y es un problema social muy importante que permea a toda la sociedad oaxaqueña. Podemos decir que Oaxaca es una sociedad racializada”.

Incluso, abunda en su explicación la antropóloga, en Oaxaca “el multiculturalismo concebido como la aceptación de las culturas puede ser una nueva forma de racismo”, pues, como hay que ser respetuoso de aquél, el multiculturalismo, no se cambian bailables y escenificaciones que expresan la reproducción de la supremacía del hombre, el consumo de alcohol y la desigualdad y la opresión de la mujer india, porque eso es lo auténtico.

Bajo estas premisas, vamos a describir algunas escenas y pasajes que esperemos den cuenta de lo que tratamos de decir 

Uno. El Dolores es albañil, vive en la colonia Loma Linda de la ciudad-capital, Oaxaca de Juárez. Cuando tomaba, compraba su mezcal de 50 grados proveniente de Yautepec en la tienda de don Cele, un marrito de a cuarto o un marro de a medio, pero cuando éste se volvió inaccesible para su bolsillo, comenzó a tomar botellitas de 225 mililitros de alcohol del 96  rojo que compraba en una farmacia.

Dos. En la herrería del Coqueto, al norte de la ciudad de Oaxaca, su esposa, que es de Yautepec, vende mezcal a granel de 50 grados de  Santa María Quiegolani y a veces también aguacate. Le compran lo mismo un chaval del barrio Río Blanco que se toma un litro y se queda a dormir en el viejo safari  estacionado por ahí, que un viejón adinerado que pasa en su  camioneta del año. Los sábados se reúnen con el Coqueto amigos de toda la vida que rondan los setenta años, un mecánico, un dueño de camiones de pasajeros, sus extrabajadores que instalan puertas automáticas. Preparan  tostadas con requesón y toman mezcal como gente decente.  Dos o tres tragos, más un tanto para llevar, y hasta el próximo sábado. Es una rutina que le conozco al Coqueto, David López, nacido en el barrio de Los Siete Príncipes, desde hace casi 50 años: la compra e ingesta sabatina de mezcal en sitios clandestinos de antaño y de hoy: en la contraesquina de la terminal de autobuses del ADO o en la calle Libres o en el fraccionamiento Lomas, puntos de venta que sólo están en su memoria.

Tres.  Voy crudo al bar El 20 del centro de la ciudad de Oaxaca dispuesto a curármela con un cedrón. Me siento en la mesa que está frente a la rocola. Un tipo fanfarrón ocupa la mesa de al lado. Ni lo pelo. Se acerca la mesera y le pido mi trago. De volada trae la botella con sus características ramitas de la yerba y su color café, y me sirve la copa.

—¿Por qué te sirvió a ti primero si yo pedí antes—me comenta el fanfarrón.

Ni lo pelo. Al ratito le traen su cerveza, en tanto que pido otro cedrón y una pareja joven que resulta ser de Tijuana llega a ocupar la mesa cercana.

La mesera repite el ritual: trae la botella de lo mismo y me sirve el trago en la mesa.

—Allá atrás están Dionicio y los demás— me comenta.

—Aquí estoy bien, ahorita no quiero ver borrachos— le respondo.

A la pareja de Tijuana le llama la atención la botella de cedrón. Medio alcanzó a explicarle de qué va ese mezcal, por mi cruz y porque el fanfarrón me interrumpe. Me desentiendo. Alcanzo a escuchar que les habla de Miahuatlán, de los karwinskii…

—¿Eres de Oaxaca?— le pregunto después, un tanto repuesto con mis dos tragos de cedrón al hilo.

—¿No, no, de la Ciudad de México— responde con un dejo de sobradez.

Chale, un “experto” más de mezcal, de dónde saldrán tantos, pienso, al tiempo que tomo mi tercer cedrón y me voy atrás con el Dionicio y demás borrachos.

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.