Encuestas: triunfalismo para nadie; contienda está cerrada

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+ PRI: en sus manos, evitar el crecimiento de sus adversarios

La noche del lunes, en el noticiero nocturno de Milenio Televisión, el periodista Ciro Gómez Leyva presentó una encuesta realizada por el Gabinete de Comunicación Estratégica, en la que el candidato de la Coalición por la Transformación de Oaxaca, Eviel Pérez Magaña aventaja con 44.3 puntos, al candidato Gabino Cué, de la coalición PAN-PT-PRD- Convergencia, que resultó con el 39.8 por ciento de las preferencias. ¿Qué debemos entender a partir de ese y otros resultados dados a conocer en las últimas semanas?

Partamos de las reacciones de las fuerzas políticas. Aun cuando hasta la tarde de ayer no existía una postura oficial de la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional, ni del Abanderado de ese partido, parece claro que, particularmente, este resultado dado a conocer antenoche por Milenio los carga de optimismo y confirma lo que desde hace meses han tratado de hacer percibir: que independientemente del personaje postulado, la maquinaria electoral del priismo tiene la fortaleza suficiente como para hacer ganar a sus candidatos y reafirmarse en el poder.

Este resultado, además, tuvo efectos particulares en las fuerzas coaligadas de oposición. La misma noche del lunes, momentos después de darse a conocer los resultados, el candidato Cué Monteagudo fue entrevistado por el propio Gómez Leyva. En la conversación, el Abanderado de la Coalición opositora dijo no concordar con los resultados del muestreo, y aseguró tener encuestas más amplias, en las que él aventaja a los priistas. Ambos parecen estar en posiciones que no terminan de corresponder al momento en que se encuentra este proceso electoral. Veamos por qué.

Por principio de cuentas, parece claro que el triunfalismo priista no tiene fundamentos. Es cierto que el crecimiento exponencial que ha tenido el candidato Pérez Magaña en las últimas semanas —respecto a las mediciones que se realizaban cuando era aspirante y las actuales—, refleja en toda su magnitud el tamaño de la maquinaria priista. Sin ningún rubor, los priistas aceptaron postular al menos aventajado de sus posibles candidatos. Y es la combinación del arrastre propio del Abanderado, con la fortaleza del partido, lo que explica la reversión de sus propias expectativas y la ubicación en un sitio perfectamente competitivo.

En el lado opuesto, entre quienes integran la coalición opositora, no tendrían por qué existir las reservas que ya dejó ver su candidato. El primero y más reciente de los errores del candidato Cué, fue el de haber dado una doble importancia a una encuesta que más bien se ubica como un mero impacto mediático. La primera de esas importancias, porque esta es una más de las mediciones, y no un resultado determinante o trascendental para el proceso. Y la segunda, por el simple hecho de que —al igual que Parametría y los demás encuestadores de cabecera de la Coalición opositora—, ni el Grupo Milenio ni el Gabinete de Comunicación Estratégica, son dueños o tienen el monopolio de la verdad absoluta.

Si esto es así, ¿qué debemos rescatar entonces de esto?

LO REAL: LA COMPETENCIA

Dentro de la propia presentación de los resultados demoscópicos, Federico Berrueto, representante del Gabinete de Comunicación Estratégica, le aclaró a Ciro Gómez Leyva, que sus encuestas tenían un margen de error de +- cuatro puntos porcentuales. Es decir, que si se atiende a ello, y si se toma en cuenta que no son ni cinco puntos porcentuales de diferencia entre uno y otro, lo que en realidad se reportó fue un empate técnico entre los candidatos Pérez Magaña y Cué Monteagudo.

Eso es lo que, en realidad, se debe rescatar como la importancia esencial de dicha encuesta. Es decir, que en el espacio previo al arranque formal de las campañas, ninguna de las dos fuerzas políticas alcanza a ser predominante sobre la otra, que ningún resultado está predicho como inamovible; y que, por tanto, tendrá que llegar el día de los comicios para tener un esquema claro de qué es lo que en realidad ocurrió.

No debería ser un éxito, sino todo lo contrario, que aún después de seis años de hacer campaña permanente, el candidato Cué Monteagudo no tenga la capacidad de rebasar con amplitud a sus oponentes, que están basando todo a una acción casi mecánica de concentración electoral, y que postularon justo al Abanderado que la coalición opositora deseaba.

En la contraparte, sin embargo, este resultado tampoco debería ser el éxito rotundo que se aparenta. El gobernador Ulises Ruiz es, hoy por hoy, el más experimentado y exitoso estratega electoral que tiene el Partido Revolucionario Institucional, y cualquier otra fuerza partidista en el país. Sus posibles candidatos a la gubernatura fueron fácilmente “doblados” y disciplinados no sólo para evitar la ruptura, sino para generar un proceso real de unidad. Y todos ellos trabajaron, en toda su magnitud, un inmejorable esquema de programas sociales que buscarían consolidar la presencia del priismo y su hegemonía total en este y todos los procesos electorales.

Si esto es así, ¿entonces por qué se topan con un empate técnico con sus adversarios? Evidentemente, para el PRI esto sí refleja un costo importante de lo realizado y determinado en su proceso interno, y por el desgaste natural que significa que un partido de grandes expectativas electorales gobierne una entidad como Oaxaca, que tiene tantos problemas. Sus números reflejan justamente eso. No la hegemonía total que tanto pregonan, aunque tampoco el supuesto hartazgo que tanto les señalan sus adversarios.

Así, habrá que ver en qué condiciones arrancan los dos candidatos luego de este espacio de silencio en el que se encuentran. Este mes de aparente inactividad electoral, habrá de ser la del bordado fino, en cada una de las fuerzas, de sus particulares poderes y representaciones fácticas. Quien haga un mejor trabajo al interior, será quien tenga el mayor sustento para salir a ganar los puntos porcentuales y los votos que hacen falta. Hoy, nada es lo que está escrito.

LOS QUE FALTABAN…

Si se materializan las candidaturas de Martín Mathus y José Escobar, la dirigencia de ese partido estaría dando el sustento que hace falta a un grupo de candidatos a diputados que no precisamente se caracterizan por un perfil político y profesional digno de presumir, y que más bien son ejemplo de la intriga y los padrinazgos que, según, iban a desaparecer.

almargen@tiempoenlinea.com.mx

almargenoaxaca.wordpress.com

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